12/9/08

“Y el nombre de la Virgen era María”

En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No la apartes de tu boca, no la apartes de tu corazón y, para conseguir la ayuda de su oración, no te separes del ejemplo de su vida.

Si la sigues, no te extraviarás. Si le suplicas, no te desesperarás. Si piensas en ella, no te equivocarás. Si te coges a ella, no te derrumbarás. Si te protege, no tendrás miedo. Si te guía, no te cansarás. Si te es favorable, alcanzarás la meta, y así experimentarás que con razón se dijo:
“Y en nombre de la Virgen era María” Lc 1, 27b
De las homilias de san Bernardo, abad.


2 comentarios: