31/12/08

Feliz año nuevo 2009






Que los ruidos de esta noche, que todo el bullicio, que los fuegos artificiales, que toda la lencería roja, no te tapen los ojos, privándote de lo auténtico.

Que el camino salga a tu encuentro.
Que el viento siempre esté detrás de ti.
Que la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Y hasta que nos volvamos a encontrar,
que Dios te sostenga con el puño de su mano.

Antigua bendición Irlandesa.
Feliz año 2009

ES EL FINAL

Hoy es el final del año 2008, es el último día del año y se podría decir, como lo hace san Juan, “hijos míos, es el momento final”.

¿Cómo explicar esta primera lectura del evangelio de hoy a mis hijos? No lo hago para vosotros, sino para ellos. Y lo hago, no se ni por qué, es una necesidad que me brota de dentro, necesito escribir, contar, de una manera muy personal, algunos pasajes muy importantes. Ten en cuenta, que no intento enseñar nada, si te sirve, cógelo.

Voy a ver, intento contarles a mis hijos, que a veces, nos pueden venir pensamientos raros, tales como: “si a mi amigo, que no cree en Díos, le va bien”, ¿por qué entonces yo tengo que creer? A veces una tentación nos puede bombardear, con aquello de “qué más da” , “ese no es mi problema”. ¿Cómo creerme que Díos existe? Somos hombres, y por tanto, nos podemos ver asaltados de este modo.

San Juan nos dice que el anticristo ya está aquí, que hay muchos, que quizás, y ¿por qué no? Este mal pensamiento este ocasionado por este anticristo. Es hábil para poner la cizaña de modo sigiloso, sin darnos cuenta se adueña de nuestra mente humana.

Perdona un inciso, si ya lo tienes claro, no sigas leyendo, porque te lo digo de corazón, no intento dar ninguna clase y tampoco soy ningún profesor, lo hago, créeme, porque lo necesito. Es el último día de este año, y reflexiono en voz alta para que mis hijos me comprendan. Como san Juan digo, “hijos míos”, os voy a explicar, o al menos intentarlo.

Yo, vuestro padre, os digo que en la calle hay aparcado un Ferrari. Precioso, y es verdad porque yo os lo digo. Salimos y lo vemos, incluso lo tocamos, y como da la casualidad de que está el dueño, le pedimos si lo puede poner en marcha y dar unos acelerones para escuchar su motor potente. Él, encantado accede a nuestra petición, se mete dentro del coche y da unos acelerones. De tal modo, que lo vemos, lo oímos, e incluso lo hemos tocado.

Le damos las gracias al dueño, y tras realizar todas estas comprobaciones, volvemos al interior de la casa y lo comentamos.

Pero ahora les digo, que cuando yo era joven, vi un Ferrari aparcado en mi puerta, y le pedí al dueño, si lo podía poner en marcha... Y él, accedió, como ya sabes. Mis hijos me creen, porque yo se lo digo, simplemente me creen.

Un poco más lejos, les cuento que mi abuelo era militar, por ejemplo, y les digo que yo tuve unos revólveres muy viejos en mis manos, y también se lo creen. Y así vamos retrocediendo en los años de modo milagroso.

Pues bien, san Juan, les cuenta a sus “hijos”, a toda su comunidad, que él vio, y escuchó, y toco al Señor Jesús, y que se lo cuenta para que lo crean, porque es verdad, y si lo es, no puede ser mentira, y la mentira solo es del anticristo. Él les cuenta a sus hijos para que lo crean.

¿Cuál es el problema?. Sencillo, hijos míos, pues que san Juan murió, y sus hijos, sus discípulos también. Incluso murieron los nietos de los discípulos, y ¿cómo sabemos lo que decía Jesús? Porque san Juan y los otros evangelistas, lo pusieron por escrito, y esos escritos se divulgaron de modo rápido, y nos han quedado hoy en día para nosotros.

¿Me sigues? Mis antepasados, bisabuelos, y mucho más lejos, me dejaron unos escritos, unas cartas, para que yo estuviera enterado no de lo del Ferrari, que por aquellos tiempos ni había, sino porque Dios ya existía antes de nada, desde el principio mismo ya existía la Palabra, y era Dios. Luego Dios, por medio de la palabra, nos ha dado vida, y es la luz de nuestra vida.

Y esto os lo cuento porque es así, no es de otra manera, y hoy lo repito yo, pero llevan dos mil años contando lo mismo. El primer testigo fue san Juan el Bautista, y hoy lo soy yo, para que creáis en la Verdad, porque ninguna mentira puede venir de la verdad. Y quien diga lo contrario es el Anticristo, y hay muchos, han salido, y salieron de entre nosotros, pero no eran hermanos nuestros, es decir, no creyeron a su Padre.


P.D. Te puedo garantizar que el Ferrari está en la puerta, y que lo he visto, oído y tocado. Su dueño, me ha dicho que se llama Jesús.


Feliz año nuevo 2009.

28/12/08

La Sagrada Familia y los Santos Inocentes

Me gustaría reflexionar ante estas dos festividades que hoy, domingo veintiocho, celebramos en esta comunidad universal: por un lado la Sagrada Familia y por el otro los Santos Inocentes.

Se me hace curioso, y no sé por qué, que estas dos festividades vengan tan de la mano, en un mundo donde aparentemente los valores del matrimonio, de la familia, y por otro, los valores de los hijos no nacidos, quedan más de una ocasión tan bajos, tan denigrados, tan devaluados.

Piensa por un momento, y permíteme el atrevimiento, que tus padres, por un solo momento, hubieran decidido no tenerte, que no hubieras nacido, que te hubieran desechado, como el que tira una cajetilla de pañuelos de papel. A la basura.

Por otra parte, reflexiona en todo lo contrario, en los matrimonios que se han planeado el formar una familia, en esas conversaciones donde los esposos decidieron que ya era hora de tener los hijos. Mucho antes de la concepción, ya que el amor brota como algo especial, con una fuerza imparable, que arrastra a la vida. Es decir, por decirlo bien claro, desde el amor se engendra vida. Y no me vengas con esas situaciones donde, de forma muy minoritaria, se engendran hijos no-deseados en un principio, pero que también por una decisión de amor, permite, desea tenerlos.

Si en una familia hay amor, también hay bondad, humildad, dulzura, y aquí, la Paz tan ansiada, la Paz de Cristo, actúa con sabiduría desde nuestro corazón.

Doy gracias a Dios por mis padres, por mis abuelos, por mis hermanos. Doy gracias por mi Vida, un gran regalo, un doble regalo, en mi caso, primero la vida, y posteriormente la fe. ¡Me alegro de que decidieran tenerme en un acto de amor! Y doy gracias Dios, por que no me convirtieran en uno de esos noventa mil y pico abortos, que según las estadísticas se han “ejecutado”, esos fusilados en el paredón del útero materno.

Doy gracias a Dios, a la Santísima Virgen María, y a san José, la Sagrada Familia, por mi familia bendecida por Jesús, a mi esposa y a mis cuatro hijos, porque cuando llegó el tiempo de la purificación, de crear una familia, impulsados por el Espíritu del amor, así lo hicimos, y así fueron llegando para la mayor gloria del Señor.

Y esto solamente se puede concebir desde la clara actitud de un corazón entregado, convertido, con verdadero deseo de servir a Dios, con oraciones...

Ya fue interesante que este año san José, viera, viviera, la Pasión de su Hijo. El diecinueve de Marzo fue miércoles y el día veinte, la noche siguiente, pocas horas después, era Jueves Santo, la institución de la Santa Cena, la Eucaristía, el dar gracias a Dios por todo su amor, ya que por su amor fuimos purificados.

De ahí que también me llame la atención este evangelio, “Cuando llegó el momento de la purificación”. ¿Qué nos querrá decir? ¿Qué nos indica el Espíritu? Simeón, ese hombre justo y piadoso, tomando al niño en sus brazos, bendijo a Dios, por darnos esto a todos los pueblos, a todo el mundo, queriendo alumbrar, dar luz, como esas mamás que dan a luz, que alumbran a sus hijos, dando gracias a Dios, como en la Santa Misa, purificando nuestros corazones de todo lo perverso, como Cristo actúa en nosotros, llenándonos de Paz.

El amor siempre engendra vida; el egoísmo, muerte. El mal, sólo trae más mal, de ahí que sea importante, permíteme que insista, ese tiempo de purificación verdadera.

Simeón se dejaba conducir por Dios, ¿y nosotros?

¡Doy gracias a Dios por todos vosotros que estáis ahí! Mexicanos, peruanos, bolivianos, puertorriqueños, salvadoreños, argentinos, españoles, californianos, neoyorquinos, suizos, venezolanos, noruegos, franceses, italianos... y a todos los que entran en este blog, abierto a todos los pueblos, a todas las naciones, por eso los comentarios están libres para que incluyáis vuestras opiniones.

¡Dios os bendiga a todos!

23/12/08

Desde Buenos Aires - Argentina (otro regalo)

“Poner paz en tanta guerra,
calor donde hay tanto frío,
ser de todos lo que es mío,
plantar un cielo en la tierra”
Buenos Aires, Navidad 2008


Queridos amigos:

El domingo 30 de noviembre comenzó el “año litúrgico”. La Iglesia prepara el primer misterio de Cristo, su nacimiento, con cuatro semanas de anticipación, por aquello que bien decía un teólogo español: “como sea tu adviento será tu Navidad”. Toda celebración ha de ser preparada adecuadamente, lo que decide lo “adecuado” en este caso es la fe que se posea y el amor con el que se viva.

¿Qué nos plantea la fe y el amor a y en Dios hoy? La economía mundial ha sido sacudida casi ochenta años después de aquella “fatídica crisis de los años 30”. La causa directa que desencadenó la conmoción se debe a los Estados Unidos de América, pero fue posibilitada por las llamadas “naciones más desarrolladas” y por una colosal hambre de lucro de quienes se alinearon en un camino de deshumanización y de idolatría. Sí, la crisis se debe al “dios dinero”, que genera el “dios lucro exorbitante” y una hija nefasta llamada “corrupción”. ¡El mundo de rodillas ante las pizarras de las bolsas del mundo y la cotización de las llamadas “monedas fuertes”!

Desempleo, inseguridad, insatisfacción, pobreza…y una enorme carga de indignidad revolotea sobre millones de personas, los más desvalidos y desposeídos, claro. En una situación tal, ¿habrá espacio para el “motivo” de la fiesta? Una vez más, Dios es marginado por los dioses, muchos hombres llevan el corazón monetarizado y cosificado. Tal vez muchos bautizados vivan esta Navidad excusándose, como aquellos invitados al banquete que no aceptaron participar porque tenían que ocuparse de “sus negocios” uno y el otro de “sus yunta de bueyes.

Me pregunto, ¿qué nos está diciendo Dios por estas “voces (¿gritos?) del tiempo”? Creo que es una invitación a preguntarnos por el sentido de nuestra vida, por la escala de valores, por el lugar que le damos a los encuentros, a las conversaciones, a la ternura…al amor. Está claro que no son los bienes, ni siquiera los legítimos, los que nos dan felicidad. Ayudan, claro está, pero la felicidad tiene una raíz más honda, más profunda: proviene de un corazón pacificado, abierto, sereno y apto para el amor y el don de nosotros mismos. He aquí el sentido de celebrar la natividad de Jesucristo. Él nos “trae” todo este cúmulo de anhelos y esperanzas. Él viene a “provocar” el nacimiento y renacimiento de lo mejor de nosotros mismos. ¡Siempre es tiempo para amar, para ser generosos y magnánimos.

Que esta Navidad 2008 haga nacer las mejores tendencias y desarrollar los mejores impulsos de nuestros corazones. Que en la Nochebuena podamos experimentar que algo nace en cada uno para ir a más y ser mejor. Junto al Niño, María y José los tendré presente en la noche más hermosa y buena del año. ¡Feliz y bendecida Navidad!


P. Alberto E. Eronti

21/12/08

¡Estad atentos!

Hace unos días, me encontré con una persona que desde hacía un tiempo no veía, y me preguntó por la familia. Le respondí, pero tuve la impresión de que aunque no le hubiera contestado, no habría pasado nada. Sencillamente, creo que ni me escuchó. Al mismo tiempo que me preguntaba, sin esperar respuesta, empezó a contarme cosas y más cosas, de manera atropellada, no contándome nada en concreto, ni tampoco yo pude saber qué me decía.

Me costó, pero lo conseguí. Me marché despidiéndome de él, y deseándole unas buenas navidades.

Todo esto me ha hecho pensar si a mí no me pasará en alguna ocasión algo parecido. ¿Alguien me querrá contar algo? ¿Me necesitará y yo no estaré atento?

Es verdad, y es una pena, la cantidad de ruido que metemos por todas partes. Y no lo digo por los de la moto, que yo también tuve una, sino por la poca escucha que prestamos a los demás: a nosotros mismos.

Ahora mismo miro a San José, y él me mira también. Está atento incluso a mis pensamientos, enseñándome que en el silencio está Dios. Necesito parar un poco esta actividad frenética y escucharme, ¿qué necesidades tengo? ¿realmente quiero eso y es lo mejor para mí, para mi persona?

Dios, nuestro Padre, está siempre atento a cumplir sus promesas, por eso dice el evangelista: “En aquel tiempo” como diciendo que para Dios el tiempo no es lo más, sino la disposición de nuestra persona. Nos recuerda que para Él nada hay imposible. La Virgen María estaba en oración cuando el Ángel le habló. ¿Cómo si no lo habría podido oír? La Virgen en silencio, dispuesta a Dios en todo, charlando con Él, escuchó esas palabras que la turbaron, no por las palabras en sí, sino por lo que decían. La Virgen estaba acostumbrada a orar, y ella en esta Navidad nos enseña cómo puede nacer Jesús, la Salvación en nosotros, pero para ello hemos de estar en oración. Dios no puede “nacer en nosotros”, no puede habitar, si no se le deja pasar. Nos hace libres, incluso para poder rechazarlo a Él.

Con Dios es muy fácil hablar, tan sólo lo tienes que desear, desde la oración, orando en silencio, estando dispuestos a Él. Y en estos momentos llenos de gracia el Señor está con nosotros, y el Espíritu Santo nos llena de su fuerza, poniéndonos las palabras en la boca, en la pluma, rellenando todos los baches y puliendo esos bultitos que nos afean como chepas, allanando los caminos, porque para Dios, insisto, nada hay imposible.

Y ante esto, ¿qué respuesta se puede dar? No hay otra, la única posible: “hágase tu voluntad”. Es decir, que mi voluntad coincida con la tuya, Señor. Es lo mejor, lo sé, sin ningún tipo de duda. Por eso “cantaré eternamente tus misericordias”.

Feliz Navidad del Señor en todos nosotros. Que Santa María nos enseñe a orar y que su esposo San José nos ayude a escuchar.

¿Me estás escuchando?


14/12/08

Una antorcha

Érase una vez un poblado de la alta montaña que sufrió unos embistes muy grandes por unas tormentas, con unos vientos huracanados, y todo el pueblo quedó en la más completa oscuridad. Nadie podía distinguir cuándo era de día o cuándo era de noche. Todas las cerillas habían volado como por arte de magia. Vivían sumidos en la profundidad de las tinieblas. Eran monstruos con forma humana, algunos prácticamente irreconocibles, desformados en su totalidad.

Aunque ellos no lo sabían, la Navidad, el Espíritu de la Salvación, estaba por venir, pero nadie podía decir cuándo ni cómo.

Un día apareció un hombre sencillo y bueno, alegre, en una mano llevaba un rosario, en la otra una antorcha. Se sentó en lo que hacía muchas décadas había sido un banco, y comenzó a rezar. Al pronto, todos aquellos habitantes que ya no se acordaban de la luz, fueron apareciendo como pequeños fantasmas.

El hombre empezó a decirles cómo allanar su propio camino, y para ello era preciso pulir pequeños promontorios, pero también sería conveniente rellenar esos grandes baches, donde tantas veces habían caído, debido a su ceguera.

Este hombre se llamaba Juan, y era el testigo de la luz, por eso en su mano portaba la antorcha, pero el verdadero Salvador era él mismo, la luz. Quien se acercaba a él, quien hacía su voluntad, no volvía a tener tinieblas, y para ello sólo era preciso estar alegres, rezando continuamente, dando gracias por todo lo recibido, que era mucho más que mucho. ¡Era todo! Todo era recibido. Porque el Espíritu estaba sobre ellos, por el bautismo.

¿Dónde pasaba todo esto? Era en tu pueblo, en tu ciudad, en esos barrios llenos de intereses creados, de politiqueo, de políticas de ladrillazo. Era en Betania, al otro lado del río. Era un poco antes del bautismo, antes de la renuncia al mal de todo corazón, era antes de la conversión.

Por la Navidad, se formó la Sagrada Familia, y por ella la luz, por su Hijo, la luz ya no faltó nunca más. Tan sólo quedaron sin ella los que voluntariamente se alejaron de la Luz.

Si nos alejamos del Bien, ¿a dónde vamos? Creo que al mal.

¿No parece ya que este mundo está necesitado de luz?

Si tú y yo, portáramos una antorcha, si aquél de allá y este de aquí abajo, si vosotros doce, si aquellos de más lejos, si todos cogiéramos una antorcha, el mundo volvería a brillar de tanta Luz.

Entonces: ¿Tú quién eres?

12/12/08

Un sacerdote, nos pide oración urgentemente.

Tono hoy te escribo porque me encuentro en una situación muy difícil. Necesito mas que nunca de la gracia de Dios y de su infinita misericordia.
Te ruego encarecidamente que pidas por mi y pidas también a todos los que puedan que recen por esta intención.Todo es posible para el que tiene fe.
En estos momentos necesito que el señor aumente mi fe y me conceda la paz y serenidad para desempeñar este ministerio del cual soy tan indigno.
Perdona que no te cuente mas, no me siento con fuerzas, solo te pido tu oración y la de todos los que me puedan ayudar con su oración.
Gracias de antemano, cuento contigo y con la intercesión de los hermanos de la cadena de oración.
Que el señor y la virgen me concedan realizar en mi vida su voluntad.
Jesús y María sed mi salvación.
Que el Señor nos una con su gracia y misericordia.

10/12/08

Nos regalan otro comentario precioso

FIESTA DE LA INMACULADA 2008

“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. (Lc. 1, 26-38).
Estas palabras, dichas a María, están destinadas a toda la Humanidad representada en Ella. Estas palabras son también para nosotros, hoy: “Alégrate, llena de gracia, el Señor estás contigo…”

El Evangelio comienza diciendo: “El Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea…” El ángel puede ser una metáfora de la proximidad de Dios en nuestra vida… En realidad, la aparición del Angel es una posibilidad con la que cuenta todo ser humano y el ángel de Dios nos es enviado siempre en esos momentos de silencio interior. La aparición del ángel es una experiencia interior… Esta experiencia interior de María y de cada uno de nosotros nos permiten escuchar “voces” que nadie es capaz de decirse a sí mismo, se trata, entonces, de estar atentos a un mensaje que nos sobrepasa y brota en nosotros como una luz interior.

En la escena del Evangelio de hoy aparece Nazaret, un pueblo insignificante y de mala fama y una joven, María, desposada con un hombre… Y sin más preámbulos el Angel Gabriel, comienza con un saludo: “Alégrate”, favorecida, el Señor está contigo. “Alégrate” (Jaire, kejaritomene). Ese “Alégrate”, ese “Jaire” es mucho más que “Alégrate”, quiere decir: “exulta de gozo, danza, baila, baila al son del pandero”... Alégrate, alegraos, el Señor está con vosotros. No es una alegría engañosa, es una alegría fundada en la certeza del amor de Dios, de sentirnos amados por Dios. La invitación a la alegría, con este verbo, (en griego), aparece 123 veces en el N.T.... Significa que el Evangelio es un mensaje de alegría.

“El Señor está contigo”. Cuando el Angel se dirige a María comienza comunicándole la certeza del amor de Dios: “el Señor está contigo”. Esa es el motivo por el que María puede exultar de gozo. “El Señor está contigo”. Es la experiencia más fundamental de la vida humana. No estás solo/a… Alguien nos acompaña.

“Ella se turbó ante estas palabras”. Realmente, fueron un choc para María estas palabras, Ella quedó impactada, desconcertada a nivel de cabeza…son demasiadas impresiones para una muchacha joven. Se siente perpleja, asombrada.

Realmente, nos cuesta trabajo creer de verdad en la bondad de nuestro ser y en nuestra propia vocación, que nos sobrepasa. Por eso, la palabra de un Angel siempre es como el saludo a María: “No temas, María”.

No temas, María, has encontrado gracia ante Dios”… El ángel la llama por su nombre: María. “No temas, María”. El nombre tiene una importancia particular en la cultura bíblica, es la expresión del amor de Dios. Dios nos conoce a cada uno por nuestro nombre, nos ama personalmente. Ante Dios no somos un número, ni siquiera una cosa más entre tantas en su creación. Dios nos ama como únicos… Sólo Dios puede amar así. Y siempre es así… siempre que Dios irrumpe en nuestra vida, nos ama y nos dice: “no temas”. El nos libera siempre de nuestros miedos. La voz del ángel despierta en María la confianza...

Pero, también, María escucha el “designio de Dios” sobre Ella: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”. A María, Dios le promete un hijo que llevará por nombre Jesús, que significa Dios salva, Dios es Salvador; y salvación quiere decir: Vida plena.

María se siente conturbada ante la sorpresa de que Dios le haya concedido el don de dirigirse a Ella y llamarla; por eso pregunta: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?” María, mujer de fe, conocía las normas morales de su época que le impedía la relación matrimonial antes de los desposorios. La Anunciación se sitúa en ese intervalo antes de vivir juntos)… Por eso, María, pregunta: ¿cómo puede ser eso si no conozco varón? No duda de su palabra; sólo desea conocer el camino. La promesa que el Angel anuncia aquí es aparentemente fantástica. ¿Cómo puede ser? También nosotros nos preguntamos: ¿Cómo puede ser? ¿Podremos comenzar una vida nueva? ¿Podríamos superar el poder de la costumbre, de nuestras tendencias negativas y abrirnos a la ternura y a los deseos de felicidad que llevamos dentro

Una vez más, la respuesta es sencilla: Dios se encargará de todo: “El Espíritu del Señor te cubrirá con su sombra”. El Espíritu, es decir, la fuerza poderosa de Dios, actuará en tu seno virginal. Lo imposible se hará posible. Esa fuerza es como una nube, (la nube era el signo de la presencia de Dios sobre el pueblo, ahora designa la presencia de Dios sobre María). Nosotros también necesitamos recordar que el Espíritu nos cubre con su sombra… Necesitamos renovar nuestra confianza en que el Espíritu nos cubrirá con su sombra, que es una Presencia en nuestra vida.

Y el Angel le da a María una señal: Isabel, una anciana estéril, ha concebido un hijo y ya está de seis meses... (En Israel, ser estéril, era un oprobio para las mujeres). Es una llamada a la confianza total porque Dios puede hacer fecunda nuestra vida estéril, (lo que hay de estéril en nuestra vida).

María responde: “Yo soy la esclava del Señor, que se haga en mí todo lo que has dicho”. María expresa su “sí” radical a Dios. Esa actitud de María de total disponibilidad y confianza es la que Dios nos invita a vivir. Dios necesita la colaboración de nuestra libertad para realizar su obra en el mundo.

La Fiesta de María Inmaculada, en medio del Adviento, no es un paréntesis para los que nos preparamos a la venida del Señor en Navidad. El testimonio de María pone de relieve lo que es prepararnos al Misterio del Dios encarnado, que es la fiesta del amor gratuito de Dios que renueva nuestra esperanza. María acoge el amor de Dios. Con María, la humanidad aprende a decir “sí” a Dios.

Que hoy, en la fiesta de la Inmaculada, la llena de gracia, podamos renovar nuestro sí a Dios como María: “Hágase en mí según tu palabra”.



Benjamín García Soriano.
8 Diciembre 2008

7/12/08

Te imaginas que te pregunten

Te imaginas que te pregunten: ¿Puede nacer mi Hijo en tu casa? ¿Cómo se te quedaría la cara, si te hicieran esa pregunta?

Qué difícil puede resultar decir ese “Sí” que dijo la Virgen, desde su pureza, desde su inmaculada, “Sí, hágase tu voluntad”.

Cuánto amor se necesita para decir Sí, pero lo que más me impresiona es que Ella debería sentirse muy amada, entregada totalmente a la voluntad de Dios.

Este último planteamiento me ayuda mucho a superar momentos difíciles, momentos duros, donde a veces creo que no llego, que no alcanzo esa fuerza de sentir el amor, esa corriente que me impulsa, posibilitándome desarrollar algo en mi interior, que me hace verlo, que me hace sentirme pleno, lleno de alegría.

El cristiano tiene que cambiar continuamente, convertirse a diario en cada pequeño momento, en cada circunstancia, desde lo mínimo, como en esas pequeñeces, hasta en las grandes oportunidades que se nos presentan.

Alguien te pregunta por la calle por una dirección. Pues sencillamente indícale del modo mejor posible, pero eso sí, siempre desde la sonrisa de un corazón que sabe ver al Señor Jesús en esos que nos necesitan.

Una señora que va cargada con las bolsas de la compra, y nosotros caminamos en la misma dirección. Ver a Jesús, y prestarle nuestros brazos, para ayudarle con esos pesos hasta su misma puerta.

Una indicación sobre una dirección; “¿Cómo ir a Alicante?” Así, desde la ventanilla de nuestra oficina, en el hospital, en la obra, en la calle, desde el parque de bomberos: “Señora, no se preocupe, no me ha molestado en absoluto”. Desde la sonrisa y la gratitud.

¿A quién no le gustaría que Jesús naciera en su casa? El veinticuatro por la noche, en la misa del gallo, va a nacer para nosotros, pero la pregunta es: ¿Dónde? Sí, ¿dónde le vamos a dejar nacer? Quizás en el viejo sótano que no usamos, quizás en la vieja cambra, allí, junto a aquellos trastos. Pero antes lo limpiaremos y le daremos un aspecto agradable. Tal vez le prestemos una buena habitación, en el mismo espacio que utilizamos nosotros mismos. Eso es, lo dejaremos nacer cerca de nosotros. ¡Qué bien! Resuelto, esta vez no nacerá en una cueva, con una vaca...

Mi pregunta es: ¿Y por qué no lo dejamos nacer en nuestro corazón? ¿Por qué no le entregamos lo único que Él nos pide? Nuestro amor, nuestro deseo de verle, de compartir todo con Él, para que así vayamos convirtiéndonos en mejores personas, en mejores cristianos. ¡Es tiempo de conversión! Con Él, todos mejoramos, somos más felices, tenemos más alegría, porque somos más justos con nosotros mismos y con los demás. Sí, el cambio es posible, y tan sólo es necesario el deseo, anhelar su amor, recordando que también yo necesito amarlo.

Creo que cuando compruebo cómo me quiere, todo en mí cambia, todo se transforma, convirtiéndome en un mejor cristiano. ¿Recuerdas alguna vez que Él te haya reñido o se haya enfadado? ¿Que te haya gritado? No, es imposible, nunca hace esas cosas. Su amor es tanto, que me comprende incluso en mis errores. Todo, todo lo perdona desde el amor, y para ello sólo necesita un corazón que le diga te quiero.

¿Cómo amar a Dios, si no amas al que tienes junto a ti?

Para que Él venga, es preciso que tú y yo le preparemos el camino, allanando sus senderos, de un modo sencillo, como san Juan el Bautista, que vivía con ropas sencillas, sin lujos innecesarios, pero con el corazón volcado en un “Sí” continuo.

Piénsalo, qué responderías: ¿Puede nacer mi Hijo en tu casa?

Tuya es la palabra, tuyo es el corazón. De ti depende.

1/12/08

A los miembros del Círculo de Adoración “Monte Sión”.

“…y cayendo de rodillas lo adoraron;
luego abriendo sus cofres y como regalos
le ofrecieron oro, incienso y mirra” (Mt. 2,11)


Buenos Aires, Adviento del 2008



Recordados hermanos y hermanas:
Estamos al término del año litúrgico 2007/2008. En el horizonte se vislumbra un nuevo inicio, la Iglesia se prepara para celebrar a Cristo Rey e iniciar un nuevo ciclo litúrgico con el llamado “tiempo de Adviento”.

La Providencia ha querido que nos toque vivir “tiempos difíciles”, tiempos en los que Dios no solo “habla”, sino que “grita” a través de los sucesos que conmocionan el mundo. Lo que llevamos viviendo y viendo en estas últimas semanas es patético: los gobiernos, los grandes capitales, la gente de todo tipo, vive en la preocupación, y muchos en la angustia, que plantea la economía mundial. Los ojos de millones de hombres y mujeres están fijos en las Bolsas del mundo o en las cotizaciones de las llamadas “monedas fuertes”. Los países del primer mundo, los emergentes y los pobres, tiemblan ante la palabra “recesión”.

¿Cómo formular lo que vemos?, ¡el mundo entero está de rodillas ante el “dios dinero”! La tendencia innata del hombre a fundar su vida sobre lo frágil, ha alcanzado aquí su punto patético: el “dios dinero” no ofrece seguridad, trabajo, alimentación, vivienda…y pretende sumergirnos a todos en una espiral de indignidad. Los titulares que nos ofrecen los medios dicen mucho y nada al mismo tiempo, pero todo tiene ese extraño “color inseguridad” que preocupa y agobia.

A la luz de nuestra fe y del sentido de nuestro Círculo, lo que estamos contemplando es la desfiguración del hombre. Un nuevo y enorme golpe a su vocación original: ser imagen de Dios. Como he dicho en otras oportunidades, hemos sido creados según un modelo: Dios. Cuando el hombre se aleja del modelo se desfigura, cuando se acerca se configura. Hoy hay mucha desfiguración porque hay mucho alejamiento de Dios-Modelo-del-hombre. Cuando el hombre se desvía de su camino, el peligro que corre es la idolatría. La idolatría es la adoración de los dioses y el alejamiento del Dios-que-da-Vida. Es conmovedor saber que en Europa hay países en los que la Iglesia ha puesto en venta templos. No sólo porque no hay sacerdotes que los atiendan, tampoco hay personas que los frecuenten; pero en contraposición los “templos” del dios dinero, los llamados “Centros Comerciales”, están repletos de gente gastando su dinero en cualquier cosa, a menudo banal.

La adoración ha sido vista por los místicos como la cumbre del amor. Se trata del embelesamiento, de la fascinación por Dios. El hombre “es” según qué ama. Cuando el hombre ama el dinero “monetariza” su corazón y su vida, cuando ama cosas se “cosifica”, cuando ama a Dios se diviniza. He aquí la opción: ¿a quién amar?

¿Cómo discernir el mensaje que Dios nos da por medio de esta realidad? Somos un Círculo de Adoración Eucarística, es decir: tenemos claro a quién hemos decidido amar y por eso colocar en el centro de nuestra vida. ¿Cómo nos está yendo?, ¿cómo repercute todo lo dicho en nuestra vida personal y familiar? Hemos de vigilar a fin que la paz económica no falte en nuestras familias. Deberíamos hacer de estos problemas un motivo de diálogo familiar. Si Dios habla por los sucesos del mundo, entonces ahora está dando una “clase magistral” y hemos de entender y aprender su contenido.

Hay bienes que no debiera tocar la crisis mundial, son la fe, la esperanza y el amor; la alegría, la paz y la serenidad; la amabilidad, el diálogo y la comprensión. Si no vigilamos, dicho esto en el sentido evangélico, podemos perder los “bienes del espíritu” a raíz de los bienes materiales. Nuestra mayor riqueza no está en el dinero, sino en lo que somos, en los dones que Dios nos ha confiado. Los llamados Reyes de Oriente, cuando llegaron donde Jesús, María y José, lo primero que hicieron fue arrodillarse y adorar. Sólo después que adoraron abrieron sus cofres y ofrecieron al Rey lo mejor de sus bienes: oro, incienso y mirra. Ninguna de estas ofrendas eran importantes en sí mismas, su importancia radica en que los tres dones eran símbolos del corazón creyente de aquellos magos buscadores de Dios. Cuando el amor y la interioridad preceden a los bienes, éstos se cargan de dignidad y sentido; cuando es al revés, los bienes se desfiguran y se vacían de contenido.

El Padre Kentenich tuvo muchos “tiempos difíciles” en su vida: nacimiento e infancia, adolescencia y estudios, la primera Guerra Mundial y la muertes de muchos jóvenes, Dachau, Milwaukee… ¿Cómo venció? Fundando su vida en Dios. Nos es conocida la frase: “Creo firmemente que jamás se perderá, quien permanece fiel a su Alianza de Amor”. He aquí su “secreto” y el nuestro: fidelidad a la Alianza. La Virgen supo de “tiempos difíciles”, la cumbre de ellos tiene nombre: Monte Calvario. ¿Cómo venció la Virgen los momentos difíciles? Viviendo hasta el extremo lo que dijera al Mensajero: “He aquí la servidora del señor, ¡hágase en mí según tu palabra!”. ¡Fundando su vida en Dios!

Sólo Dios es la “Roca” inconmovible, sólo Dios no depende del humor de los mercados ni de la confianza o desconfianza en las diversas medidas económicas. Sólo Dios no depende de las cotizaciones de las monedas ni de los bienes perecederos. No hay desprecio de lo material en las actitudes y enseñanzas de Jesús, lo que sí hay es una escala de valores sólida e inconmovible: Dios, primero Dios y luego el hombre, por fin los bienes. A esto se refería cuando dijera a sus oyentes: “mirad las aves del cielos y los lirios del campo…mi Padre cuida de ellos...” Si el Padre cuida de “ellos”, ¡cómo no va a cuidar de nosotros que somos su imagen! Quizás sea esta la Navidad de la austeridad y la sencillez, de lo importante y no de lo superfluo. Quizás sea este tiempo difícil la oportunidad de ser más libres, más alegres y más imágenes del Modelo que, para conquistarnos, comenzó como Niño.

En esta Nochebuena del 2008 nos encontraremos, recordaremos y pediremos los unos por los otros. Sobre todo pidamos un corazón de adoradores, de adoradores de la Eucaristía. Nos arrodillamos ante un trozo de Pan y por eso somos revestidos de sencillez y paz. ¡Feliz y bendecida Navidad para todos y cada uno! Que Dios les lleve en la palma de su mano y los bendiga desde Sión:

P. Alberto E. Eronti


30/11/08

¿Me abrirás la puerta, cuando te llame?

Primer domingo de Adviento 29 Noviembre 2008-09

Hace no muchos días, fui a visitar a un amigo, un señor mayor, enfermo, y estuve tocando varias veces el timbre de la puerta. Al final, el resultado fue que me tuve que marchar. ¡No está en casa!, pensé.

Al día siguiente, me lo encontré por la calle, y le dije lo que me había ocurrido. Él me respondió que estaba en casa, pero que había comprado una oferta especial de altavoces, y unos auriculares muy buenos, a un precio excepcional, y aunque no le hacían falta -como él dijo- era una buena ocasión.

No está mal, las nuevas tecnologías realmente nos hacen avanzar mucho, pero también pienso que en otras ocasiones nos hacen retroceder.

Todo esto lo digo para que cuando llamen a la puerta no te despistes y no oigas nada, como ocurre tantas veces con la llamada de Dios. ¡No escuchamos! Y lo digo por mí y por ti, no por los que no creen, sino por los que creemos, por los que nos llamamos cristianos, pero que en algunas ocasiones podemos parecer lo contrario.

En este adviento, deberíamos de plantearnos sobre nuestro final. ¿Nos pillaría ahora en pecado, ajenos a la gracia? Por eso hemos de estar “velando”, vigilantes de nuestra actitud, no de la de los otros, sino de la mía, ya que no sabemos cuándo será el momento de la llegada de Jesús. Y lo seguro es que todos nosotros seremos llamados al final, donde se nos pedirá cuentas de nuestras obras, nosotros mismos las veremos enfrente de nosotros, destapadas y sin secretos. Todo se sabrá.

Cuando pedimos por la conversión de los pecadores, parece como si lo hiciéramos por otros, como si no tuviera que ver con nosotros, cuando todos, absolutamente todos, somos pecadores.

“Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!”

He de replanteármelo todo, ver mis acciones, mis obras, y de todo corazón tengo que intentar mejorar, haciendo que todo mi entorno mejore, al menos un poquito, gracias a mí. Solo así estaré vigilante, cuidadoso y mimando la oración, deseando y suplicando al Señor, Dios todopoderoso, que me ayude, que con la ayuda del Espíritu Santo podamos restaurarnos para que no nos alejemos de ti. Sin tu ayuda estoy perdido, Señor.

Por cierto: el Señor busca una casa, un corazón para poder nacer de nuevo, ya que todas las posadas, hoteles, spa, todo está ocupado. El corazón rebosa de propiedades, de deseos, y no oye la llamada de la Puerta-alma.

¿Puede nacer mi Hijo en tu casa? ¿Qué respondes?

A pesar de nuestros olvidos, Tú, Señor, eres nuestro Padre, y nosotros, todos, somos obra de tu mano.

23/11/08

Gracias

Sin saberlo, sin ser consciente de ello al principio, empecé a escribir por un impulso desde la oración, el primer domingo de adviento del pasado año 2007, es decir, llevo un año escribiendo en este blog.

A veces he dudado de hacerlo, porque he creído que nadie lo leía, que nadie lo seguía. Una tentación, como me explicó la hermana Manolita: ¡No caigas en eso! Sigue.

Y así lo hice, pero a veces he pensado: los cristianos, qué raros que somos, no participamos en nada. Y enseguida, “alguien” me dijo: “no juzgues”. Y es verdad. También obedecí.

Lo cierto es que hay pocos escritos que se hayan quedado sin ningún tipo de comentario añadido. Algunos, habéis entrado varias veces, como Emilia Mari, María Arregui, Mª Ángeles, Eduardo Climent, Leonor, Luís García, Santiago, el padre Alberto Eronti, (que nos regaló un escrito elevadísimo para la Pascua), el padre Germán, y anónimos.

Os confieso que mi debilidad es tan grande que cuando he visto vuestras entradas en los comentarios me he llenado de alegría. Gracias a todos, porque el contador de las entradas ha superado ya las 14.000, lo que indica que son más de 1.000 por mes.

Por países está España, Francia-Lourdes, Italia, Ucrania, Polonia, México, Canadá, Estados Unidos, Canadá y Argentina, un recuerdo muy especial desde aquí a la madre Concepción, fundadora de las Adoratrices del Santísimo, y también a la familia de Schoënsttat en Argentina, con un especial y afectuoso saludo al padre Alberto Eronti que tanto bien nos ha hecho a esta familia.

A todos vosotros, en general, gracias, por tanta oración y por vuestro cariño. En ocasiones hacemos maravillas con otros sin darnos cuenta, y todo eso lo sabe el Señor.

Gracias a su Gracia, por poder escribir todo esto. ¿Quizá sea un libro litúrgico del año 2007-2008? Quién sabe.

Y gracias a Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, a su esposo san José que en tantas ocasiones nos presta esa ayuda silenciosa y no nos damos cuenta. ¡Qué suerte que he tenido!

La providencia de Dios es así, si me dejo en Él, se vuelve loco de alegría, y entonces ocurre un milagro tras otro, de este modo Él trabaja desde mí y desde vosotros.

Gracias, Señor Jesús. Cómo me voy a olvidar de ti, si tú eres mi alegría, ¡Qué Alegría!, por haberte conocido. Y tras la alegría llega siempre la felicidad, ¡Qué Felicidad! Es el libro que le sigue. ¿Cuándo, Señor, dispondrás que se publique, y por quién?
Gracias.

Todos somos sacerdotes por el bautismo

Hoy, en este último domingo del tiempo ordinario, cuando se acaba el año litúrgico, viene Jesús recordándonos que hay un final para nosotros, y que Él vendrá en la Gloria rodeado de ángeles. ¿Quizás no esperarían algo así hace dos mil años en Israel?

Pero allí llegó un humilde y pobre, y además de Nazaret. ¿Quizás de Nazaret puede venir algo bueno?

Cuántas veces creo que a nosotros nos pasa lo mismo, ¿ése me va a enseñar a mí? No es posible, si no sabe nada, sólo hay que ver el aspecto que tiene. En otras ocasiones negamos un servicio porque a mí no me toca eso, y me olvido del que tengo enfrente. ¿Y si fuera yo quien estuviera en su lugar? En tantas ocasiones... y sólo pienso en mí. ¡A veces me da vergüenza!

Esto nos recuerda la fiesta que hoy celebramos, donde todos somos sacerdotes por el bautismo, y donde todos tenemos que ser pastores, buscar las ovejas, no para mi beneficio, sino para la mayor gloria de Dios, porque Él vendrá en la Gloria y millones de ángeles con Él.

Mi misión es ésa, buscar a las que se desperdigaron, en un día de oscuridad, ¿quién no ha tenido un día negro? No juzgar a nadie, pero sí prestar mi ayuda, vendar sus heridas, confortándolas, acompañándolas. Curar a las enfermas, como a mí también me curan. Muchas veces me pregunto: ¿cuántas personas rezaran por mí? ¿Cuánto habrán rezado mis padres para que yo, ahora, esté aquí escribiendo esto?

No me puedo olvidar de las sanas y fuertes, a los que gozan de la alegría de Dios, los que dan gracias por la Gracia recibida. Dios es el Pastor supremo, y quien a Él lo tiene, nada le falta, ¿qué más se puede pedir? Él me lo da todo, absolutamente todo, y lo que espero es que jamás me crea “autor” de nada, porque incluso esto ya es un regalo.

¡Qué bonito ha de ser Pastor!

¡Qué lástima que algunos no lo aprecien, tanto de dentro como de fuera! El amor todo lo puede, es la mayor energía, por eso redoblan esas palabras en mi corazón: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”. Esto nos lo está diciendo el Señor Jesús ahora, a ti, a mí, a todos, y añade: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. Ser pastor, tengo que intentarlo, en mi casa, con mi familia, con mis amigos, con los que no me quieren bien, con mis compañeros de trabajo, respetándolos más que incluso a mí mismo.

Hemos de darnos nosotros, ayudando, resolviendo problemas, desde los mínimos a los más grandes, siempre que podamos, y en todo lugar.

Ser cristiano es ser seguidor de Cristo, imitadores de Él, y claro, poniendo toda nuestra voluntad en el empeño, con amor, de este modo, será Dios mismo quien actuará a través de nosotros, seremos pequeños utensilios de Él. ¡Cuánta Gracia!

Desde la Pastoral de la Salud podemos hacer mucho de esto, pero sin olvidar cada momento del día, cada uno desde la perspectiva de su propia realidad y circunstancia.

¡Pidamos mucho por los obispos y sacerdotes, lo que necesitamos es oración y acción cristiana!

¿Tienes algo que decir? Si quieres lo puedes hacer desde este blog.

16/11/08

La prudencia, a veces, no es buena consejera.

Desde antiguo se dice aquello de sé prudente, y lo que yo digo no es ser un alocado, pero hoy, en estos tiempos tan maravillosos, donde tanto tenemos por hacer, como digo, hoy necesitamos de la imaginación para hacer real y comprensible en nuestra sociedad el Evangelio. Cristo mismo nos lo pide con los talentos, trabajar por el reino, no sirven los que se escudan en ciertas frases tales como “a mí no me sirve esto”, para en realidad no hacer nada. No aportan nada, y lo más triste es que el tiempo se está agotando. El final del año litúrgico nos lo hace ver.

Hay que revisar nuestras vidas, ¿he hecho todo lo que podía? O por el contrario, me he refugiado en no se sabe qué para no realizar ninguna tarea.

Hay un compromiso, y es el amor, hay que actuar por amor, incluso arriesgar, entusiasmarse en lo que hacemos como verdaderos apóstoles que somos en estos tiempos. Todos y cada uno de nosotros tenemos una misión muy importante que desempeñar, por leve que nos pueda parecer. No hay rosario mal rezado, como decía Juan Pablo II de feliz memoria, sino que el malo no es otro que el que no se reza. No podemos enterrar nuestra misión y disimular, porque Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote, está al llegar.

Hace unos días una señora, ante un apostolado mariano, decía que ella no comprende lo que otros hacen en dicha misión. Es normal, no puede comprenderlo, yo tampoco podría, no hay forma de comprender la obra de Dios, pero lo que sí que puedo es amarla, vivirla con la intensidad y gracia que me dan, y que los demás piensen lo que quieran.

¡Ánimo, José María, estás haciendo mucho bien! Gracias a ese apostolado, algunos han recuperado la fe, otros la han recibido, y sobre todo, el amor de la Madre, su Inmaculado Corazón, que como dijo en Fátima, al final triunfará, puede ir extendiéndose por el mundo, para que seamos verdaderos seguidores de su Hijo: “Haced todo lo que Él os diga”.

La oración es lo vital, lo fundamental en todo apostolado, tanto en el inicio, durante o en el mismo final. ¿Quién sabe dónde está el final?

Todos somos apóstoles, todos somos hijos de Dios, y todos estamos llamados para una gran misión en el Reino. ¿Cuál es la tuya?

No tengas miedo, sigue los caminos del Señor y serás dichoso; te irá bien.

PD: Os pido vuestra oración para una peregrinación a Montichiari, Italia, al santuario de María Rosa Mística. Gracias.

9/11/08

La Iglesia

Una casa no se construye por solo. En una ocasión en la que yo era estudiante, trabajé con el señor Ricardo, un fontanero experto y honrado de mi pueblo, y recuerdo que por entonces se inició una finca de pisos, veintiocho viviendas, y fuimos a ella para trabajar. Yo era una especie de ayuda para esto y aquello. Era un auxiliar de fontanero.

Recuerdo que al entrar en el edificio en construcción, en la planta baja, habían unos albañiles haciendo un tabique. Más arriba estaba un señor puliendo con una máquina el suelo, todo lleno de un caldo pastoso blanco, y así en cada planta, había mucha gente trabajando en diferentes tareas.

Necesitaba yo un enchufe para la máquina que hace las roscas a los tubos de hierro de media pulgada, y encontré uno, le quité el cable y coloqué el mío. Los gritos fueron inmediatos, las palabrotas no se hicieron esperar, el encargado de la obra bajó de la terraza donde estaban, acompañado de otros que usaban un montacargas. El dueño de la obra y empresario de construcción también se apareció ante mí. Ricardo, mi jefe, también vino: ¿Qué has hecho? Se habían reunido unas diez o doce personas inquisitoriamente a mi alrededor. Yo no comprendía el motivo y contesté claramente: He quitado de este enchufe ese hilo gris y he puesto el mío, para poder conectar la máquina y realizar mi trabajo.

¡La que se armó! Todos de pusieron a despotricar, y no conseguí entender nada, total, sólo era un hilo, ¿por qué estaban tan furiosos?

El dueño, Miguel, me lo explicó: de ese cable de corriente eléctrica dependía también el trabajo de los otros. Incluso la radio dejó de sonar. Ahora sí, me daba cuenta, y Miguel me dijo: cuando necesites luz, me la pides, y yo te pongo un cable para ti, pero no puedes actuar tú solo.

¡Qué lección tan bonita! Cuánto celo por el trabajo de cada uno bien hecho, y qué necesarios somos todos para construir un buen cuerpo, un buen edificio, la Iglesia de nuestro Señor Jesús, y de la cual nuestra Madre, la Santísima Virgen María, es la Madre, Madre de la Iglesia. Y san José, su esposo, el patrón de la misma.

Ya ves, la Sagrada Familia. ¡Qué importantes son nuestras familias para Dios!

Que Dios nos bendiga. ¿Deseas añadir algo tú?

6/11/08

Soluciones para la crisis actual de la fe.

He meditado con sencillez en este trabajo y me ha venido a la mente el capítulo tres del primer libro de los Macabeos, cuando Judas, responde a la pregunta de cómo van a luchar contra toda esa multitud tan bien armada: A Dios lo mismo le cuesta salvar con muchos que con pocos, pues la victoria no depende del número de los soldados, ya que la verdadera fuerza viene del cielo. Además nosotros, que ya hemos tenido la gracia de conocer al Salvador, sabemos que nuestra salvación viene por Él, y como dice san Pablo ya tenemos las armas necesarias.

A mí, todo esto de la Sagrada Escritura, me hace pensar en una solución, en el ejemplo que yo pueda dar, desde mi comportamiento en la calle, en el trabajo, y fundamentalmente en mi casa, a mis hijos, y cuanto más sea capaz de aumentar el círculo de amor más fuerza tendrá este testimonio.

Acción y oración, aunque para mí es Oración, y con las pilas llenas, puedo pasar a darme a otro, a partirme con otros, ya que si no soy Yo, estoy vacío, y nada puedo ofrecer a nadie.

No le digo a nadie lo que tiene que hacer, pero le incito a cambiar a positivo, como dicen otros, y desde mí poder transmitir una fe grande y viva.

Me encanta ir a la eucaristía unos cuarenta minutos antes para entrar en la capilla del Sagrario, para escuchar los buenos consejos, para que me llene Él. Me encantan las homilías todos los días. Me llena la exposición solemne del Santísimo, y la bendición final del sacerdote con el mismo Cristo Jesús. Me hace falta asistir al Sagrario todas las semanas, al menos unas dos horas, para tener tiempo de escuchar desde el silencio. Me llena de gozo cuando Jesús acepta mi invitación de sentarse junto a mí en el mismo banco de madera.

Creo que mi vida es esto, y luego, cuando los tanques de carburante se me han llenado gratis, poder ser un transmisor de ese amor también gratis, y siempre, a ser posible, desde una sonrisa.

Siento no poder dar soluciones, y espero recibir muchas sugerencias, para intentar, desde mi corazón, poder plasmarlas.
¿Qué otras soluciones das tú?

2/11/08

FIELES DIFUNTOS

La fidelidad como virtud, ése es el camino. La fidelidad a Dios, sabiendo que caminamos siempre avanzando, aunque a veces caigamos en oscuridades, en noches profundas que nos hagan dudar. ¿Alguien nos está tentando?

Mi alma pide, recuerda al Señor, que su fidelidad y ternura son eternas. Suplica que su misericordia se acuerde de mí, que me mire con buenos ojos, y que tras mi arrepentimiento sincero, me perdone todos mis pecados, esos descuidos, esas faltas. Esos comentarios de más, ese pensar mal del otro, tantas y tantas cositas que sin darme cuenta me hacen tropezar.

Pero a pesar de todo esto, yo sé que al final te veré, veré a Dios, y serán mis propios ojos los que te verán, porque soy ciudadano del cielo, porque soy hijo de Dios, y Jesucristo transformará mi cuerpo, nuestro cuerpo terrenal, en un cuerpo de energía gloriosa.

Cuando la vida vaya acabándose aquí, en esta tierra de dolor, de infierno en muchas ocasiones, cuando la agonía llegue a su fin, cuando la piedra que arrastramos sea muy pesada y grande, en ese momento se rasgará el velo del cielo, y veremos bajar a miles de ángeles y familiares que vendrán a por nosotros porque habremos resucitado a la vida eterna, la verdadera vida, la que no se agota, en la que tendremos presencia de Dios en todo momento.
Será como cuando vas al sagrario, donde todo se diluye, donde todas tus inquietudes se llenan de paz, porque realmente el sagrario es una gran puerta al cielo, lo que ocurre es que tiene una cortina de hilo natural y encajes y no se ve con la claridad que veremos en ese día.

Recemos por nuestros santos-difuntos, no solamente estos días, sino todos.

En la oración nos unimos a toda la comunión de los santos, y recordemos de forma especial a estos santos mártires, esos casi quinientos que hace poco fueron nombrados públicamente. Pidamos también para que ellos intercedan por nosotros, por la Santa Madre Iglesia, por los sacerdotes y toda la vida consagrada, y no olvidemos nunca a nuestros seminaristas.

¡Que Dios nos bendiga y nos muestre su rostro!

1/11/08

TODOS LOS SANTOS

Recuerdo la primera vez que murió alguien muy cercano a mí, y muy querido, era mi abuela materna, que a mi corta edad de seis años dejé de disfrutarla. Ese día, mi padre recibió un telegrama, qué mal presagio eran entonces los telegramas, lo leyó, se quedó muy serio. Pensativo y en silencio, salimos de la estafeta de Correos de Gandesa, y ya en la calle, me dijo: ¡La abuela está en el cielo!

La tristeza me golpeó por primera vez, ¿cómo podía ser, con lo que yo la quería? Debía, sin lugar a dudas, de tratarse de un error. La realidad se impuso, soberana y fría, era cierto, a mi abuela no la vería más, en esta vida. ¡Estaba en el cielo! ¿Cómo sabía mi padre que estaba en el cielo? Era muy sencillo, era una señora que había sufrido muchísimo en la vida, y sin embargo había seguido siendo muy buena y cariñosa. ¡Cuántas personas hay así!

Mi abuela debió de ver que eran realidad las palabras del Apocalipsis al llegar allí, una muchedumbre inmensa, imposible de contar, de todas partes, de todos los países, gentes que hablaban de mil modos diferentes, y que todos ellos eran santos. Unos muy conocidos, como san José, san Antonio Abad, san Antonio de Padua, san Antonio María Claret, y para que no me digas partidista, ¿por qué no? También san Francisco, san Agustín, y más de estos conocidos, como nuestra doctora santa Teresa de Jesús. Pero junto a ellos, mi abuela vio a un gentío enorme, ignorados por casi todos, tan sólo recordados por los familiares.

A mi abuela nada más llegar ya le dieron el diploma de santa, y así habían muchos más. Recuerdo que me dijo que también estaban tus familiares; ahora no sé si me lo dijo o lo he soñado, no importa, lo cierto es que allí estaban, en presencia de Dios, siendo consolados y mimados todos, allí estaban por la gran misericordia de Dios, que nos mandó a su Hijo para que nos pudiéramos salvar, Él es nuestro Salvador, y los que crean esto se salvarán.

Hay tanta gente buena, aquí, entre nosotros, tan discreta, tan amable, tan misericordiosa, que a veces nos pasa desapercibida por completo pero por suerte no es así en Dios. Él todo lo ve, lo oculto y lo que está claro, no hay dudas para Él.

¿Quién puede subir al monte del Señor-Cielo? ¿Quién puede estar con Él? Los hombres inocentes y de buen corazón, los que confían plenamente en Él, esos son los que reciben la bendición de Dios.

Queremos ser santos, Señor, por eso venimos a tu presencia, aunque de momento sea velada, pero sabemos que un día te veremos tal y como eres.

¿Crees que es así de fácil?

LA PALABRA

La palabra es eficaz cuando actúa y eficaz cuando es proclamada. Jamás vuelve vacía, sino que siempre produce fruto cuando es enviada.

¿Qué otra cosa podríamos encontrar más eficaz y más poderosa que esta palabra?

¿Qué hay imposible para el que cree o difícil para el que ama?

Balduino de Cantorbery

26/10/08

YO TE AMO, SEÑOR

Todos los días al levantarnos tendríamos que decirnos esto: “yo te amo, Señor.” Sería una costumbre muy buena, y nos llenaría el corazón de más amor, para seguir diciendo: tú eres mi fortaleza, la roca donde pongo mis pies, y quedo fijado para mirar al horizonte, y si no, que se lo pregunte a los montañeros. Señor, tú eres mi libertador, mi escudo cuando me lanzan esas flechas venenosas, esas palabras dañinas que tan sólo buscan mi mal, escudo de envidias.

Pero tú -y deberíamos seguir diciendo-, tú eres mi salvación, la salvación de todo tu pueblo, y qué paciencia más grande nos demuestras, porque siempre que te llamamos, cuando te necesitamos, ahí estás tú. Mejor dicho aquí estás tú, junto a mí, junto a los que te invocamos.

San Pablo nos recuerda siempre que hemos de acoger la Palabra de Dios, y vivirla, hacerla realidad, y sabemos que hoy en día hay luchas, como antaño, como en todos los tiempos pasados, pero hay que llenarse de ella, porque de lo contrario sí que vamos contracorriente. No hacer lo que debemos es ir en contra, no porque ahora está de moda, nosotros tampoco hemos de caer en eso.

Nosotros con el Señor, y él nos guardará de todas las caídas innecesarias, provocadas tantas veces por nuestro alejamiento y por nuestra comodidad.

Personalmente, necesito ir al Sagrario, en ese silencio, pero ante todo en esa Presencia real, para comentar todas estas cosas, para recibir consejos, para calmar furia, para pedir perdón, para estar, simplemente estar, y no allí, sino “estar con él”, con ese amigo nuestro que tenemos, y que nos recuerda cuál es su amor hacia nosotros.

Siempre pendiente de mí, de nosotros, de todos, de un pueblo, de los que lo buscan. Él, siempre está allí, aquí, ahora, y sólo depende de mí, de que lo salude y le diga “Señor, te quiero. Mi buen amigo Jesús, aquí estoy”, del verbo estar, no sólo en presencia, sino de corazón, con toda mi alma, con todo mi ser. “Aquí me tienes, tuyo soy, haz de mí.”

25/10/08

LA VIRGEN DEL REMEDIO DE UTIEL VUELVE EN ROMERIA A SU ERMITA, ESTE DOMINGO 26 DE OCTUBRE

En el 450 aniversario de la primera romería a la Virgen.

Cerca de 5.000 devotos de la Virgen del Remedio de Utiel devolverán el próximo domingo la imagen de la patrona a su santuario desde la parroquia de la Asunción, coincidiendo este año con el 450 aniversario de la primera romería realizada en honor a la Virgen.
Los fieles iniciarán el recorrido tras la celebración de una misa, a las 8 de la mañana, en el templo parroquial, donde la patrona ha permanecido desde el pasado 6 de septiembre para presidir las fiestas patronales.
Durante el itinerario, de 13 kilómetros, los devotos realizarán tres paradas durante la romería para cantar la Salve a la Virgen del Remedio.
Igualmente, a su llegada al santuario, prevista a las 12 horas, participarán en una misa de campaña el párroco, Antonio Martínez. Tras la ceremonia, se desarrollará la "tradicional imposición de la imagen a todos los fieles", ha añadido.
En el año 1558 se celebró la primera romería al santuario en petición de agua y "tras concederla la Virgen y finalizar la sequía, su devoción se extendió y se hizo constante desde entonces entre los utielanos".
Con motivo del 450 aniversario de la primera romería y rogativa a la Virgen, que se conmemora este año, así como del 400 aniversario que también celebra la Cofradía de la Virgen y el 50 aniversario que se cumplirá en 2010 de la coronación de la patrona, la parroquia ha iniciado la preparación de diversos actos conmemorativos.
La Virgen fue proclamada patrona canónica de la población por el papa León XIII en 1881 y fue coronada en 1960 por el entonces arzobispo de Valencia monseñor Marcelino Olaechea en nombre del papa Juan XXIII.
La actual de la Virgen del Remedio, una talla de madera policromada de 30 centímetros de altura esculpida en 1940 para sustituir a la destruida en la persecución religiosa de 1936, alberga en la peana una reliquia de San Pantaleón, al igual que la primitiva imagen desaparecida.

19/10/08

SED MISIONEROS

En primer lugar, y para clarificar al máximo este punto dentro de mis muy limitadas actitudes, nos tendríamos que formular la siguiente pregunta: ¿Qué es ser misionero? ¿Quién es misionero?

Según el diccionario, una de sus acepciones, es la de una persona dedicada a enseñar la doctrina cristiana a personas que la desconocen o que no la practican.

¿Quién es misionero entre nosotros? Pues claramente el que no es hipócrita, el que dice y hace lo mismo, el que sólo tiene una moneda, y sólo así se puede ser de Cristo, hablar con autoridad, que no es ni más ni menos que hacer, pensar, y decir lo mismo.

Qué tranquilos nos quedamos cuando mandamos unas moneditas a África, a Sudamérica... qué buenos somos. Y puede que sea cierto, pero cómo es posible que haciendo todo esto tan bueno con aquellos que no conoces, a mí que estoy junto a ti no me saludes. Cómo pueden haber personas de la adoración nocturna que no se saluden entre sí. Cómo pueden cofradías, tener presidentes que entre sí no se hablan, y puedan pensar que él es mucho mejor que el otro. Cómo es posible que tú vayas a misa todos los domingos y apoyes a partidos políticos que dicen sí a la muerte de los más indefensos. Cómo puede ser que seas cristiano, o eso digas, y te lucres con el dinero de otros, ganado dudosamente.

Cómo ser médico católico, sólo unos cuarenta y cinco minutos los domingos, y el resto de la semana ser lo contrario. No se puede ser misionero allí, y aquí un... pon tú el calificativo. Jesús lo tenía claro: un hipócrita.

Está muy bien apoyar a las misiones y a sus misioneros con nuestro dinero, con diez, veinte euros, y no con unos céntimos, y por supuesto y sobre todo, con nuestra oración continua. Pero aquí, tú y yo también podemos misionar, también somos misioneros, mostrar el Reino de Dios, porque nosotros vivimos en él confiados.

Dios nos ha elegido, y cuando se nos proclamó el Evangelio no solo hubieron palabras, sino que la fuerza del Espíritu Santo nos llenó de profunda convicción.

Oración y acción, ésa es la cuestión. Dar a Dios lo que es de Dios, porque Él es el Señor, y no hay otro. Fuera de Él, no hay dios.

18/10/08

LAS CLARISAS Y SU FAMILIA ESTAMOS DE LUTO


SOR JOSEFINA DE JESÚS

La Monja Clarisa portera, ha fallecido, tras 57 años de contemplativa, y lo ha hecho ofreciendo su vida por los Sacerdotes y los matrimonios, en el Monasterio de la Puridad y de San Jaime de Valencia. Hoy se puede visitar la capilla funeraria.

La misa funeral mañana domingo a las 11h, en la Iglesia de ellas. Acudid todos los que podáis.
C/ Convento de la Puridad, 4
46003 Valencia
tel: 96. 391 35 20

16/10/08

FELICIDADES A LAS RELIGIOSAS DE DESAMPARADOS Y DE SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA.


La Beata Petra de San José nació el 7 de diciembre de 1845, en el Valle de Abdalajís (Málaga). En el bautismo recibió el nombre de Ana Josefa. Fue la más pequeña de cinco hermanos. Sus padres, José Pérez Reina y María Florido González, la educaron en un ambiente familiar verdaderamente cristiano.
La vida de Madre Petra se caracteriza también por constituir un prodigioso equilibrio entre la contemplación y la acción apostólica. Su amor apasionado a Cristo la lleva a buscarlo, tanto en la soledad y el silencio como en el rostro de los ancianos y niños desamparados.Agotada por su entrega sin límites, por las persecuciones sufridas y por una grave enfermedad, murió a los 60 años, cuando aún se podría haber esperado mucho de ella. Ocurrió en Barcelona, el 16 de agosto de 1906.
La fama de santidad de Madre Petra y los muchos favores atribuidos a su intercesión, dan lugar a que se abra en Barcelona, en 1932, el Proceso Diocesano de Beatificación y Canonización. El 14 de junio de 1971 el Papa Pablo VI aprueba sus virtudes heroicas y la declara Venerable. Y, en fecha reciente, el 16 de octubre de 1994, fue beatificada en Roma por Su Santidad Juan Pablo II.


15/10/08

FELICIDADES A TODO EL CARMELO


Santa Teresa de Jesús


"Nada te turbe, nada te espante.

Todo se pasa.

Dios no se muda.

La paciencia todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene, nada le falta.

Sólo Dios basta."


"En la cruz está la gloria, Y el honor,Y en el padecer dolor, Vida y consuelo, Y el camino más seguro para el cielo."

Reformadora del Carmelo, Madre de las Carmelitas Descalzas y de los Carmelitas Descalzos; "mater spiritualium" (título debajo de su estatua en la basílica vaticana); patrona de los escritores católicos y Doctora de la Iglesia (1970): La primera mujer, que junto a Santa Catalina de Sena recibe este título.

12/10/08

VAMOS DE FIESTA




A Dios, nuestro Padre, la Gloria por los siglos de los siglos. Y tan sólo nos resta a nosotros decir: Amén.

Cuando hablamos de las cosas de Dios, cuánta alegría y felicidad hay en nosotros, y es que Él siempre nos da mucho más de lo necesario, siempre es amplia su medida, provee nuestras necesidades con magnificencia, siempre, porque es espléndida la riqueza en Cristo Jesús.

Rey del Reino, que nos invita a todos, a los que caminábamos de espalda o a los que marchan “contrarios”, a todos los que nos alejábamos. Pero Él, ahí, grande y poderoso señor, viene a buscarme a mí, al cruce de caminos, por esos “caminos” a veces tan insospechados, tras un accidente, tras ese viaje a Lourdes, a Fátima, a Montichiari. Tras una invitación a rezar el rosario, tras “algo” que cambia nuestra vida.

El Reino se nos da, como es el banquete donde no falta de nada, porque si alguien es generoso, ese es nuestro Rey. A la boda se va por invitación, al igual que al Reino, sólo se va por invitación, pero aun así algunos no quisieron, no quieren ir.

Yo no conozco los designios de nuestro Señor, y tampoco entiendo cómo y dónde sopla el Espíritu Santo, ya que lo hace donde quiere. ¡Menos mal!

A la fiesta, al Reino, hemos de ir vestidos y revestidos de fiesta, de solemne fiesta, es decir, de alegría, llenos de alegría por sabernos hijos de Dios, porque Él ha venido a llamarme, porque Él quiere que con su madre todos sus hijos se conviertan de corazón, y marchemos alegres y felices por estos caminos del Reino.

A veces, algo nos pesa mucho, y se tambalea nuestra fe, y como siempre, tenemos ese Pilar que nos ofrece Santa María para sostenernos, aguantar, reponer fuerzas, y volver por el Reino, a vivir la vida con alegría y confianza plena en su hijo Jesús. Por eso ella, como Madre, nos dice que hagamos todo lo que su Hijo nos indica. Nada me falta si me fío de Él, me conduce y repara todas mis fuerzas, no me falta comida, me llena de perfumes, y mi copa de la felicidad rebosa.

Lo tiene todo preparado, y nos invita a todos: venid a la boda.

Madre, condúcenos, danos la mano en todos los momentos, ya que si no, duro muy poco. Tú, Virgen del Pilar, patrona de España y todos los españoles, patrona de la Guardia Civil, protege a todos tus hijos, y hoy, Madre, llena todos los cuarteles de una bonita fiesta, y que tu imagen luzca con ese manto tan especial de tan distinguido cuerpo.

¡Recemos por la Guardia Civil!

7/10/08

Nuestra Señora del Rosario

Nuestra Señora dándole el Rosario a Santo Domingo


La Virgen se le apareció a Santo Domingo de Guzmán en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.
Santo Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albigenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente la situación entre albigenses y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.



Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:


1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.

2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.

3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.

4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.

5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.

6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.

7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.

8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.

9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.

10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.

11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.

12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.

13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.

14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

5/10/08

La Iglesia orante

Me contaba una buena señora, un día en su casa, de cómo sus hijos, que lo habían recibido todo de ella y de su difunto esposo, podían ahora actuar así, abandonándola prácticamente, en una soledad profunda, verdadera pobreza de esta sociedad donde nos sobra de todo menos amor y oración.

Hay tantas prisas, hay tantos intereses, hay tantos negocios, que el egoísmo y la mentira se adueñan de nuestras vidas, llenándonos de falsas metas, inalcanzables. Todo esto nos lleva al camino del abandono de uno mismo, y la depresión. Y la depresión se nos viene encima.

Es lamentable y ruinoso contemplar las estadísticas oficiales de sanidad sobre las personas que recaen, y en los nuevos enfermos por depresión. Es una exageración. Y para ello la solución: vengan pastillitas, que van enriqueciendo a alguien. No es tráfico de armas, pero quizás...

Hay más televisores, más coches, más de todo, abundancia de todo, y los enfermos de todos los estratos sociales, da igual la condición o el poderío económico, o aquello de estar montado en el dólar. La soledad amarga cada día es mayor. Es la verdadera pobreza espiritual de nuestras sociedades ricas.

Yo lo he comprobado, y ya lo cuento en el libro “¡Qué Alegría!” en el capítulo “Ante la depresión, oración.” Es un pareado, quizás parece una broma, pero yo lo voy comprobando cada cierto tiempo. Personas con grandes depresiones se inician en la oración, acompañándolas nosotros, en el rosario, en la capilla del Sagrario, en la Santa Misa, y con paciencia pero mucho más deprisa que otras, van encontrándose mejor, incluso la medicación se la va rebajando el médico-psiquiatra. Van viendo la luz, vuelven a descubrir el amor y su origen. Valoran de otra manera a la familia, dándose más, entregándose con más valor, y “algo” cambia en ellos, en sus vidas, en sus familias.

Y es que la vida de competición continua donde sólo los valores humanos priman, y un porcentaje de suerte, no funcionan. Hace aguas, vuelve locas a las personas. No nos podemos olvidar de la paz, del perdón hacia el prójimo, porque resulta que yo también me equivoco, y con toda esta competición deshonesta y deshonrosa, sólo ganan unos cuantos millonarios, pero que sólo ganan dinero, porque ellos mismos viven en la locura de la mentira, del robo, se podría decir en muchas ocasiones, ya que nace de conductas muy dudosas, de especulaciones muy egoístas y sectarias.

¿Dónde queda la oración? ¿Cuándo la practicas tú? ¿Es que no tienes tiempo? ¿Cuánta televisión ves? ¿Cuánto hablas con tu familia?

Nada os preocupe, nos recuerda san Pablo, y como es costumbre en él, todo se soluciona en la oración, tanto suplicando como dando gracias a Dios. Y entonces, el Dios de la paz, que está por encima de todo, se encargará de vigilar nuestros corazones y pensamientos, y la paz de Dios estará con todos nosotros. Mi pregunta es, ¿no será que hacemos poca oración por parte de todos? ¿No será que la Iglesia orante está adormecida?
¿Tú que opinas?

2/10/08

Ángeles custodios, de la guarda

Ángel de Dios, que eres mi Custodio, ilumíname, custódiame, rígeme y gobiérname, ya que he sido confiado a tu piedad celeste.




Ángel de mi Guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, no me dejes solo que sin ti me perdería.



29/9/08

Fiesta de los Santos Arcágeles: San Miguel, San Rafael y San Gabriel


Oración a San Miguel

"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas. Amén."
Felicidades a todos los Migueles, Rafaeles y Gabrieles. Y como no, al pueblo de Lliria, que son sus fiestas, aunque yo no las conozco.

28/9/08

Recapacitar para el perdón

Me encanta San Pablo, en su conjunto, siempre tan atento a todo detalle, por superfluos que parezcan, no lo son. Hoy nos dice que no actuemos por ostentación, por aparentar, por quedar bien, sino que lo hagamos de modo humilde, considerando a los demás nuestros semejantes, superiores a nosotros mismos. No buscando nuestro beneficio sino el de todos, el del otro, y como quien no dice nada, afirma que estos son los sentimientos propios de Cristo Jesús. ¡Uf!

¿Quién se puede salvar ante los ojos de Dios? El que recapacita y se convierte de los delitos cometidos, es decir, el que tiene humildad para pedir perdón, para reflexionar, el que se plantea que es el otro quien puede tener razón, incluso por encima de mí mismo, como el hijo que dice “no”, pero lo piensa mejor y comprende su error, corrige, rectifica, pide perdón, se arrepiente y cumple lo que le ha ordenado su Padre.

La viña es el pueblo, el total, todos, el pueblo de Dios, y en ella hay quien hace lo que quiere, sin corregir, porque su modo de pensar y de ser dista mucho del de la humildad. La soberbia manda de él, es gobernado por sus instintos egoístas.

Y está el otro que intenta, que lucha por ser humilde, quiere reconvertir su vida de maldad, de error, practicando el derecho y la justicia, escuchando la Palabra para salvar su vida.

A pesar de todos los errores, le dice al Señor que lo mire con misericordia, que le enseñe los caminos para poder caminar con lealtad, y pide perdón por las maldades cometidas por desliz, clamando, suplicando la misericordia del Padre que es todo bondad.

¡Perdón, no sé hacerlo mejor: ayúdame, Jesús!

Lamentablemente hay muchos que saben mucho, muchísimo, y lo hacen mejor que nadie, mirando por encima del hombro al resto, a los que piensa que están por debajo, o incluso son menos. ¿Y si por casualidad aparentan eso debido a que caminan por las sendas de la humildad?

Hay quienes son tan santos que no necesitan de nadie, están por encima, ¿de qué rito religioso serán?

Señor, enséñame el camino, hazme caminar con rectitud y humildad, tú que eres bueno y recto.

“Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.” A pesar de esto, aún hay quienes ni recapacitan ni creen. ¡Qué lástima! Ayúdales, por tu misericordia.

26/9/08

HAMID Y NUESTROS PECADOS por Eduardo Climent

Queridos amigos, se acabaron las vacaciones y ya nos hemos incorporado a nuestro trabajo, a lo que es habitual en nuestras vidas y forma parte de nuestro ser y hacer. Pues bien, en vacaciones siempre se aprenden cosas, esta uno mas relajado y tiene tiempo para observar y comprender lo que observa, les contaré una pequeña historia de la experiencia de Dios.

Andaba yo por tierras de Alejandría, norte de Egipto, y más concretamente en la ciudadela de dicha ciudad, frente al mar Mediterráneo. Viajaba con una comunidad cristiana de rito católico y nos disponíamos a ver la ciudadela, donde también se encontraba un pequeño mercado y en el, unos niños egipcios, de aspecto pobre, ambulaban de un lado para otro vendiendo productos de la tierra.

Apareció ante nuestros ojos Hamid, un niño de unos 15 años, que vendía un pequeño gallinero circular de madera, con una asa y cinco gallinas sobre el, cogidas con unas cuerdas a una esfera que se encontraba debajo del mismo, de forma que al mover con el asa el gallinero, las gallinas picoteaban el grano pintado que sobre el se encontraba, produciendo unos sonidos a modo de taconeo flamenco.

En Egipto el comercio es fundamentalmente de regateo, es decir, te ofrecen el producto y un precio para el mismo, y dependiendo de tu habilidad y de la voluntad del comerciante, el precio se va reduciendo hasta llegar a un acuerdo presumiblemente satisfactorio para ambas partes. Digo presumiblemente satisfactorio, pues como verán a veces la parte compradora no queda del todo satisfecha después de la compra al enterarse que alguien compró más barato.

Le cuento lo sucedido. Una persona de esa comunidad cristiana de rito católico, comenzó el regateo con Hamid, quien le ofrecía un gallinero por 3€, tras la negociación, acabó comprando por 3€ dos gallineros, es decir, le constaron 1,5€ cada gallinero. Parecía que la persona en cuestión había quedado satisfecha pues pensaba que había hecho una buena compra, aventajando en listeza y picardía a Hamid.

Al instante, se acercó otra persona de esa comunidad cristiana de rito católico, al parecer más lista aún, y negociando con Hamid, logro comprarle un gallinero por 1€, quedando esta más satisfecha que la anterior, tal fue su satisfacción que fue pregonando su buena compra por todo el grupo.

Al enterarse la primera compradora de que Hamid había vendido el gallinero por 1€ y a ella le había costado 1,5€ cada gallinero, exigió Hamid que le diera otro para completar los 3 gallineros por 3€, es decir, 1€ cada gallinero. Sólo así ésta quedaría satisfecha al recibir un trato igual que la otra.

Hamid accedió ha venderle un gallinero también a 1€, pero tras entregarle el gallinero a la primera compradora, esta subió al autobús sin pagárselo. Hamid entristeció, quedó perplejo ante el comportamiento de la compradora y otros miembros de la comunidad al ver la reacción de Hamid y su expresión facial, aconsejaron a la primera compradora que devolviera a Hamid el gallinero, haciendo esta oídos sordos a dicha petición.

Así las cosas, un miembro del grupo, guiado por la palabra de Dios (Mt 20, 1-16) que leímos el Domingo 21 de Septiembre de 2008, se acercó a Hamid tratando de calmar su rabia, extendió su brazo sobre los hombros de Hamid, y aunque este hablaba español y Hamid árabe pudieron entenderse desde la mirada del corazón.

Hamid se dispuso a regalar a ese miembro del grupo un gallinero, y este no accedió, pues tan solo venía a calmar su rabia y sed de justicia, insistió y volvió a insistir Hamid en el regalo, pero la fuerza de la palabra de Dios fortaleció el corazón de dicho miembro del grupo y este entregó 4€ a Hamid por el gallinero regalado, y en compensación por la perdida obtenida en las dos anteriores ventas.

Y que le dijo a ese miembro de la comunidad cristiana de rito católico la palabra de Dios en (Mt 20, 1-16), pues sencillamente, que “Amar es saber salir perdiendo”. Dios lo expresó muy claramente a través de Mateo, en la parábola de “los obreros enviados a la viña”, donde todos los obreros reciben el mismo salario con independencia de las horas trabajadas, los últimos que llegaron a la viña como los primeros que empezaron a trabajar. Lógicamente los primeros que llegaron a la viña se quejaron y pensaron que era injusto el trato recibido (como la primera compradora que compró el gallinero a Hamid).

La justicia de Dios, lógicamente, no es la misma que la justicia del hombre, como Hamid, Dios piensa que no trata injustamente a nadie, pues previamente y de mutuo acuerdo se ha pactado el precio. ¿Tiene derecho Hamid, que anda pidiendo el pan nuestro de cada día, en la calle, y a pleno sol, a exigir precios distintos por sus gallineros e incluso regalarlos?, ¿Puede hacer Hamid lo que quiera con su dinero?, ¿O quizá la primera compradora tuvo envidia de la segunda compradora por haber comprado esta mas barato?

Hamid, de 15 años de edad, musulmán, y pobre vendedor de calle, nos dio una gran lección de lo que es el reino de los cielos, de lo que es amar sabiendo perder, de lo que supone un cambio de actitud en nuestras vidas y de talante interior en quienes escuchan la palabra de Dios y tratan de ponerla en práctica. ¿No deberíamos dejarnos contagiar por la generosidad de Dios?, ¿No deberíamos dar tanta importancia a ser siempre los primeros y los más listos?, ¿No deberíamos dejarnos atrapar por la espiral de la gratuidad?, ¿No deberíamos salir de la trampa de los cálculos, de las exigencias y de las reclamaciones?

Lo mismo que Dios Padre ha sido generoso con nosotros, debemos también nosotros ser generosos con los hijos de Dios, nuestros hermanos. ¡Gracias Hamid por dicha lección, pues aunque nuestras religiones son distintas tienen algo en común: “el amor a Dios traducido en el amor al prójimo”!, ¡Gracias Señor, por manifestarte ante mis ojos en la persona de Hamid y agrandar mi corazón!
Autor: Eduardo Climent

21/9/08

Entrevista en la Cope el 13-9-08 por Faustino Catalina

No tires piedras a tu propio tejado

Nos da tanto Dios, hay tantas actuaciones suyas en torno a nuestra vida, es decir, su brazo poderoso realiza tantas proezas que nos deleitan, y menos mal que no lo vemos todo porque sería como “ ahogarnos” en tanta grandeza. Mis planes no son sus planes, nuestros caminos no son los suyos, ni su tiempo es nuestro tiempo. ¡Imposible comprender todos sus pasos! De lo contrario nos volveríamos locos.

Aún así protestamos de todo, tanto si recibimos mucho como si recibimos poco; de sí aquel recibe más y por qué, si no lo merece, total ¿qué ha hecho para tener, merecer eso? Siempre las comparaciones, y por supuesto yo soy mejor que tú, de buen pedazo, hago más oración, voy más a misa... ¡Qué equivocados que estamos!

Gracias Señor por ser tan misericordioso con todos nosotros, lento a la cólera, porque Tú eres bueno con todos y cariñoso con todas tus criaturas.

¿Quién destruiría su casa, rompería las tejas de su propio tejado? ¿ Acaso la lluvia no dañaría y pudriría todas las estancias? No tires piedras a tu propio tejado.

Entonces por qué nos empeñamos en juzgar todo lo que se nos pone delante, incluyendo al cura, al obispo, al cardenal... ¿Es eso positivo para tu salvación? No olvidemos que los Obispos son los representantes de los Apóstoles, nuestros pastores, los que tienen el deber de guiarnos, y nosotros, parece que nos empeñamos en echarles una manita, ¡pero al cuello!

Permíteme que diga esto, el Señor llama a todos, a los que madrugaron desde el amanecer en su servicio, a los que encontró a media mañana, a los de medio día, y también, claro que si, a los del anochecer, los últimos. A todos y cada uno llama, y lo hace a todas las horas, porque para todos tiene esa misericordia y amor que le preceden. Él quiere la salvación de todos, por eso nos manda a todos a la viña, a construir, no a destruir su propio reino, ya que esta es la recompensa, la paga que Dios nos da, su Reino, para la salvación.

Cuando viajamos en un avión, al mirar por la ventanilla, que diferentes se ven los campos, las montañas, que diferente es todo a cuando vas caminando por esos mismos campos, por estas mismas ciudades. Dios nos habla a través de Isaías diciéndonos “como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes”.

Dios sabe muy bien lo que hace, dejemos de protestar por creernos mejores, con más derechos, si Él quiere dar lo mismo al primero y al último, que más nos tiene, nosotros a callar. ¿Acaso le podemos decir a Dios lo que puede o no puede hacer? ¿O es que tenemos envidia?

Vive y deja vivir, que Santa María con su esposo San José, madre de nuestro Señor Jesús, nos guíe e ilumine para hacer de nosotros unos buenos cristianos que vivan el Evangelio.

15/9/08

VIRGEN DE LOS DOLORES.

Rosario de los siete dolores


Se reza un Padrenuestro y siete Ave Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un verdadero arrepentimiento. Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.



Acto de Contrición


Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
Qué grande fue el impacto en el Corazón de María, cuando oyó las tristes palabras con las que Simeón le profetizó la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús. Querida Madre, obtén para mí un auténtico arrepentimiento por mis pecados.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Segundo Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
Considera el agudo dolor que María sintió cuando ella y José tuvieron que huir repentinamente de noche, a fin de salvar a su querido Hijo de la matanza decretada por Herodes. Cuánta angustia la de María, cuántas fueron sus privaciones durante tan largo viaje. Cuántos sufrimientos experimentó Ella en la tierra del exilio. Madre Dolorosa, alcánzame la gracia de perseverar en la confianza y el abandono a Dios, aún en los momentos más difíciles de mi vida.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Tercer Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
Qué angustioso fue el dolor de María cuando se percató de que había perdido a su querido Hijo. Llena de preocupación y fatiga, regresó con José a Jerusalén. Durante tres largos días buscaron a Jesús, hasta que lo encontraron en el templo. Madre querida, cuando el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la Reconciliación.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Cuarto Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)
Acércate, querido cristiano, ven y ve si puedes soportar tan triste escena. Esta Madre, tan dulce y amorosa, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo arrastran a tan cruel muerte. Consideren el tremendo dolor que sintieron cuando sus ojos se encontraron - el dolor de la Madre bendita que intentaba dar apoyo a su Hijo. María, yo también quiero acompañar a Jesús en Su Pasión, ayúdame a reconocerlo en mis hermanos y hermanas que sufren.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Quinto Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
Contempla los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y oyó a su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo." Y a nosotros nos dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo te acepto como mi Madre y quiero recordar siempre que Tú nunca le fallas a tus hijos.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre


Sexto Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre Dolorosa, nuestros corazones se estremecen al ver tanta aflicción. Haz que permanezcamos fieles a Jesús hasta el último instante de nuestras vidas.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Séptimo Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
¡Oh Madre, tan afligida! Ya que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como a tus hijos al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede por nosotros y alcánzanos las gracias que te pedimos en esta oración. Alcánzanos, sobre todo, oh Madre tierna y compasiva, la gracia de vivir y perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos alabarlo eternamente en el cielo.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Oración final
Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad, cubre mi alma con tu protección maternal a fin de que siendo siempre fiel a la voz de Jesús, responda a Su amor y obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía, vivir íntimamente unido a tu Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús con tus virtudes y dolores. Protégeme siempre. Amén.