21/10/12

VALE QUIÉN SIRVE

Vale, quién sirve

Cuántas veces todos nosotros hemos escuchado la expresión de: “¿A quién le amarga un dulce?” Y sin embargo, que le pregunten al diabético lo perjudiciales que son los dulces para su salud. Que atractivo es a veces el honor, el sentirnos respetados por el cargo... Somos hombres, y por ello llevamos nuestras debilidades impresas, como esta de querer ser los de mayor dignidad: “uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” y los otros diez protestan porque ellos también desean lo mismo.

El servicio, tal y como Jesús nos lo enseña, no tiene nada que ver con esto, ya el Señor nos hablaba por boca de Isaías cuando nos decía que con sufrimiento expiaríamos nuestra vida, único modo de ver la Luz. Hoy en día vas a las librerías y encuentras tratados de teología maravillosos, libros de Cristología, los grandes profesores, los rectores más expertos, todos deslumbrando con sus palabras.

¡Pero! Cuando voy al Sagrario, allí somos muy pocos. Casi nunca hay sacerdotes y ya no digamos obispos, ¿quiere decir esto que no vayan? No, no es esto. Lo único que digo es que yo no los veo. Y esto me viene a colación por este escrito tan magnifico de nuestro admirable papa, Benedicto XVI, al inicio de este año sacerdotal, en ese escrito que por medio de él, se tomaba la figura de uno de los grandes, el Santo Cura de Ars, por modelo para la enseñanza de muchos. Éste, se tomó muy enserio lo del servicio a los demás en su parroquia. Con una dedicación no del cien por cien, sino del ciento cincuenta por cien. Visitaba enfermos, familiares... Pero siempre y ante todo, él mismo mantenía la oración como base principal, junto con las penitencias y ayunos que se imponía.

La frase “no he venido a que me sirvan, sino a servir, a dar mi vida en rescate por todos.” Con estas diferencias entre nosotros, entre aquellos dos apóstoles y los otros diez, Él los reunió a todos, a los doce, igual que hace con nosotros, nos llama a reunión, junto a Él, ¿quizás en los Sagrarios? ¡Qué bien que se está en la capilla de mis hermanas Clarisas! Como en otras donde tanta oración se hace. ¿Tienes miedo de ser una de ellas? ¿Acaso no quieres servir? Quizás aún buscas los honores, los viajes, el disfrutar... Tienes razón.

Pero allí, con Él, charlando amigablemente en esa facultad, en esa capilla de Jesús vivo y presente, Él nos espera con sus palabras sinceras, porque ama la justicia y su misericordia es amorosa, nos abarca a todos. Sus ojos nos miran continuamente, por eso aguardamos su misericordia. ¿Qué más podemos hacer?

¿Quiero que me sirvan a mí, o por el contrario prefiero servir? Ser un apóstol de Jesús, un buen discípulo, un cristiano seguidor de su amor. ¡Menos mal que tenemos a Santa María! La Madre tres veces Victoriosa, que nos ama y enseña con esa ternura propia de una Santa Madre.

19/10/12

"Qué Alegría"

Tercera edición del libro "Qué Alegría", con nuevos comentarios y nuevo formato, editado y publicado por la editoria  "defoto libros".

9/10/12

TODOS SOMOS IGUALES

Este domingo, las lecturas nos llevan al matrimonio, a la importancia del hombre y mujer, como individuos sociales con la misma dignidad y los mismos derechos, y a esos niños, productos de un feliz matrimonio, que son la alegría de la casa. Pero, ¿Esto implica la ausencia de los problemas, quizás no hayan momentos de tensión dentro del matrimonio, incluso con relación a esos niños?

El Génesis, desde la Creación, deja claro que el hombre, tanto masculino como femenino, tenía que “ayudar a la obra de Dios”, ¿cómo? Poniendo nombre a los animales, tanto a las bestias del campo como a los pájaros (cf. Gn 2,19) de modo que nosotros, todos nosotros, todos los hombres hemos de cooperar en el plan de Dios.

¿Qué ocurre cuando esto no es así? Muy sencillo, mira a tu alrededor, o pon las noticias, para ver como va el mundo. Cuando éste se aleja de la moral, cuando los valores se pierden, y los ricos son más ricos gracias a robar de modo continuo, eso sí, alegando que somos progresistas, estas son las consecuencias de dicho abandono. Como aquellos discípulos que no querían que los niños se acercaran a Jesús, por no molestarlo, o ¿quizás, para que los niños no fueran más que ellos mismos?

Del mismo modo los fariseos preguntan a Jesús si le es lícito al hombre divorciarse de su mujer. ¿No podrían haber invertido la pregunta? ¿Es lícito a la mujer divorciarse de nosotros-los fariseos?

La situación está clara, ellos eran los buenos, y las mujeres eran las... Del mismo modo los discípulos eran los importantes y los niños eran... ¿No eran todos iguales para Jesús? ¿No somos todos iguales para Dios?

Y Jesús a unos y a otros da una lección magistral, cómo no, si es Dios mismo el que habla: “El que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

Y a los otros lo mismo, y los fariseos debieron de quedarse con la cara a cuadros: Si él o ella se divorcia, da igual el sexo, y se vuelve a casar, comete adulterio.

En ambos casos, se debieron de quedar un poco serios, ante una respuesta que no esperaban. Pero es que: “por la gracia de Dios, Jesús ha padecido la muerte para el bien de todos.”

Y, ¿qué cara se nos queda a nosotros?

1/10/12

¡NO HAY FAVORITOS!

¿Cómo callar cuando Dios actúa en nosotros? Es imposible, sencillamente es inadecuado. Como diría un bueno programador publicitario: es inviable.

Dios, Jesús, te abre y ya no hay forma de callar, y por otra parte es lo justo, ya que la persona como norma es agradecida.

¿Por qué entonces la Iglesia, tantos milagros como se hacen, no los declara oficialmente? Muy sencillo, no hace falta de un lado y del otro, por una sana y buena precaución.

Jesús no es un mago que realiza sus magias a través de una bola de cristal, o un tarot, sino que todo su mensaje está lleno de amor, porque la salvación que Él nos trae con su reino no es otra cosa que la salvación completa, a través del Amor. ¿Hay alguna energía mayor y más potente que el amor?

Él nos quiere como somos, nos conoce, y nosotros hemos de aprender a amar al prójimo como es, sin añadidos ni lujosos envoltorios. El hombre es lo que es, y siempre con la gracia de Dios.

Dios pone su poder, su brazo, al servicio del hombre necesitado, del que le pide, y en ocasiones también del que nada le solicitó. Y esto produce una experiencia de Dios que cambia toda una vida, generando una conversión de corazón completa.

¿Recuerdas cómo Pedro se echa a los pies de Jesús, después de ver el milagro de la pesca? “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.” Y Él responde “No temas”, y su vida cambió por completo, pasando a ser un pescador de hombres, el primer Papa de nuestra Iglesia. Cuántas personas quisieran ser religios@s, sacerdotes, pero esperan un “milagro”, porque tienen miedo.

¡No temas! No esperes más, el milagro es la llamada, y Dios te conoce y sabe que serás un buen sacerdote, un buen religioso-a. “¡Effeta!”, abre tu corazón a la salvación que Dios te da. Y lo hago en primera persona, porque el Señor siempre lo hace en primera persona. A cada uno nos da lo que necesitamos, pero Él siempre está ahí, vayamos vestidos con mejores galas o de un modo más pobre.

Jesús a todos nos ama por igual, no hay favoritos