30/4/09

Oración por México, y la nueva Peste


Desde donde estés, puedes opinar en este blog sobre la nueva peste, entrando en los comentarios. También puedes informar de la situación, todos los que lo deseéis, principalmente desde Mexico.


Imploremos a Jesús de la Misericordía, a su Santa Madre, y a su Glorioso Esposo San José. Pongamos en todas las Eucarestías estas necesidades. Al parecer ya no dejan hacer Misas en Mexico.


Unidos en Cristo, por la Oración.

26/4/09

Paz a vosotros

Paz a vosotros, son las palabras de Jesús al estar en medio, con sus discípulos. Son las mismas que resuenan en mi interior los jueves Eucarísticos, cuando en algunos sitios, se expone solemnemente al Señor, y aunque tan solo sea por media hora, muy poquito tiempo para mi gusto, pero se agradece.

Creo que si se expusiera más tiempo, y con mayor frecuencia, toda nuestra vida cambiaria profundamente. En esta España nuestra, si un día se expusiera en todas las iglesias, creo que algo fundamental se transformaría desde su interior.

Es necesaria y vital la oración personal, y ¿ con quién mejor que con Jesús Eucaristía? En su presencia, en su compañía, el amor nos desborda. Si no lo sientes así, perdona que te diga como en aquel anuncio televisivo, si no lo sientes así, es porque lo has probado poco. ¿Por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?

Él, parece decirnos hoy, “mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme.”

¿Y cómo mirar sus manos y sus pies, si no nos ponemos en su presencia? A veces no me pongo en su presencia, porque no sé, otras porque nadie me lo ha dicho.

Estos días pasados, en mi interior resonaban las últimas palabras del Evangelio: “Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen.” ¡Por favor, enseñadme a saber lo que debo hacer!

Para mí, que no tengo ninguna autoridad, todo empieza en la oración, en compañía de Él, en saludarle, en llenarme de paz, porque Él en persona está allí mismo, conmigo.

Me encanta ir a la Capilla de la Adoración, y me encanta cuando veo algún sacerdote allí conmigo, y también me encanta cuando veo a algún obispo arrodillado junto a mí, llenándonos todos de su paz, la única paz verdadera y completa.

Desde esta página sencilla, y lleno de alegría, escucho cómo me dice: “¿Tienes algo de comer?” Y yo, le contesto: “ Hay algo, no mucho, pero lo podemos compartir.”

Él, me sonríe, y es Él, siempre, el que me da a mí. Me llena de su amor y entrega. En mi interior sigue resonando: “¡Paz a vosotros!”

19/4/09

Hay más de bueno que de malo

Hay historias que son más creídas que otras, y no es precisamente porque sean más creíbles, sino algo tan sencillo como que nuestra predisposición sea más favorable para creer. Y en otras ocasiones, aunque la evidencia sea desbordante, aún así, no creemos.

¿Por qué? Un padre le cuenta una historieta a su hijo, sobre algo que ocurrió hace mucho tiempo: ¡se lo cree sin más! Pero ahora le cuentas algo que a ti te va bien, que tan sólo hay que probarlo, y no: ¡es que yo no soy así! Pero, ¿cómo eres tú? ¿Tan bien te conoces?

Tomas, uno de los apóstoles, tampoco podía creer si no metía el dedo en las llagas, y tocando al hombre, reconoció al Dios: “¡Señor mío y Dios mío!”. Para creer es necesario recibir esa gracia, ese regalo, y tener un poco abierta la puerta. Muchos justifican el no creer por los curas, pero no sirve. Del mismo modo no podríamos creer en nuestros militares, ni en nuestros anestesistas, porque por un anestesista corrupto y vicioso, el resto no lo son. ¿Cuántas intervenciones quirúrgicas se realizan al día en nuestro país? ¿Cuántos anestesistas intervienen? Por uno que hubo, ¿todos son corruptos?

La mayoría de ellos son unas bellísimas personas. Y me refiero a todos, a los sacerdotes, a los militares y a los anestesistas. Por cierto, yo tengo un amigo anestesista, Rafa, y se desvive por su trabajo. Sin embargo, todos recordamos a uno que en Valencia contagió a muchos pacientes de hepatitis, porque él era un drogadicto y utilizaba las mismas jeringuillas. Perdóname, pero... es el mismo ejemplo.

Hace unas noches, estando de guardia con Vicente, un médico fabuloso, me decía que ha aprendido a perdonarse los propios errores. ¿Tú nunca te has equivocado? No, no eres infalible, ni todas tus fuerzas son suficientes. Creo que necesitamos la ayuda de la Madre, la Santísima Virgen María, para poder caminar con humildad.

Yo creo en la Misericordia del Señor, fiesta que celebramos hoy, porque un Papa, que muy pronto puede ser nombrado santo, Juan Pablo II, puso en este segundo domingo de Pascua la festividad de la Misericordia de Dios, precisamente porque la experiencia de paz, de amor, de sentirnos amados, de felicidad, es una experiencia para todos. Para cada uno de los hombres, creyentes, más creyentes, menos creyentes... Él sabe lo que hace, ¿no te parece? ¿Vas a juzgar tú a alguien?

Y tú, ¿por qué sólo hablas del pecado? ¿A quién vas a convencer a fuerza de látigo?

Cuando entro en el Sagrario, en la Capilla de la Adoración, jamás me he sentido reñido, ni insultado, ni... sólo amor y paz.

La Misericordia de Dios, es decir, su infinito amor, me llena de gozo y alegría. ¿Acaso la Virgen María no sentiría algo así?

Estos días le pregunté a mi hijo pequeño qué significaba para él la Pascua. Con sus trece años, me dijo: “¡la posibilidad de reencontrarnos con Dios!”.

“¡Bendito seas, Señor!”, fue mi exclamación, porque te haces visible a los humildes.

“Dichosos los que creen sin haber visto”.

Gracias.

18/4/09

NUEVO ARZOBISPO EN VALENCIA


FELICIDADES AL NUEVO ARZOBISPO DE VALENCIA, MONSEÑOR D. CARLOS OSORO.

Mensaje póstumo de Juan Pablo II para el Regina Coeli del Domingo de la Divina Misericordia

¡Queridos hermanos y hermanas!


1. Resuena también hoy el gozoso Aleluya de Pascua. La pagina del Evangelio de hoy de Juan subraya que el Resucitado, la noche de ese día, se apareció a los apóstoles y «les mostró las manos y el costado» (Juan 20, 20), es decir, los signos de la dolorosa pasión impresos de manera indeleble en su cuerpo también después de la resurrección. Aquellas llagas gloriosas, que ocho días después hizo tocar al incrédulo Tomás, revelan la misericordia de Dios que «tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único» (Juan 3, 16).
Este misterio de amor está en el corazón de la liturgia de hoy, domingo «in Albis», dedicado al culto de la Divina Misericordia.


2. A la humanidad, que en ocasiones parece como perdida y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado le ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y vuelve abril el espíritu a la esperanza. El amor convierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Divina Misericordia!
Señor, que con la muerte y la resurrección revelas el amor del Padre, nosotros creemos en ti y con confianza te repetimos hoy: Jesús, confío en ti, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.


3. La solemnidad litúrgica de la Anunciación, que celebraremos mañana, nos lleva a contemplar con los ojos de María el inmenso misterio de este amor misericordioso que surge del Corazón de Cristo. Con su ayuda, podemos comprender el auténtico sentido de la alegría pascual, que se funda en esta certeza: Aquel a quien la Virgen llevó en su seno, que sufrió y murió por nosotros, ha resucitado verdaderamente. ¡Aleluya!

12/4/09

FELIZ PASCUA DESDE LOURDES







Por Monserrat
La noche se convierte en día. Jesús es la luz sin ocaso, también para nuestos pequeños proyectos de hoy.
Feliz Pacua de Resurrección!

Cristo ha resucitado






¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡EN VERDAD HA RESUCITADO!

TAMBIEN NOSOTROS RESUCITAREMOS.
¡Muy felices Pascuas!
Madre Fundadora y Comunidad Adoratrices de la Eucaristía.
Roldán, santa Fe, Argentina.

Pascua 2009

“Tu victoria
en nuestra vida, por la sangre
de tu herida”


Por el P. Alberto E. Eronti de Schoenstatt, desde Buenos Aires



Los Evangelios hacen referencia a que el “primer día de la semana, muy de madrugada”, fueron al sepulcro “Algunas mujeres”, “María Magdalena”, “Pedro y Juan”…

¿A qué fueron todos ellos?, fueron a buscar un muerto amado, el Maestro de Nazareth, Jesús. ¿Qué encontraron?, la tumba vacía. Vendas y sudario doblados y colocados en lugares diferentes. Vieron, no entendieron, ¿quién se lo llevó?, ¿dónde lo pusieron? Estupor y lágrimas en las discípulas fieles.

¿Qué había ocurrido?, fueron a buscar la muerte y las sorprendió la Vida. Donde había reinado la muerte ahora había nada. Los mensajeros avisaron, “no busquen entre los muertos al que vive”. He aquí el mensaje de esta Pascua 2009. ¡No buscar donde hay muerte al que vive! Hay muchas realidades difíciles, tristes y absurdas, la tentación es quedarnos en las “fuerzas de muerte”, las que no ilusionan, no dan alegría ni vida. La famosa frase “la belleza salvará el mundo”, se hace más real, más urgente. Se trata de la belleza del amor y de la vida.

¿Qué se espera de un discípulo de Jesús? Que anuncie la “Buena Nueva” y no las nuevas pálidas, que anuncie la Buena Nueva la Vida y no la desesperanza, que sea creador de futuro y no anunciador de calamidades. ¿Es posible esto hoy? Sí, siempre es posible. El discípulo ha recibido una bendición y está llamado a ser una bendición para otros. El discípulo no es alegre por “decreto” sino por su fe y su confianza, por su esperanza y certeza, por su amor hecho servicio.

Que cada uno de nosotros seamos un signo de luz y un canto a la vida. Es decir, que seamos como la Virgen en la Pascua, como la Magdalena madrugadora en aquel domingo único. Amén.

PASCUA CON GOZO Y ESPERANZA

Por el P.Guillermo Mario Cassone de Schoenstatt desde Roma

“Gaudium et Spes” es el título del Documento del Concilio sobre la relación de la Iglesia con el mundo, y es mi deseo para cada uno en esta Pascua de Resurrección del año 2009, que la vivan con gozo y esperanza.

En medio de tantos dolores personales,familiares,sociales y globales como los que cada uno padece o comparte, nos hace bien recordar que la Pascua los ilumina y transfigura por la Cruz victoriosa de Jesús, donde el dolor no es negado sino asumido y elevado con sentido de redención y transformación.

Aquí en Italia hemos tenido una Semana Santa signada por el terremoto en los Abruzos con 300 fallecidos, 1500 heridos y miles sin vivienda. Gran dolor para todos los italianos que mostraron una enorme solidaridad para socorrer a los damnificados, generosidad para acompañarlos, prontitud y eficacia para asistirlos. Ayer se celebró un funeral colectivo que presidió a nombre del Papa el Cardenal Bertone,Secretario de Estado, con gran participación de la gente del lugar y de todo el país por medio de la televisión. Esto como signo de tantos otros dolores que padecemos a todo nivel y en todo el mundo, y a veces no son conocidos.

En la mirada de fe,como cristianos, sabemos que Jesús Resucitado sigue vivo y presente en nuestras vidas y en la historia humana dándole sentido y un horizonte nuevo. Cultivamos esa fe en la Providencia de Dios y colaboramos con él para que su Reino venga a nosotros, cambie nuestras vidas y nuestras relaciones para así gestar juntos un mundo nuevo donde el amor venza los egoísmos,divisiones y pecados de todo tipo que nos impiden ser felices.

Esa esperanza victoriosa y tenaz, operativa y comprometida nos da otra visión de la vida y a la vez la capacidad para seguir soñando y plasmando ese futuro mejor para todos.
Ya que Cristo venció la muerte y el pecado con su triunfante Resurrección tenemos un fundamento nuevo y sólido para nuestra esperanza.

Esto nos trae un gozo y una alegría,que son frutos del Espíritu Santo y nos permiten vivir con una actitud positiva, con serenidad y paz, compartiendo esa alegría a cuantos encontarmos en el camino de la vida.

María, nuestra Madre, nos regale ,como fruto de esta Pascua, vivir siempre con ese gozo y esa esperanza con que ella vivió y que se plasmó en su canto de albanza.

Saludos y bendiciones para todos y cada uno, desde esta Roma florida en primavera.

11/4/09

Sábado Santo. Un hombre bueno me ha amado, y yo no me he enterado

Ayer veíamos cómo nuestro médico caminaba acompañando a su amor, a la enfermera que trabajaba en el mismo hospital. Ella no lo sabía, no percibió nada de él, pero repensándolo en los días sucesivos, sí que se percató de detalles que él había tenido con ella, como su amabilidad que era muy grande. Pero también lo era con otros. Era su carácter.

Fue al entierro, y escuchó las palabras que dijo el sacerdote en una pequeña y emocionante homilía. Ella no iba jamás a la iglesia, pero hoy unas palabras salidas desde el corazón le han tocado, ha caído en la cuenta: “Es cierto, él me producía bienestar, era muy fácil estar junto a él. Me llenaba de paz, incluso en los momentos de tanta tensión, como ocurría a menudo en las puertas de urgencias.”

El sacerdote habló de cómo Jesús se dio a los hombres. Él dio su vida por salvarla a ella, y también Cristo murió por los hombres, ¿también por mí? Aquellas palabras la tocaron: “Un hombre bueno me ha amado, y yo no me he enterado. Yo que tanto anhelo el amor puro.”

¿Sabes lo que significa morir? ¿Sabes por qué murió Jesús? Proseguía el sacerdote, que por cierto se llama Joseph.

Ella atendió con todo su ser, y la pregunta retumbó de nuevo en ella, pero ahora en su interior. ¿Por qué moría Jesús? Ella lo había oído decir muchas veces, por amor, pero Joseph le dio un enfoque novedoso para ella, y muy llamativo.

“Murió por obediencia, por amor al Padre, Él no se apartó de la Cruz, conocía el significado. Por esa Cruz, Él, Jesús, nos salvaba a todos, como había hecho ese médico en extremo. Porque el mismo médico había salvado ya a muchos de la muerte física, pero ahora lo hacía con su propia vida.

Al mal, sólo se le puede vencer desde el bien. La Cruz significa aceptar tanto lo bonito como lo que no me gusta tanto.

Déjame que te cuente, porque quizás pienses que la cruz solo es pesadez. Escúchame bien:

Iban dos caminando, y uno llevaba una vieja cruz enorme, tanto que casi no podía con ella; mientras que el otro llevaba una cruz nueva, muy pequeña. Éste sonreía, pero el otro también daba la impresión de alegría. Ambos llegaron a un pequeño barranco, pero era muy profundo, la caída era mortal. El primero tendió su cruz enorme y cruzó usándola de puente. El otro no podía, puesto que su cruz era demasiado corta. ¿Qué le sucedió?

El sacerdote no respondió a esta pregunta, no lo sabía, eso era cosa de Dios. Lo que estaba claro era que la Cruz es necesaria para la salvación. ¿Acaso hemos de ser masoquistas? Se preguntaba la enfermera.
Pero el sacerdote prosiguió casi respondiendo a sus dudas: “Sólo por amor se puede aceptar la voluntad de Dios. Recuerden que Él nos ha hecho libres para todo, para lo bueno, e incluso para actuar mal. Él nos ama tanto y nos respeta tanto que nos quiere como somos, con todas nuestras debilidades, nos conoce y espera de nosotros que le pidamos ayuda. Él siempre está de guardia. Siempre está atento a mis necesidades. Con Él el viaje es de otro modo, hay gozo siempre.

¿Hay aquí alguien, que cuando entra en la Capilla de la Adoración, sienta que el Señor Jesús le reprenda por algo? ¿No sienten cómo un inmenso Amor nos rodea y comprende, mejor que nosotros mismos?

Tú y yo hemos de poner de nuestra parte, pero hemos de pedirle a Él que prosiga nuestra labor. Sin Él nada podemos. “Es su inmenso Amor, lleno de misericordia, el que siempre nos está esperando para ayudarnos, como buen Padre que es.”

Cuando besas la Cruz, ¿aceptas las cruces de tu vida desde tu corazón?

El amor vence a todas las normas, esto fue lo que una y mil veces les dijo a los fariseos. Que comprendieran que el Reino que Jesús trajo, ya en la tierra estaba, y por eso había que vivir desde el amor, y no desde las normas, que tantas veces resultaban frías e injustas.

¡Que Jesús nos bendiga, y que la Virgen María y su esposo San José, nos conduzcan hasta Él! ¿Tú lo crees así? Éstas fueron las palabras finales del sacerdote en su homilía, en la misa funeral del buen médico.

¡Feliz Pascua!

10/4/09

Novena de Jesús de la Misericordía



Para realizar la novena, tán solo tienes que pinchar aquí. Comienza el Viernes Santo.



Por amor (Viernes Santo)

Era una noche muy fría cuando Laura regresaba del hospital a su casa. caminaba deprisa y muy tapada. Con la bufanda bien sujeta al cuello. Las manos portaban unos guantes forrados de lana, y aun a pesar de todo esto, el frío le penetraba por todas partes. Ya en la calle se estaba formando el hielo, como todas estas noches tan frías.

Un monstruo de hombre, un verdadero asesino, la está siguiendo sin que ella se de cuenta de nada. A grandes zancadas se está aproximando a ella, quien ya lleva las llaves en la mano, pues su apartamento está a tan solo unos cien metros. De repente sale ente unos coches un médico compañero y enamorado de ella, aunque ella no sabe nada de todo esto, quien está viendo las intenciones del perseguidor. Nuestro buen hombre se interpone en el camino del canalla, quien viéndose descubierto inserta un duro golpe con el cuchillo de cocina que llevaba oculto en su mano derecha.

Le ha traspasado literalmente el estómago, y la punta ha golpeado entre dos vértebras, produciendo una lesión en la médula, por lo que cae derribado al suelo, sin poder mover las piernas. Le ha producido una parálisis. El malvado asesino ha huido.

El doctor Jaime queda en el helado suelo, y con sus manos descubre la gran herida producida, y también puede observar la enorme hemorragia que tiene. Como puede levanta las manos, pidiendo auxilio, pero por su boca tan sólo un hilillo de voz aparece. Está muriendo solo, nadie lo ha visto.

En un segundo piensa que ha valido la pena, pues a Laura no le ha pasado nada.

Acude un señor joven y fuerte a socorrerle:

- Lo he visto todo, he llamado a emergencias y por supuesto a la policía. No tardarán ni cinco minutos.
- Estoy helado, el suelo está muy frío- dice como puede, con la respiración entrecortada y agónica.
- No se preocupe, deme la mano y verá cómo desaparece el frío.

Efectivamente, el doctor nota un calor muy agradable recorriendo todo su cuerpo, tiene la sensación de estar flotando, como si ya no tocara el pavimento.

Llegan los sanitarios e inmediatamente se disponen para socorrerlo, pero es tarde, acaba de perder la vida. La policía sale corriendo en busca del asesino, al que encuentran dos manzanas más allá, tal y como el señor que había llamado les había dicho, dándoles todo tipo de detalles sobre su persona y vestimenta.

Pero la pregunta que se hace el jefe de policía es, ¿Quién llamó? ¿Y dónde está el teléfono móvil? Lo buscan por la zona, pero es inútil, no lo hallan. La policía pide a emergencia que vuelva a llamar al número que dio la alarma, que les avisó. Lo hacen, pero la compañía de teléfonos les dice que ese número no ha existido jamás. Sin embargo, el asesino cruel les confirma que efectivamente había alguien con el doctor, que acudió a socorrerle, y que iba con muchos más amigos, por eso él tuvo que huir.

Laura, que no se ha enterado de nada, en el mismo momento de morir su doctor enamorado, se ha extrañado de un resplandor que ha inundado todo su apartamento, al mismo tiempo que un perfume de incienso ha rellenado su estancia. Ella ha pensado que son sus vecinos, porque muchas tarde encienden barritas de esas.

Pero es un perfume nuevo y precioso, se alegra de ello, y la llena de paz.

Al día siguiente tropieza por las escaleras con su vecina, quien le informa de que llevan varios días sin encender ninguna, pero que ayer al llegar ellos al rellano olieron a incienso, y pensaron que ella habría encendido, pues un poco más allá no olía a nada.

Laura no lo comprende, pero al salir a la calle y pasar por el sitio donde había muerto su enamorado anónimo, percibe el mismo olor. Se extraña muchísimo. Vuelve atrás y justo allí huele lo mismo, y al dar dos o tres pasos ya no lo hace. ¿Cómo puede ser?

En ese momento un coche de policía llega al lugar:

- ¿Es usted la enfermera Laura?
- Sí.
- ¡De buena se libró anoche! Menos mal que su compañero Jaime salió en su defensa. Él ha muerto, pero a usted la salvó. Lo ha declarado todo ese asesino que ya está entre rejas. ¿No sabrá quién nos avisó?
- No- contesta perpleja- ¿Jaime, el médico de mi hospital?
- Sí, trabajaban juntos, y al parece él estaba enamorado de usted.

Laura no puede articular palabra. El salvó por amor, y ella no lo sabía. No se podía imaginar que la amara, ni mucho menos a tal extremo. Ahora comprende lo del perfume, y quién debió de ser el que llamara a emergencias.

Es una historia agridulce, pero la historia de Jesús muriendo por obediencia al padre, por su amor al Padre, entregándose completamente, es una gran historia. Y es que la obediencia sólo se entiende si se hace por amor.

Ojalá esta Semana Santa nos llene a nosotros de más amor, en todos los planos de nuestras vidas.

9/4/09

Jueves Santo 2009

¿Sería yo capaz de dar mi vida por otro? No te preocupes, hoy no te lo voy a preguntar a ti. Hoy sólo voy a pensar para mí, pero lo voy a publicar, aún no se ni por qué, porque ya ves lo que yo hoy, en este Jueves Santo, te puedo decir a ti. Pero aún así, lo voy a hacer.

Repito mi pregunta, ¿sería yo capaz de dar mi vida por otro? ¿Podría yo partirme en pedacitos, para llenar a muchos?

La respuesta es clara. Exactamente lo que estás pensando. Pero, ¿y el miedo? ¿la falta de decisión? ¿dónde se me quedan? Quizás debería preguntarme si estoy preparado para ello.

Hoy celebramos la institución de la Santa Misa, como Jesús quiso, un día antes de morir, repartirse entre sus discípulos. ¿Eran santos? No. Pero lo queremos ser, por eso comulgamos con el Señor Jesús, porque lo deseamos, aunque nuestra propia condición está tan mermada, y estamos tan lejos, que si Él no se entrega por y a nosotros, no hay forma de poder alcanzar el ser buenos. Como carne y hueso, somos muy limitados. Con impulsos que nos hacen desear la mencionada santidad, pero también hay otros que nos impulsan a lugares mucho más bajos.

Por eso en la Iglesia de todos los tiempos los hay buenos, regulares, y por supuesto malos. Pero no seré yo el que diga quién está en cada grupo.

¿Estás libre de pecado? ¿Por qué siempre que pedimos por la conversión de los pecadores, no pensamos que nosotros mismos lo somos? Y quizás lo seamos más que aquellos.

¿Estás libre de culpa? Entonces tú sabrás lo que tienes que hacer. De lo que no me cabe ninguna duda es sobre la santidad de la Iglesia, porque su fundador, Dios mismo, sí es Santo. Nosotros lo queremos conseguir, de ahí que busquemos todo lo que está a nuestra alcance para serlo.

Los sacramentos, verdaderas armas que nos llenan de Espíritu Santo. Como Dios mismo crece en nosotros, a merced de sus sacramentos. Y también el amor al prójimo, amando a tope, entregándonos a los demás, cada uno a los de su perspectiva, según sus posibilidades, en el trabajo, en las amistades, en los compañeros de orden, en el matrimonio, respetando al esposo o esposa.

Los esposos no se pueden santificar individualmente, porque Dios, en el sacramento del matrimonio, les ha revestido de Sí mismo. El esposo se santificará en la esposa, en los hijos, en el trabajo, en lo cotidiano. Pero no por un acto muy bueno que realizó aquel año. Eso es un extra, la vida está en lo cotidiano, y Jesús nos lo enseña con su ejemplo desde su Palabra. La Virgen María, desde la escucha interiorizada, nos permite, nos enseña a que se encarne en nosotros.

Jesús se dio a todos, y allí estaba Judas. Todos, no significa a los que me caen bien, sino a todos, pueblos de toda raza y religión.

Al lavar los pies, se nos hace recuerdo de todo esto, de estar al servicio de los demás, con acciones concretas, desde la humildad.
Llegar a esta humildad es dar un salto hacia la Santidad.

¡Mi felicitación en este día a todos los sacerdotes!

6/4/09

Un regalo precioso, para reflexionar, sin prisas.

Santo Padre, soy el padre Guillermo M. Cassone, de la comunidad de los padres de Schönstatt en Roma, vicario parroquial en la parroquia de los santos patronos de Italia, San Francisco y Santa Catalina, en el Trastévere.
Después del Sínodo sobre la Palabra de Dios, reflexionando sobre la proposición 55: "María Mater Dei et Mater fidei", me pregunté cómo mejorar la relación entre la Palabra de Dios y la piedad mariana, tanto en la vida espiritual sacerdotal como en la acción pastoral. Me ayudan dos imágenes: la Anunciación, para la escucha; y la Visitación, para el anuncio. Santidad, le pido que nos ilumine con su enseñanza sobre este tema. Gracias por este don.

Benedicto XVI:

Me parece que usted mismo ha dado también la respuesta a su pregunta. En realidad, María es la mujer de la escucha. Lo vemos en el encuentro con el ángel y lo volvemos a ver en todas las escenas de su vida, desde las bodas de Caná hasta la cruz y hasta el día de Pentecostés, cuando estaba en medio de los Apóstoles precisamente para acoger al Espíritu Santo. Es el símbolo de la apertura, de la Iglesia que espera la venida del Espíritu Santo.
En el momento del anuncio del ángel podemos ver ya la actitud de escucha, una escucha verdadera, una escucha dispuesta a interiorizar: no dice simplemente "sí", sino que asimila la Palabra, acoge en sí la Palabra. Y después sigue la verdadera obediencia, como una Palabra ya interiorizada, es decir, transformada en Palabra en mí y para mí, como forma de mi vida. Es algo muy hermoso ver esta escucha activa, o sea, una escucha que atrae la Palabra de modo que entre y se transformé en Palabra en mí, reflexionándola y aceptándola hasta lo más íntimo del corazón. Así la Palabra se convierte en encarnación.
Lo mismo vemos en el Magníficat. Sabemos que es un texto entretejido con palabras del Antiguo Testamento. Vemos que María es realmente una mujer de escucha, que en el corazón conocía la Escritura. No sólo conocía algunos textos; estaba tan identificada con la Palabra, que en su corazón y en sus labios las palabras del Antiguo Testamento se transforman, sintetizadas, en un canto. Vemos que su vida estaba realmente penetrada por la Palabra; había entrado en la Palabra, la había asimilado; así en ella se había convertido en vida, transformándose luego de nuevo en Palabra de alabanza y de anuncio de la grandeza de Dios.
Me parece que san Lucas, refiriéndose a María, dice al menos tres veces, o tal vez cuatro, que asimiló y conservó las Palabras en su corazón. Para los Padres, era el modelo de la Iglesia, el modelo del creyente que conserva la Palabra, que lleva en sí la Palabra, y no sólo la ley; que la interpreta con la inteligencia, para saber qué significaba en aquel tiempo, cuáles son los problemas filológicos. Todo esto es interesante, importante, pero más importante aún es escuchar la Palabra que se ha de conservar y que se hace Palabra en mí, vida en mí y presencia del Señor. Por eso me parece importante el nexo entre mariología y teología de la Palabra, del que hablaron también los padres sinodales y del que hablaremos en el documento postsinodal.
Es evidente que la Virgen es palabra de la escucha, palabra silenciosa, pero también palabra de alabanza, de anuncio, porque en la escucha la Palabra se hace de nuevo carne, y así se transforma en presencia de la grandeza de Dios.

5/4/09

Domingo de Ramos 2009

“Hosanna. Bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el Reino que llega.”

Gritos y vítores de la gente sencilla, del pueblo, al que entra montado en un borrico, tal y como la Escritura decía que lo haría el Rey: el Mesías de Israel.

Los jefazos, los más preparados, tan solo vieron en Él a un agitador que poco a poco iba desmontando una paradeta, como se diría hoy. Ellos lo tenían estudiado, y sacaban su partido de todo.

Pero Jesús, sin miedos, sabiendo dónde va, entra triunfante, le alfombraron el camino por donde iba a pasar. Lo reconocían como Rey del Reino de Dios.

Pero hoy, si entrara en nuestras ciudades, ¿lo aceptaríamos? ¿O también exigiríamos una demostración de fuerza y poderío, un tanto similar a superman?

Nuestras sociedades mercantiles, religiosas, y de todo tipo, ¿sabrían ver al que viene para ayudar al pobre y desvalido? ¿O también en el momento más duro lo abandonarían porque no ha superado nuestras expectativas?

A Jesús no se le puede detener, de un modo u otro, Él entra, se nos acerca, se interesa por nosotros, por los enfermos, aquellos que estaban en las piscinas de Betlesda.

Lo cierto es que su llegada siempre nos proporciona un gozo desbordante, incluso cuando estamos solos, sabemos que Él está junto a nosotros, los demás se alejan, pero Él siempre atento a todas nuestras necesidades. Él conoce nuestras debilidades, mejor que nosotros mismos, por eso incluso cuando no somos conscientes, nos proporciona más de la cuenta, para poder superar nuestras torpezas, como humanos que somos.

Él entra triunfante, sabiendo que la cruz está ahí, pero también conoce la forma de dar la gloria, en su Resurrección, que por nuestra fe sabemos que también un día nosotros la disfrutaremos.

Nosotros siempre debemos darle la gloria, y nuestra gratitud, porque por su gracia, podemos superar muchas pruebas y tribulaciones. Y esto Él lo aprueba, y para ello te recuerdo el mismo texto de San Lucas, donde unos fariseos le piden que reprenda a sus discípulos, y Él les contesta: “Si éstos se callan, gritarán las piedras.”

No podemos callarnos, no podemos ocultarnos, somos lo que somos, y lo somos por la gracia de Dios.