28/4/12

4º DOMINGO DE PASCUA

Hoy, se celebra en toda la iglesia la jornada por las vocaciones, y ciertamente hemos de rezar por ellas. Verás por qué te lo digo. Hace pocos días hablaba con una profesora “buenísima” de instituto, hace lo correcto, lo que le toca, y si alguien se pasa un poquito, le mete un parte escolar. No me extraña que lleve en este curso más de cuarenta partes.

Junto a ella un profesor con vocación, ningún parte. Los mismos alumnos, y ante mi pregunta: “son buenos chiquitos, lo único que les falta es estudiar un poco más, pero claro sabiendo el ambiente que algunos tienen en casa...”. Después de pensar un rato me dice de nuevo: “ son buenos chicos”. Le insisto sobre el tema de los partes y me responde “no me dan motivo para poner ningún parte”.

Hay que rezar por las vocaciones, incluso por estas de maestros y profesores, porque para algunos, lo más vocacional e importante de su trabajo, son las vacaciones. Y no voy a hablar de algunos políticos, que tienen la paga que ellos quieren, no fichan, y tienen más vacaciones que nadie.

Qué bonito el evangelio de este domingo, “yo las conozco y ellas me siguen”. Y sabiendo que el verbo conocer en la Biblia no es tener una mera información, sino que es conocer en profundidad, en intimidad, con una gran cercanía, con unión de corazones, de sentimientos. Y con relación a esto, un médico bastante mayor me contaba que sus pacientes nunca le protestaban. Y es que era un médico con vocación y sus enfermos sabían quién era, y que podían confiar plenamente en él. Es como decir: me conocen y me siguen, pero en el evangelio es el Señor Jesús quién va más allá: “ mis ovejas escuchan mi voz”— la palabra de Dios— “ y yo las conozco” — en profundidad, a todos y cada uno— “ y ellas me siguen”.

Este seguir es el mismo del “sígueme” que le dijo a Pedro, “ ven, sígueme y yo te haré pescador de hombres”.

Que los médicos lo sean por vocación para ayudar y no como una etiqueta social. No por la paga y las vacaciones. ¡Es muy cómodo tirar de partes académicos! Así cualquiera es profesor.

Y cómo no, que los sacerdotes de modo íntegro, lo sean también por vocación. Y el resto, la iglesia laica, recemos mucho por todos ellos para que hagan el bien y den buenos frutos. Por las órdenes religiosas y por todas las vocaciones, la de ser padres, madres, maestros, políticos honrados — aunque muchos lo sean ya— y así con todo este grupo social de aquí y ahora.

Vivimos en el mejor tiempo y en la mejor época.

¡Feliz Pascua a todos!

21/4/12

AMOR TOTAL AMOR FILIAL.3º DOMINGO DE PASCUA

Jesús, siempre presente cuando más lo necesitas. Siempre está cuando lo requieres e incluso cuando no; lo que ocurre es que a veces se nos olvida un poco que lo tenemos ahí. Me acuerdo de Santa Bárbara...

Aquellos pobres hombres, todos pescando, habían abandonado la idea del Mesías. Ya no podían pensar mas que lo habían matado y todo había terminado. Sin embargo, en los momentos más duros de la vida, por la noche donde todos los gatos son pardos, el no tener trabajo, el no tener el fruto necesario del trabajo. Cuando se te ha hecho de noche, cuando ya no ves, cuando el dolor no te permite tener esa claridad, aún sin llamarlo entra, lo ves venir, se sienta a tu lado y te dice:

— ¿Cómo estás, cómo va todo?
— Ya ves Señor, no va nada, y además es de noche.
— No te preocupes, ya está empezando a amanecer, ¿lo notas?
— Si, hay más luz, tengo más paz.
— Claro que sí, comamos juntos y después iremos solucionándolo todo.

Hay tanto amor en esa ayuda, en ese acompañar al enfermo, al necesitado, al que sufre, al que no tiene trabajo... No hay horas, no hay máquina para fichar la entrada y la salida. A Jesús no lo detectan los infrarrojos.

A Pedro le preguntó tres veces por su amor, y éste, estaba triste, porque reconocía su debilidad humana, el drama amargo de la infidelidad. Por eso responde, desde esta condición humana, con esta limitación: Si, te quiero. Pero el texto griego, nos hace ver los verbos bien diferentes, uno “agapáo” que es el amor más grande, sin reservas, total e incondicional, mientras que Pedro responde “filô-se”, que es del verbo filèo, y expresa el amor de la amistad, tierno, pero no total. Por eso Jesús, en sus dos primeras preguntas utiliza la expresión: “agapâs-me”, y Pedro responde en las dos “filô-se”. Pero en la tercera vez que Jesús pregunta, lo hace también usando la forma “filies-me” ¿me quieres? Y Pedro comprende que a Jesús le basta su pobre amor, el único del que es capaz.
Pedro le contesta: “Señor, tu lo sabes todo, tú sabes que te quiero”(filô-se)

Es impresionante, como es Jesús, quién se ha adaptado a Pedro. Y esto es lo que me encanta, que Dios, camina a mi paso, al tuyo, y al de cada uno, y lo hace, sabiendo mis limitaciones, mis miserias.

¡Qué pasada! ¡Este es mi Dios!

Y dicho esto dijo: “Sígueme”. Él es quien nos da la confianza, la fortaleza, la fe, porque ha conocido el sufrimiento de la infidelidad, del abandono, y a pesar de todo, aquí está, con todos nosotros.

PD: No se si lo habré sabido explicar, pero no le puedo decir que no, porque es tanto lo que me quiere a mí, a ti, que cómo decir que no. Será poco, pero algo le daré.


Gracias Señor Jesús, por tus apariciones, siempre y a todas horas.

16/4/12

FIESTA DE LA DIVINA MISERICORDIA

Domingo, 15 de abril de 2012

Fiesta De la Divina Misericordia

Queridos hermanos en Cristo, familia de Dios, renovada en la Pascua. Sintiéndonos convocados por el mismo Espíritu de Cristo Resucitado. Celebramos con gozo y alegría, en el segundo Domingo de Pascua, la fiesta de la Misericordia, la Divina Misericordia de Jesucristo.

Esta Misericordia que, como hemos rezado en el salmo, está eternamente presente en el mundo y en el hombre, pero manifiestamente revelada al final de los tiempos por la vida y muerte de nuestro Señor Jesucristo, Misterio y Fiesta de nuestra Salvación, que hemos vivido y celebrado en el Santo Triduo Pascual.

Todo lo vivido en esta semana Santa para nosotros es portador de vida y tiene como eje ayudarnos a descubrir dónde tiene que apoyarse nuestra vida.

Nuestro apoyo está: En la comunidad cristiana, es decir en la Iglesia que vive del costado abierto de Cristo, entregado por nosotros en la Cruz, y del que brotaron el agua y la sangre imagen del Bautismo y de la Eucaristía simbolizadas en el cuadro de Jesús Misericordioso.

Como nos ha dicho al comienzo el Evangelio que se ha proclamado que “los discípulos estaban en una casa con las puertas cerradas”. Quizá sin saberlo, ellos temerosos por los judíos y angustiados por la traición y el abandono a su Maestro, acababan de iniciar lo que será la vida cristiana.

1

Porque será ahí en aquel lugar escondido donde Jesús se encontrará con ellos, porque es ahí -en la comunidad- donde Cristo viene a buscar al ser humano, cuando necesita un lugar donde refugiarse por el rechazo que vivimos en nuestro mundo. Porque es aquí donde Jesús nos devuelve la Paz que nos regala con su Presencia en cada Eucaristía, porque sabe que la necesitamos como la única medicina capaz de vencer el miedo y el cansancio de vivir, y la angustia y el sufrimiento que nos produce el pecado.

Es aquí en la comunidad donde juntos esperamos al Señor Resucitado, para que pase de nuevo por nuestras vidas, tocando nuestros corazones.

Es aquí donde Cristo quiere regalarnos un nuevo nacimiento, como nos ha recordado la segunda lectura “todo el que cree en Cristo ha nacido de Dios”. Una vida nueva donde el tiempo es diferente, porque vivimos en el tiempo de Dios.

Y por eso nos invita a vivir del primer día de la semana:

“El primer día de la semana”, que es el fruto de la Pascua el cambio de mentalidad que se produce dentro del creyente. Desde que Jesús Resucitó, el domingo es para nosotros el primer día de la semana, es decir el día a partir del cual tiene que girar la semana y nuestra vida, ese día es para nosotros como el sol alrededor del cual todo gira en torno suyo y sin el cual la vida no es posible. Juan nos invita a reconocer que es dentro de “la casa”, es decir de la iglesia donde recibimos al mismo Cristo que nos regala su Espíritu Santo, capaz de regenerarnos por el perdón y que viene a nosotros en la Eucaristía, generadora de paz.

2

Y será “aquí” en “esta casa” donde nos encontraremos con el gran regalo de Jesús: su Misericordia.

La Misericordia de Jesús en medio de la comunidad cristiana es lo que hace que podamos vivir como hermanos todos unidos por el amor a Jesucristo al reconocer en nuestros corazones que nuestro abandono, que nuestras traiciones tienen el pago de su perdón, Jesús experimentó la soledad de sus amigos en la Cruz, pero su respuesta no es el reproche sino la Paz.

De no haberse hecho presente Cristo esa tarde en aquella casa, los discípulos llenos de remordimiento hubiesen justificado su abandono acusando a Judas de su traición.

¿No es eso lo que hacemos cuando queremos evitar nuestra responsabilidad a la hora de vivir amando, a Dios y a los hermanos, justificándonos buscando culpables?

La Misericordia de Cristo en medio de nosotros es lo que nos permite reconocernos como hermanos en el pecado y poder pasar así de, acusarnos entre nosotros a, reconocer que somos iguales ante Dios. Porque también yo he abandonado a Jesús.

La Misericordia de Dios manifestada en su Hijo Jesucristo hace presente en el mundo que Dios no se ha olvidado del ser humano. El sabe que sin su perdón no es posible vivir como hijos y hermanos unos de otros.

Pero la Misericordia solo puede concederse ante el acontecimiento de miseria e indigencia que se produce como consecuencia del pecado.

Y solo puede ser percibida y experimentada cuando es reclamada y aceptada. Porque el amor solo puede sanar las heridas del pecado cuando es aceptado.

3

Muchos vieron morir a Jesús pero no todos se beneficiaron de su Misericordia, incluso los que estaban más cerca de Él. Dimas, “el buen ladrón” le “robó” el perdón a Cristo. Sin embargo, el otro ladrón murió en su queja y rebeldía.

Porque el peor de los males es no buscar la ayuda cuando se pierde el horizonte de la vida.

Por eso nos recordó Jesús por medio de su escogida Santa Faustina: “Di a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y Yo lo llenaré de paz”.

“La humanidad no encontrará la paz, hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia”.

Quizá aunque parezca incomprensible, lo que más nos cuesta es vivir del perdón de Dios. Tal vez es lo que quiso probar Tomás, porque, ¿cuál pudo ser su dificultad?

La dificultad de creer de Tomás es la que todos tenemos en creer que es posible un camino nuevo donde la relación esté basada más en el perdón que en el juicio, más en la misericordia que en la condena, más en el olvido que en el reproche.

Porque quizá a Tomás lo que le movió a pedir una prueba, más que la incredulidad, fue el deseo de poder comprobar que Cristo les había perdonado; y Jesús lo llevará a donde nadie había estado jamás, dentro de sus llagas.

A María en la mañana de Pascua le dijo no me toques que todavía no he subido al Padre. Y, sin embargo el tocará su costado abierto, fuente de nuestra salvación.

Por eso Tomás se convierte para nosotros en modelo de todo el que sigue a Jesús, pronunciando el acto de fe: “Señor mío y Dios mío”.

4

Ya no podemos dudar de su Amor, y de obtener las gracias de su Misericordia, porque es su gran regalo Pascual y está deseoso de dárnoslo:

Y, ¿cómo se consiguen las gracias de su Misericordia?

El Señor responde a su escogida:

“Las gracias de mi Misericordia, se consiguen con un único medio: la confianza. Cuanto más confía el alma, más alcanza”.

Es más, precisamente es lo contrario, nuestra falta de confianza lo que más le duele, el pensar que nuestro pecado sea mayor que su Amor. Ese fue el error de Judas, y por eso al reconocer su traición, exclamó antes de ahorcarse:

“Pequé entregando sangre inocente” (Mt27, 4).

Esta falta de confianza le dice Jesús a su escogida, Santa Faustina: “Lo que más hiere mi corazón es el pecado de la desconfianza”.

Incluso para Jesús derramar su Misericordia es un derecho del alma que lo necesita: Como le recuerda Jesús a sor Faustina: “Cuanto mayor es la miseria de un alma, tanto mayor es el derecho que tiene a mi Misericordia”.

A partir de la Resurrección de Jesús y de su Presencia misericordiosa en medio de nosotros, la victoria de la vida, el vencer en el mundo ya no se debe a la fuerza ni a las relaciones de dominio, sino a vivir de su perdón, perdonando.

Como nos ha recordado en la segunda lectura, su Apóstol San Juan:

“Esta es la fuerza victoriosa que ha vencido al mundo: nuestra fe”. Nosotros somos los vencedores de nuestro mundo, “los que creemos en Jesucristo”.

5

Quisiera terminar con unas palabras de un Santo sacerdote el padre Pio de Pietrelcina:

"Mi pasado Señor, lo confío a tu Misericordia; Mi presente a tu Amor; Mi futuro a tu Providencia"

P. Salvador Romero Abuin


14/4/12

PAZ A VOSOTROS

Paz a vosotros. 2º Domingo de Pascua


Todo el mundo anda buscando la forma de alcanzar la felicidad, la paz. ¿Quién no lo desea? Todos y cada uno de nosotros quiere vivir en paz con uno mismo, es decir, que la paz reine en nuestro corazón, en las relaciones con mis cercanos, en las familias. En nuestra sociedad.

Recuerdo la noche del 31 de diciembre, la cantidad de mensajes y de llamadas de teléfono. Todos, todos, me deseaban la paz, la felicidad, un próspero año nuevo. Y yo a ellos, a vosotros, os deseo lo mismo.

Pero la paz, no es algo como unos zapatos que se pueden adquirir, ¡qué bien me quedan! ¿Cuánto es? Y ya está. Esta no es la actitud para encontrar la paz. Tampoco se encuentra comprando una casita en aquel pueblo tan pintoresco de montaña, donde voy a pasar los fines de semana y el verano. ¡No es así!

La paz es el resultado de buscar la armonía de nosotros mismos en nuestro interior, es decir, con nosotros mismos. ¡No me puedo engañar! La paz, a veces, esta en renunciar a algo por alguien, es un acto de amor.

Un matrimonio amigo iba a comprar un coche nuevo, mejor dicho, a cambiar el suyo por uno mejor. El problema empezó en la marca, “ este es mejor que aquel” y luego con el acabado, con el interior, y no veas la que se armó con el ¡color! Menudo lío con el color... La cosa no pintaba bien, cada uno decía algo diferente. ¿Hay motivo para la discusión? Claro que no, pero ¿cuántas veces hemos tenido noticia de alguna discusión tan tonta como esta?

Fuimos a cenar con ellos, era jueves, lo recuerdo bien, ¿te extrañas de que me acuerde del día? Te lo voy a explicar, aunque es algo personal. Los jueves, en el Puig de Santa María, exponen solemnemente al Señor Jesús en la custodia, y se realizan una serie de oraciones preciosas. Los sacerdotes son los de la orden de la Merced, los encargados de las prisiones, bueno, que me voy a ir por las ramas, como te digo fuimos a cenar en jueves eucarístico, y empezamos a charlar de las cosas que nos interesaban, y al momento el coche, lo tuvimos encima de la mesa, a través de los catálogos tan preciosos que las casas te “regalan”.

Había dos modelos de marcas diferentes, y los colores estaban entre tres también diferentes. A mí, me dio risa, ver que una cosa que parecía que les iba a hacer más felices, de momento era todo lo contrario, y se los dije, porque me insistieron en saber qué me hacía gracia.

Y efectivamente, ellos inmediatamente lo reconocieron, no había motivo para discutir, por lo que en principio... ¡Así es! Les dije con fuerza: “No hay motivo para la polémica, los dos coches son fenomenales, y los colores, los tres preciosos.”

Les propuse seguir cenando, y en el café les daría mi solución al problema, y les afirmé con plena garantía de que ambos estarían de acuerdo al instante. Y así lo hicimos. Fue una cena deliciosa, llena de paz y de alegría.

Llegó el momento culminante, indiqué la necesidad de que trajeran unas tijeras para recortar un trozo de cada una de las fotos de cada coche, y a ser posible del mismo tamaño el recorte. Así lo hizo ella, y dobló los dos trozos formando como dos pelotitas de papel. Y ahora les expliqué como lo hacían al principio los apóstoles, cuando tenían que tomar una resolución importante, como ver a quién tenían que escoger de diácono, y otras muchas cosas. Y es que ellos, los apóstoles, y todos los discípulos, reconocían que la respuesta dada en la suerte sería la aconsejada por el Espíritu Santo. Ellos antes oraban un rato juntos.

En este momento una risita se adueño de nuestros amigos, y me preguntaron,
– ¿Cómo hacemos nosotros para pensar que es el mismísimo Espíritu Santo el que nos aconseja?
– Sencillo, porque ambos vais a tirar vuestro aliento sobre los papeles, sobre estas dos bolitas, ¿de acuerdo?

Y así lo hicieron, las tiró ella a su espalda, y la que más lejos fuera, la que
recorriera mayor distancia, esa sería la que les convenía, ese sería el coche que el Espíritu Santo les aconsejaba. Y efectivamente, una fue mucho más lejos que la otra, y no hubo dudas. Ellos, sonrientes se besaron llenos de paz, ¿ves por dónde aparece la paz? De la mano del Espíritu Santo.

En el apartado del color no hubo dudas, el marido dijo: “ El que tú decidas, ése será el que más me guste.” Y de este modo tan sencillo se solucionó un problema que hubiera acabado en lío seguro.

Pero recuerda, la paz al hombre le viene por el Espíritu Santo.

Tú, ¿qué les hubieras aconsejado? ¿Te atreves a contárnoslo?

Gracias a todos, y feliz Pascua, que la Divina Misericordia, cuya fiesta hoy celebramos nos ayude siempre.

¡Jesús, en ti confío! Ten misericordia de todos nosotros.

11/4/12

Felices Pascuas

¡FELICES PASCUAS ! DESDE TUCUMAN

Queridos amigos:

Los saludo a los cercanos y lejanos en esta fiesta de Cristo Resucitado desde Tucumán con mucha alegría y en un clima familiar y festivo.

¡PASCUA ES VIDA NUEVA,VIDA PARA SIEMPRE,TRIUNFO DE LA VIDA !

Por cierto que no se llega a la Pascua sin pasar por la Cruz redentora de Jesús que nos enseñó que amar de verdad es dar la vida.Así mismo nos demostró que la VIDA vence a la muerte ya que El es la RESURRECCIÓN Y LA VIDA.

Mirar la vida desde la Pascua nos lleva a pensar y sentir en positivo,para así actuar en positivo.Esto conlleva vencer en nosotros y en nuestro entorno la visión negativa y pesimista de la vida y del futuro.

No por una ingenuidad que niega o ignora el mal que nos rodea sino por la victoriosidad cristiana que vence al mal con la sobreabundancia del bien. Esto incluye esfuerzo y dolor,voluntad y acción pero sobre todo esperanza proactiva y creativa.

Les sugiero tres cosas que nos pueden ayudar a esa conversión continua:

+No caer en el derrotismo frente a las adversidades y reales dificultades

+Buscar siempre una salida superadora hacia arriba y hacia adelante

+Hacer cada día una acción constructiva y si es posible sumando a otros

Así nuestro testimonio de Cristo Resucitado será eficaz y creible,cambiará algo de lo que esté a nuestro alcance y generará una “onda positiva”. Y no nos olvidemos de condimentar todo con la alegría y el buen humor.

Estoy iniciando una nueva etapa en mi vida al servicio de Schoenstatt,la Iglesia y la Patria en el norte argentino,les pido me acompañen con sus oraciones como yo lo hago con Ustedes en la Misa cotidiana y bendiciendo cada noche a cada uno. María,la fiel aliada,sigue siempre a nuestro lado como Madre y Modelo y desde sus Santuarios nos muestra su cercanía.

Un afectuoso abrazo y FELICES PASCUAS.

P.Guillermo Mario Cassone Pascua 2012

1/4/12

¡Bendito sea Dios!

¡Bendito sea Dios!

Qué natural es esta alabanza, somos el pueblo de Dios y Él es nuestro pastor. En toda vida humana deberíamos, se debería de dar más gracias a Dios: ¡Gracias a Dios!... En verano iremos al norte, Dios mediante. Si Dios quiere. ¡Vaya usted con Dios! ¡Que Dios te bendiga!, sí a ti, que estas leyendo esto, ese es mi deseo: ¡Que Dios te bendiga!

¿De qué crees que está hecha la crisis que tan salvajemente estamos viviendo en todo el mundo? ¿Tan solo de esos banqueros ineptos o aquellos constructores despiadados?... No, no nos engañemos.

Superar la crisis, ¿significa seguir como antes? A ver quién es más ladrón, más sinvergüenza, y aquí entramos todos, y todos los estamentos de nuestra sociedad civil, religiosa, militar... ¿No será la crisis una enfermedad del alma comunitaria, del tanto tienes tanto vales?

Cuando se supere la crisis, ¿habrán desaparecido los paraísos fiscales, la necesidad de valorar el ahorro por encima del consumo?... Posiblemente estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades, pero también muy alejados del alma, alejados de todo lo espiritual, engañados desde nuestra falsa moralidad, de aquella frase: “de mí mando yo”, “de aquí no me mueve ni Dios”. ¡Qué craso error! Qué absurda es entonces la vida del hombre. Por eso Jesús dice: “si estos callan, gritarán las piedras”.

¡Bendito sea Dios! A Dios lo que es de Dios.

En la vida humana hay grandes momentos para la alegría, para el trabajo bien hecho, con ilusión de aportar algo a alguien. También hay ratos para la oración, precisos y de significativa vitalidad para la vida, para no enfermar. Pero también hay ratos dolorosos, mal llamados taxativamente de cruz, porque la Cruz arranca ahí, pero lleva a la salvación eterna, va al más allá. Es decir, es el vehículo, el automóvil, el carro que nos tiene que llevar de nuevo junto al Padre.

¿Te das cuenta que el Señor te necesita a ti mismo? No mires para otro lado, no disimules.

No hay forma de acallarnos: ¡Bendito sea Dios!