28/9/08

Recapacitar para el perdón

Me encanta San Pablo, en su conjunto, siempre tan atento a todo detalle, por superfluos que parezcan, no lo son. Hoy nos dice que no actuemos por ostentación, por aparentar, por quedar bien, sino que lo hagamos de modo humilde, considerando a los demás nuestros semejantes, superiores a nosotros mismos. No buscando nuestro beneficio sino el de todos, el del otro, y como quien no dice nada, afirma que estos son los sentimientos propios de Cristo Jesús. ¡Uf!

¿Quién se puede salvar ante los ojos de Dios? El que recapacita y se convierte de los delitos cometidos, es decir, el que tiene humildad para pedir perdón, para reflexionar, el que se plantea que es el otro quien puede tener razón, incluso por encima de mí mismo, como el hijo que dice “no”, pero lo piensa mejor y comprende su error, corrige, rectifica, pide perdón, se arrepiente y cumple lo que le ha ordenado su Padre.

La viña es el pueblo, el total, todos, el pueblo de Dios, y en ella hay quien hace lo que quiere, sin corregir, porque su modo de pensar y de ser dista mucho del de la humildad. La soberbia manda de él, es gobernado por sus instintos egoístas.

Y está el otro que intenta, que lucha por ser humilde, quiere reconvertir su vida de maldad, de error, practicando el derecho y la justicia, escuchando la Palabra para salvar su vida.

A pesar de todos los errores, le dice al Señor que lo mire con misericordia, que le enseñe los caminos para poder caminar con lealtad, y pide perdón por las maldades cometidas por desliz, clamando, suplicando la misericordia del Padre que es todo bondad.

¡Perdón, no sé hacerlo mejor: ayúdame, Jesús!

Lamentablemente hay muchos que saben mucho, muchísimo, y lo hacen mejor que nadie, mirando por encima del hombro al resto, a los que piensa que están por debajo, o incluso son menos. ¿Y si por casualidad aparentan eso debido a que caminan por las sendas de la humildad?

Hay quienes son tan santos que no necesitan de nadie, están por encima, ¿de qué rito religioso serán?

Señor, enséñame el camino, hazme caminar con rectitud y humildad, tú que eres bueno y recto.

“Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.” A pesar de esto, aún hay quienes ni recapacitan ni creen. ¡Qué lástima! Ayúdales, por tu misericordia.

1 comentario:

  1. Anónimo29/9/08

    Intento no creerme mejor que otras personas, y cuando olvido actuar de esta manera, estos escritos me ayudan a recordármelo. Perdonas es una cosa muy importante, y desde el perdón las cosas se ven de una manera muy distinta.

    El rencor trae pensamientos malísimos a la persona que lo tiene, y también perjudica a la persona a quien le reguardamos dicho rencor.

    Perdonando salen ganando las dos partes.

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