Por el P.Guillermo Mario Cassone de Schoenstatt desde Roma
“Gaudium et Spes” es el título del Documento del Concilio sobre la relación de la Iglesia con el mundo, y es mi deseo para cada uno en esta Pascua de Resurrección del año 2009, que la vivan con gozo y esperanza.
En medio de tantos dolores personales,familiares,sociales y globales como los que cada uno padece o comparte, nos hace bien recordar que la Pascua los ilumina y transfigura por la Cruz victoriosa de Jesús, donde el dolor no es negado sino asumido y elevado con sentido de redención y transformación.
Aquí en Italia hemos tenido una Semana Santa signada por el terremoto en los Abruzos con 300 fallecidos, 1500 heridos y miles sin vivienda. Gran dolor para todos los italianos que mostraron una enorme solidaridad para socorrer a los damnificados, generosidad para acompañarlos, prontitud y eficacia para asistirlos. Ayer se celebró un funeral colectivo que presidió a nombre del Papa el Cardenal Bertone,Secretario de Estado, con gran participación de la gente del lugar y de todo el país por medio de la televisión. Esto como signo de tantos otros dolores que padecemos a todo nivel y en todo el mundo, y a veces no son conocidos.
En la mirada de fe,como cristianos, sabemos que Jesús Resucitado sigue vivo y presente en nuestras vidas y en la historia humana dándole sentido y un horizonte nuevo. Cultivamos esa fe en la Providencia de Dios y colaboramos con él para que su Reino venga a nosotros, cambie nuestras vidas y nuestras relaciones para así gestar juntos un mundo nuevo donde el amor venza los egoísmos,divisiones y pecados de todo tipo que nos impiden ser felices.
Esa esperanza victoriosa y tenaz, operativa y comprometida nos da otra visión de la vida y a la vez la capacidad para seguir soñando y plasmando ese futuro mejor para todos.
Ya que Cristo venció la muerte y el pecado con su triunfante Resurrección tenemos un fundamento nuevo y sólido para nuestra esperanza.
Esto nos trae un gozo y una alegría,que son frutos del Espíritu Santo y nos permiten vivir con una actitud positiva, con serenidad y paz, compartiendo esa alegría a cuantos encontarmos en el camino de la vida.
María, nuestra Madre, nos regale ,como fruto de esta Pascua, vivir siempre con ese gozo y esa esperanza con que ella vivió y que se plasmó en su canto de albanza.
Saludos y bendiciones para todos y cada uno, desde esta Roma florida en primavera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario