30/12/11

VENITE ADOREMUS

VENITE ADOREMUS...TAMBIEN EN ESTA NAVIDAD

Estas dos palabras se repiten varias veces en el antiguo canto en latin ADESTE FIDELES,típico y clásico de la Navidad. Se invita a levantarse y caminar a Belen para adorar al Niño Jesús.

Tres verbos me parecen dignos de subrayar en esta Navidad 2011:

-LEVANTARSE –CAMINAR –ADORAR.

Nos LEVANTAMOS cada día para iniciar una nueva jornada y varias veces a lo largo del día para cambiar de posición o actividad.Pero ante la fiesta que se avecina se trata de algo más que un cambio corporal,se trata de un cambio anímico para dejar atras toda postración,inercia o comodidad.

La esperanza nos motiva a levantar la mirada más allá de lo inmediato y orientarnos hacia los valores que cuentan de verdad en la vida,a darle gracias a Dios por lo que somos y tenemos,a ver el lado bueno y bello de las personas y las creaturas,a vivir y actuar en positivo.

Nos levantamos para elevar la mirada con fe hacia el Padre que nos ama infinitamente regalándonos a Jesús que nos revela su rostro naciendo y viviendo entre nosotros.

CAMINAMOS hacia una meta,somos peregrinos que estamos en búsqueda y que hasta el final de nuestras vidas seguiremos caminando hasta que nos reciba el Padre en su casa y nos dé el abrazo eterno,en el que por fin encontraremos el reposo.

Pero no caminamos solos sino en comunión con los que están cerca y con toda la humanidad. Nos sostenemos unos a otros para vencer el cansancio y los obstáculos del camino,para no perder el rumbo y para alentarnos.

Cada paso es un avanzar y un dejar atrás,pero tambien es un abrir brechas y dejar huellas,mostrar a los que vengan detrás por donde ir.

Vamos a Belen para ADORAR a un Niño llamado Jesús,verdadero Dios y verdadero hombre,poderoso y fragil,excelso y cercano. Lo adoramos ya que vemos en El el rostro amable del Padre que nos sonríe con ternura y a la vez suscita en nosotros la ternura. Lo adoramos besándolo con cariño y sabiendo que ad-orar es besar,segun su raiz latina. Hoy es importante ver el sentido de nuestra fe como una continua adoración de Dios,haciendo su Voluntad,confiando en su Providencia y reflejando su Amor infinito.

A cada uno les deseo que en esta Navidad nos LEVANTEMOS,CAMINEMOS Y ADOREMOS al Niño en brazos de su Madre,para recuperar la paz del corazon y construir la paz en nuestro mundo.

Con mi afecto y bendición los saludo a todos desde Roma

P.Guillermo Mario Cassone

24/12/11

Noche Buena, Misa del Gallo

Navidad en griego, significa nacimiento, el tiempo de Navidad, es tiempo de nacer, de renacer. Y anterior a todo nacimiento, es el embarazo, la espera preparatoria, que es el tiempo de Adviento que hoy ha terminado. Estrenamos la Navidad, ahora, el nacimiento. El nacimiento en nosotros.


Este nacimiento que nos ilumina la noche; como a los Reyes Magos, los sabios; la estrella que vieron en la noche; y los pastores que dormían al raso y vigilaban por turnos al rebaño durante la noche. Vigilancia, entrega, servicio a los demás...


Nacer a Jesús, es luz, por eso cuando el ángel se les aparece, la gloria del Señor “los envolvió” de su luz.


Los hombres todos. Todos, vivían en la oscuridad, en la noche, en el frío; y con la buena noticia, el evangelio, nos trae la luz, el día, el calor; y el ángel sigue diciéndoles: “Os anuncio una gran alegría y lo será para todo el pueblo”; por eso los pastores vigilaban, cuidaban a todo el rebaño. La Iglesia de Jesucristo.


“Os ha nacido un Salvador” y ante semejante fenómeno podemos exclamar postrados: ¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres!


Jesús nos recuerda: “Mi paz os dejo, mi paz os doy”. Ante la llamada del Señor, fueron a toda prisa, los pastores, y lo encontraron, junto a María y José. Juan Pablo II, nos dice mil veces “a Jesús por María”.


Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios, por todo lo que vieron y oyeron. Los pastores simbolizan a los más pobre, los más humildes…los Reyes, son la grandeza, la realeza…los Magos, los sabios, son los científicos, los filósofos…los hombres del saber…


Y todos; juntos, pobres, ricos, listos, torpes…todos por igual –porque para Dios todos somos iguales, todos somos sus hijos- todos juntos, hemos de glorificar y alabar a Dios.


¿Cómo? Siendo sus amigos, cumpliendo sus mandamientos.

Feliz Navidad para todos, y que nuestros deseos estén guiados por la Estrella luminosa del Señor.

18/12/11

Y sintió lástima de nosotros

“ Jesús bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él”

Cuántas veces tú, en tu caminar por la vida, vas bordeando las dificultades, viviendo en lo gris, en un mundo difícil, donde casi nada parece importar. Donde la supervivencia es el único estímulo de vida.

Mientras unos tienen tanto, otros nada, absolutamente nada, pasando todo tipo de calamidades y penurias. En unos días donde hay tantas luces, parece que las sombras son más inmensas, profundas y dolorosas.

Es normal, porque solo hay una Luz, solo hay uno que ponga orden y paz en tu vida, y por supuesto en la mía. Fíjate que san Mateo dice que sintió lástima de la gente, porque: ¡llevaban ya tres días con él y no tenían que comer!

Es el mismo Jesús quien se preocupa del hambre, y da. Pero para ello se necesita urgentemente la oración de todos nosotros, y nuestras manos, también, para por ellas poder actuar él, sin llamar la atención, sin magias ni hechizos raros. Él es discreto y tiene que actuar por medio nuestro, y entre todos, aunque nos parezca que somos pocos, somos muchos. Y más si nos unimos en la oración con toda la comunión de los Santos, recordando a estos últimos 498 mártires y santos.

Hoy que hay tanto saber en las alturas, nos olvidamos, se olvidan de lo fundamental del pueblo de Dios. Lo que siempre fue: la oración.

Hay quienes se permiten matar en nombre de Dios, y lanzan mísiles, que llaman inteligentes, desde el quinto pino, para destrozar una sala de fiestas, donde la única gente que había, estaba celebrando una fiesta. ¡Donde hay amor allí está Dios! ¿Tú lo puedes comprender? Yo no. Es una vileza más de los poderosos. ¡Un error! Reconocen, nos dicen muy seriamente, ¡ha sido un error!

Menos mal que te tenemos a ti, Señor Jesús. Gracias por estar siempre y en todos los momentos con nosotros.

De ti comemos tanto de espíritu como corporalmente. Después de tres días, nos das a comer, y nos curas los pies, el hígado, los oídos, los ojos.

¡Cuanta ceguera por soberbia! ¡Hay quienes se creen tan superiores! Después un pequeño bichito, un virus, nos pone patas arriba a todos.

¡Menos mal que te tenemos a ti! ¡Id a anunciar sin miedo lo que estáis viendo! Los cristianos damos esperanza, no la vendemos. Si no ves esperanza, habría que hacerse una pregunta muy seria: ¿Estaré enfermo? Ve al médico, de cuerpo y alma.

Gracias por estar con nosotros, Señor Jesús.

11/12/11

¡Qué no te falte la oración!

Qué importante es fortalecer la fe, y sobre todo con hechos, con la respuesta sincera del corazón. Desde la oración hay que suplicarla, rogarla, demandar mas fe, al único que nos la puede dar. Porque con ella, la alegría se muestra en nosotros, pero no nos muestra a nosotros, sino al señor, que siempre está presente en la alegría, de ahí la paz que todo lo calma, la paz que está por encima de todos mis pensamientos.


¿Cómo encontrar todo esto cuando hay tanto en contra hoy en día? Escuchando al profeta San Juan, al profeta de tu propio barrio, a tu sacerdote que tan cerca tienes, escuchando a tu médico, a tu hijo, ayudando donde vayas, pero recordando que todo viaje hay que caminarlo, andando, y nada mejor para conducirnos que la oración.

La oración nos acerca, nos une, nos hace comunión con el Creador, y si digo: ¡Es que no me dice nada! Mala señal. Escúchate, y entonces, redobla esfuerzos, para incrementar esta oración tan vital. Si te alejas de ella, te estás alejando de Él.

Que nada te aleje de la oración, deja todo lo que haces tan importante y entrégate a la oración, con sencillez, pide por tantas necesidades como hay, para que Santa María pueda empezar a repartir gracias.

¡Qué pena tan grande, las personas, que por un motivo u otro, se hallan desperdigadas de la oración! Qué pena que no puedan saborear al Señor vivo y tan vivo como está. Nuestra Iglesia tiene de todo, porque todos la formamos, pero en ella, siempre la cabeza está alta, es Jesús, con una Madre impresionante, y con un Patrón magnifico, el glorioso patriarca San José.

Nada nos debe desilusionar, aún a pesar de tantas mentiras y patrañas, como se empeñan en decirnos desde algunos medios, nosotros tenemos lo fundamental, y en ello tenemos que andar.

Si tienes, reparte, no permitas la injusticia de tú tener mucho, y que el otro no tenga nada. No abuses de tus subordinados, porque todos somos iguales a los ojos de Dios.

Me gustaría decirte mucho, pero no sé, y me quedo con lo más sencillo: demos gracias a Dios, unámonos en la oración, por nuestros sacerdotes y pastores, para que ellos, al igual que nosotros, formemos una gran familia en nuestra Gloriosa Iglesia.

La navidad llegará, y Él nacerá de nuevo en medio de nosotros, con todas las calamidades. Aportemos lo mejor, hagamos oración, a tiempo y a destiempo.

Gracias a todos los que lo leéis.

3/12/11

Sólo desde la alegría se edifica

El hombre busca ser feliz, busca su salvación en todos los aspectos de su vida. ¿Quién desea el daño, quién desea el sufrimiento, quién desea perder a un familiar? Esto es absurdo, no hay nadie en el mundo que se desee estas cosas, que además sin ansiarlo, llega. El hombre busca lo mejor para sí mismo y su familia.

Para mí esto es indiscutible. Desde siempre es así y creo que será del mismo modo a lo largo de toda la historia. Estamos en el segundo domingo de adviento, y San Lucas, este apóstol tan universal, nos aporta con su evangelio que Jesús, que Dios siempre nos trae la salvación; siempre hay un camino, una historia donde el hombre escribe sus propias letras. Él quiere lo mejor para nosotros, y no se corta un pelo, y vemos cómo San Lucas enclava su relato en un año, en un reinado de poder Romano, con un reinado del poder local, autonómico, y en un reinado de lo religioso, y aún a pesar de todas las asperezas y tiranías de estos tres, Él llega triunfante, viene con la paz.

En todo este montón de sucesos, la palabra de Dios viene sobre Juan, el hijo de Zacarías, el bautista, quien nos recuerda que hay que predicar ese cambio de vida, esa conversión, extender esta noticia, ni más ni menos que porque es buena para el hombre, para su felicidad, para todos los hombres. Ni tan siquiera hoy en día, se puede silenciar esta palabra de Dios que nos llega, y que tú la estás recibiendo directamente, incluso a veces, no te das cuenta de que es así como te digo, porque precisamente, no vives una vida muy ligada a la iglesia. Pero el Señor, en todos lo tiempos se hace oír, y tú, puedes estar siendo uno de sus receptores.

Esta noticia del cambio, desde lo profundo del corazón, como no puede ser de otra manera, porque todo cambio tiene que ser sincero y profundo, nos lleva a la alegría, verdadera señal de identidad del profeta actual. Hoy, donde tantos problemas se amontonan, donde tantas fricciones hay entre familiares, vemos a muchos sin ilusión, amargados profundamente. Algunos solo piensan en las cosas malas que han de pasar, y lo hacen, lo que es peor, anunciándose a si mismos como profetas de Dios.

Nada más lejos de la realidad. Los verdaderos profetas de Dios, solo transmiten alegría y felicidad, porque quien se siente amado y ama, no puede demostrar otra cosa. Esto no niega que haya problemas, pero la forma de encararlos es muy diferente.

¿Has visto alguna vez una pareja de tortolitos, de enamorados, estar amargados por su amor? No tiene sentido.

Tú, ¿qué opinas?

28/11/11

Reflexion matrimonial para el Adviento. P. Alberto Eronti.

Pensando en la “espiritualidad matrimonial”: Los discípulos de Emaús (Lc. 24,13-35)

Pasaron ya varios días desde que llegó a mis manos una lámina de la revista “Umbrales”, editada por la Comunidad de los padres Dehonianos. La lámina lleva transcriptas, del lado izquierdo, unas palabras del P. León Dehon que me impresionaron: “El culto del Corazón de Jesús no es para nosotros una simple devoción, sino una verdadera renovación de toda la vida cristiana”. ¡Hermosa y profunda afirmación!

Del lado derecho está el icono de Quinto Regazzoni titulado: “Nuestro corazón ardía”. En el mismo están, sentados en torno a una pequeña mesa, Jesús en el centro, a su derecha un varón y a su izquierda una mujer. Sobre la mesa hay una plato con la imagen del Cordero inmolado. A los pies de ambos acompañantes de Jesús están escritos sus nombres: “Cleofás” y “María de Cleofás”. Se trata, obviamente, de los llamados comúnmente “discípulos de Emaús”. Pero, ¿un varón y una mujer?, ¿no eran acaso dos varones? Regazzoni escribe, además a los pies del icono: “Nuestro corazón ardía mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras”

El Evangelista San Lucas sólo nombra a uno de ellos, Cleofás, pero no al otro o a la otra. ¿Qué asidero evangélico habría para decir que eran varón y mujer y que, además era un matrimonio? El Evangelista San Juan al relatar la escena de la crucifixión escribe que “estaban junto a la cruz de Jesús su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena” (Jn. 19,25-26). Según la costumbre de la época a los hijos varones se les conocía por el nombre y se hacía referencia al nombre de su padre; así en el caso de Pedro Jesús le llama “Simón, hijo de Juan”. Igualmente a las mujeres casadas se les decía su nombre y el del marido: “Susana, (mujer) de Cusa”, “María (mujer) de Cleofás”. Si bien no hay una certeza total de que se tratara de los esposos Cleofás y María, no hay forma de probar que no fueran, al menos partiendo de los Evangelios.

Es así que reflexionando sobre la vida conyugal, es realmente sencillo asumir este texto de San Lucas como la más bella descripción de lo que es el amor y la vida de un varón y una mujer unidos en Jesucristo por el Sacramento del matrimonio. El rito de la celebración de la boda es un final y un comienzo. El final de un tiempo en el que un varón y una mujer se enamoraron, se conocieron y concluyeron que eran el uno para el otro. Esto es lo que llamamos noviazgo. El Sacramento, a su vez, es el inicio de un camino “hasta que la muerte nos separe”. Tras la celebración de la boda, el joven matrimonio se va. Se va a vivir su vida, la que soñaron y planificaron. El camino es largo, llevará años recorrerlo. Es un caminar entre Jerusalem y Emaús, para volver un día a Jerusalem a dar la buena noticia que el amor está vivo y es pleno. Pero, han de caminar juntos y no todo es fácil en el caminar.

¿Qué hacían Cleofás y María en su caminar? San Lucas escribe que: “comentaban lo sucedido…conversaban y discutían” ¿No son estos tres verbos una descripción de la vida conyugal? En el diario vivir los esposos comentan los sucesos de la vida y de su vida, conversan sobre ellos y sus hijos, discuten hasta llegar o no a un acuerdo. Ahora bien, los esposos, que se unieron en el altar, no salen a caminar solos, el Señor los ha bendecido por la persona y las manos del sacerdote y se les ofrece para “caminar con ellos”.

Cleofás y María estaban tan centrados en su tema, que no tuvieron ojos para “reconocer” a Jesús en el caminante que se les aparejó. Es así que busca introducirse en lo que les ocupa y preocupa: “¿Qué conversación es esa que os traéis en vuestro caminar?”. Como suele ocurrir frecuentemente los cónyuges responden un tanto sorprendidos y algo molestos: “¿Eres tu el único…que no se ha enterado de lo ocurrido…? Jesús, que quiere tender un puente entre ellos dos y entre ellos y él les pregunta a su vez: “¿Qué? Es así que los esposos le cuentan de qué hablaban y de su desazón por lo que habían esperado y lo que finalmente ocurrió. La expresión “nosotros esperábamos…”, es reveladora de su actitud interior: estaban centrados en ellos y no atinaban a mirar más allá, a ampliar su visión de los hechos. Le contarán al Caminante que después de tres días ha habido rumores que el cuerpo de Jesús no estaba en el sepulcro, que se habían aparecido ángeles, “pero -terminan lacónicamente- a él no lo vieron”.

La reacción del Caminante es llamativa por lo segura y enérgica: “¡Qué torpes sois y qué lentos para entender…! Y es así que les fue explicando lo que para los esposos era inexplicable. Al aproximarse a la aldea de Emaús, el Caminante hace ademán de seguir su marcha, pero algo ya estaba ocurriendo en el interior de Cleofás y María, por eso más que invitarle le ruegan: “Quédate con nosotros, que está atardeciendo y el día ya declina” El texto dice literalmente: “Él entró para quedarse” y agrega luego: “Recostado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo ofreció. Se les abrieron los ojos y le reconocieron”. En ese instante Jesús desapareció…, ya había hecho su labor y los esposos lo reconocieron y se les iluminó lo que habían vivido.

En la vida matrimonial los esposos conjugan los tres verbos señalados, también hay momentos y sucesos que los muestran lentos, torpes para comprender. Momentos que se centran en ellos, que se enfrentan entre ellos, y que no logran tener una mirada de fe hacia lo que viven y experimentan. Sin embargo, según el relato de San Lucas, esas experiencias están destinadas a producir un doble encuentro: de los esposos entre sí y de ambos con Aquel que camina en ellos y junto a ellos. Sólo si aceptan que Jesús se les una, que le pidan que les ayude a entender lo que les desborda, podrán superar la oscuridad de sus vidas y entrar en la luz. Pero el Caminante no sólo pone luz en lo oscuro, sino que hace de toda alegría una plenitud. Por esto “el corazón les ardía”, el Amor había abrasado la vida y el amor de ambos. ¡Es cuando el amor se hace ardiente!

Al elaborar una espiritualidad conyugal, es fundamental reflexionar que no es casualidad que el primer milagro Jesús lo realizara, en Caná, como un servicio al amor de unos jóvenes esposos y por la acción mediadora de María (Jn.2,1-11). Tampoco es casualidad que la primera aparición del Resucitado, en el Evangelio de Lucas, sea a un matrimonio. Ambos sucesos debieran constituir la base firme de toda espiritualidad matrimonial.

¡Que bueno sería que los matrimonios tuvieran en sus hogares los iconos de la boda de Caná y de los discípulos de Emaús!

P. Alberto E. Eronti

19/11/11

ESTAD ATENTOS PARA QUE NADIE OS ENGAÑE

"¡Cuidado que nadie os engañe” es una advertencia que hoy nos hace Jesús tan próximos ya a este final del tiempo litúrgico, no del final de los tiempos.

Hay una serie de advertencias que quizá algunos “usurpadores” utilizarán para meter miedo con el final de los tiempo. Las guerras, las catástrofes, las persecuciones, y todo tipo de epidemias, tales como la deslealtad, y a pesar de que nos pide con estos evangelios que seamos leales para salvar el alma, que es lo realmente importante. Todo lo demás, las casas, nuestras pequeñas posesiones, el coche, todo absolutamente todo, quedará aquí el día de nuestro final. Éste si que será el final del tiempo de cada uno.

¿Qué se nos pide? Oración y perseverancia, si queremos salvar nuestras almas. Y qué mensaje más esperanzador es éste “ni un pelo de vuestra cabeza perecerá”. ¿Quién puede estar más atento a mis necesidades?

En todos los tiempos de la historia, ha habido, han creído ver todas estas señales, y ninguno estaba en lo cierto, y hoy en día hay quienes, van metiendo miedo de que esa fecha es en el 2012. ¿Qué nos importa la fecha? Lo importante es perseverar en la confianza de Dios, “Jesús, en ti confío”, y Jesús mismo nos lo repite una y otra vez: “vigilad y orad, pues no sabéis cuándo es el momento”.

Aún a pesar de esto, algunos se empeñan en poner fechas, ¿no será que saben más que Dios mismo? ¿No serán éstos los que nos quieran engañar, usurpando el nombre de Jesús? “No vayáis tras ellos... No tengáis pánico”. Esto si es de Dios, abandonémonos a su confianza, a sus brazos misericordiosos, desde la oración y la vigilancia, ésta si es nuestra tarea, ésta si es nuestra misión.
Nadie excepto el embustero, puede decir a alguien que tiene la misión de dar a conocer la fecha, puesto que ninguno la conoce. ¡Gracias a Dios!

Nosotros a la nuestra, hemos de seguir mirando a Cristo, y no a nuestro alrededor, porque de lo contrario nos despistamos y dejamos de ser seguidores de Cristo, por lo tanto, dejamos de ser cristianos.

¿No estará pasando ya algo de esto? Mi misión es seguir a Cristo, y para que me resulte más accesible lo hago a través de la Virgen María, su madre y nuestra madre, y a Ella le pido la ayuda para perseverar.

Gracias a la Iglesia, por dejarme ser un miembro de ella, y aunque soy pecador, ella es santa. Así nos ocurre a todos nosotros, queremos... pero a veces... no podemos, no sabemos, no nos damos cuenta.

“Orad y perseverad” que la Navidad está ya cercana, ese Amor nacerá para todos nosotros.

¿Tú que opinas?

12/11/11

Soluciones para la crisis actual de la fe.

He meditado con sencillez en este trabajo y me ha venido a la mente el capítulo tres del primer libro de los Macabeos, cuando Judas, responde a la pregunta de cómo van a luchar contra toda esa multitud tan bien armada: A Dios lo mismo le cuesta salvar con muchos que con pocos, pues la victoria no depende del número de los soldados, ya que la verdadera fuerza viene del cielo. Además nosotros, que ya hemos tenido la gracia de conocer al Salvador, sabemos que nuestra salvación viene por Él, y como dice san Pablo ya tenemos las armas necesarias.


A mí, todo esto de la Sagrada Escritura, me hace pensar en una solución, en el ejemplo que yo pueda dar, desde mi comportamiento en la calle, en el trabajo, y fundamentalmente en mi casa, a mis hijos, y cuanto más sea capaz de aumentar el círculo de amor más fuerza tendrá este testimonio.

Acción y oración, aunque para mí es Oración, y con las pilas llenas, puedo pasar a darme a otro, a partirme con otros, ya que si no soy Yo, estoy vacío, y nada puedo ofrecer a nadie.

No le digo a nadie lo que tiene que hacer, pero le incito a cambiar a positivo, como dicen otros, y desde mí poder transmitir una fe grande y viva.

Me encanta ir a la eucaristía unos cuarenta minutos antes para entrar en la capilla del Sagrario, para escuchar los buenos consejos, para que me llene Él. Me encantan las homilías todos los días. Me llena la exposición solemne del Santísimo, y la bendición final del sacerdote con el mismo Cristo Jesús. Me hace falta asistir al Sagrario todas las semanas, al menos unas dos horas, para tener tiempo de escuchar desde el silencio. Me llena de gozo cuando Jesús acepta mi invitación de sentarse junto a mí en el mismo banco de madera.

Creo que mi vida es esto, y luego, cuando los tanques de carburante se me han llenado gratis, poder ser un transmisor de ese amor también gratis, y siempre, a ser posible, desde una sonrisa.

Siento no poder dar soluciones, y espero recibir muchas sugerencias, para intentar, desde mi corazón, poder plasmarlas.

¿Qué otras soluciones das tú?

6/11/11

Hagamos ecología de verdad

Siempre he oído la expresión: “que nos coja confesados”, y yo creo que es mucho mejor decir: “que nos coja comulgados”. Voy a intentar explicarme si puedo, un poco más. La situación las cosas, los acontecimientos parecen ir muy mal, como de hecho así es. Da la impresión de que el sol se este haciendo tinieblas, es decir, que la luz se hace oscuridad, por lo tanto la luna que refleja la luz del sol, no puede darnos su resplandor propio. Ni tampoco las estrellas del rock, ni los súper futbolistas, ni los súper adinerados, ni los súper bancos, ni el súper capitalismo desmesurado y egoísta. De tal modo que muchos que se creen astros del firmamento, con una simple torcedura de tobillo, quedan postrados sin la posibilidad de poderse mover por ellos mismos.


Tu y yo, todos nosotros, nos necesitamos, y todos somos igual de importantes, cada uno en la responsabilidad del don recibido, según el virtuosismo personal, pero todos nos necesitamos. Y ahora, al acabar el año litúrgico, precisamente es la Iglesia a través de la liturgia la que nos recuerda que algún día nos marcharemos dando igual que seas estrella o estrellado, aquí nadie se va a quedar.

Pero dentro de tanta inmoralidad, debido a la escasez de columnas que nos sustentan, nos queda la esperanza, precisamente porque las “palabras no pasarán”. El sol lucirá aunque intenten teñirlo de oscuridad, porque el Bien, que es el Padre, puede en todo momento con las fuerzas del mal, que no son otras que las del demonio, donde para la perdición de los hombres utiliza sus mayores empresas, como la mentira, la difamación, la soberbia, la arrogancia, la avaricia...

Y ese final, tanto el nuestro, el de nuestros familiares, el apocalíptico, nadie lo sabe, ni los mismos ángeles, ni buenos ni malos (demonios), conocen el momento y la hora en que ocurrirá. Tan solo uno es el conocedor.

¿Por qué digo que nos coja comulgados?, precisamente porque al ser tomadores del cuerpo de Cristo, intentamos ser como Él quiere que seamos: Santos. Y tan solo con su gracia lo podemos conseguir. Al tomar el cuerpo de Cristo, precisamente hacemos comunión con la Iglesia, esa comunidad universal, donde los hombres somos hermanos, y ya no cabe el pasar por encima de los otros, el engaño ya no es necesario. Tan solo siguiendo a Jesús, todo este mundo raro que nos envuelve se puede vencer. Tan solo caminando con Jesús, verdadero Dios, podemos poner las cosas donde tocan.

¿Es justo que yo me haga rico a costa de empobrecer a otros? Eso es injusticia, y no desarrollo empresarial, y tampoco es caridad, el darles a esos pobres lo que les ha sido robado.

Solo sintiéndonos todos hijos de Dios, siéndolo, podemos llegar a ser hermanos. ¡A un hermano no se le puede hacer una guarrada de esas! Es difícil, pero hay que intentarlo, nos va mucho más que la vida en ello.

El cielo pasará, y también la tierra, pero únicamente tenemos la esperanza de unas palabras tan humanas, tan llenas de vida, de igualdad, de progreso, de modernismo, que nunca jamás pasarán. De hecho son más de dos mil años de continua actualidad.

29/10/11

Gritad de alegría

En este domingo, y para toda la semana, resuena en nuestros oídos las primeras palabras del señor: “gritad de alegría” y quizás nos tendríamos que preguntar, ¿por qué? Bien sencillo, porque el mismo Señor nos llevará por el camino llano para que no tropecemos mortalmente. Él mismo se proclama Padre nuestro. La verdad es que si meditamos todo esto en silencio, en la capilla de la comunión o en casa, si pienso a quién me dirijo y quién es el que se dirige a mí... ¡Úf!


Y es así porque el mismo San Pablo nos lo confirma, es Dios quién llama, no es cosa de mi voluntad, sino que Él pasando por aquel camino donde estaba el ciego Bartimeo, no un cualquiera desconocido, sino el hijo de Timeo, a quién todos conocemos, pues vive en nuestro pueblo, en nuestro barrio... Es un buen vecino nuestro.

Le grita desde la orilla, donde vive cómodamente sentado, acostumbrado a una existencia relajada y sin problemas, pero que no puede dejar escapar esta ocasión, porque Dios mismo, pasa junto a él y Jesús, haciéndose un poco el sordo, hace que grite más, que tome mayor partido en su propia vida. Se detiene, y pide a los que van con Él: “llamadlo” y lo hace precisamente por esta actitud suya de haber querido ahogar los gritos de un marginado, necesitado también de la misma fe. Hay quienes no quieren dejar esta posibilidad, olvidando que Dios es Padre de todos, y que tiene mucho interés en este, por eso da esta doble lección a uno y a los otros, pero como Él siempre lo hace, con cariño.

¿No es una contradicción que el ciego diera un salto soltando su manto, o lo que es lo mismo sus apegos a esta vida acomodada, y se pusiera junto a Jesús?

“¿Qué quieres que haga por ti?” Y el ciego dando una respuesta colosal reconociéndolo primero como verdadero “maestro, que pueda ver”. Y Jesús, una vez más dice, nos dice: “tu fe te ha curado. Y al momento recobró la vista y lo siguió”.

Nada más, y ¡nada menos!, que a Jerusalén, donde la cruz lo esperaba.

Y es que la Gloria, está en la Cruz.

23/10/11

SED MISIONEROS

En primer lugar, y para clarificar al máximo este punto dentro de mis muy limitadas actitudes, nos tendríamos que formular la siguiente pregunta: ¿Qué es ser misionero? ¿Quién es misionero?

Según el diccionario, una de sus acepciones, es la de una persona dedicada a enseñar la doctrina cristiana a personas que la desconocen o que no la practican.

¿Quién es misionero entre nosotros? Pues claramente el que no es hipócrita, el que dice y hace lo mismo, el que sólo tiene una moneda, y sólo así se puede ser de Cristo, hablar con autoridad, que no es ni más ni menos que hacer, pensar, y decir lo mismo.

Qué tranquilos nos quedamos cuando mandamos unas moneditas a África, a Sudamérica... qué buenos somos. Y puede que sea cierto, pero cómo es posible que haciendo todo esto tan bueno con aquellos que no conoces, a mí que estoy junto a ti no me saludes. Cómo pueden haber personas de la adoración nocturna que no se saluden entre sí. Cómo pueden cofradías, tener presidentes que entre sí no se hablan, y puedan pensar que él es mucho mejor que el otro. Cómo es posible que tú vayas a misa todos los domingos y apoyes a partidos políticos que dicen sí a la muerte de los más indefensos. Cómo puede ser que seas cristiano, o eso digas, y te lucres con el dinero de otros, ganado dudosamente.

Cómo ser médico católico, sólo unos cuarenta y cinco minutos los domingos, y el resto de la semana ser lo contrario. No se puede ser misionero allí, y aquí un... pon tú el calificativo. Jesús lo tenía claro: un hipócrita.

Está muy bien apoyar a las misiones y a sus misioneros con nuestro dinero, con diez, veinte euros, y no con unos céntimos, y por supuesto y sobre todo, con nuestra oración continua. Pero aquí, tú y yo también podemos misionar, también somos misioneros, mostrar el Reino de Dios, porque nosotros vivimos en él confiados.

Dios nos ha elegido, y cuando se nos proclamó el Evangelio no solo hubieron palabras, sino que la fuerza del Espíritu Santo nos llenó de profunda convicción.

Oración y acción, ésa es la cuestión. Dar a Dios lo que es de Dios, porque Él es el Señor, y no hay otro. Fuera de Él, no hay dios

16/10/11

Vale, quién sirve

Cuántas veces todos nosotros hemos escuchado la expresión de: “¿A quién le amarga un dulce?” Y sin embargo, que le pregunten al diabético lo perjudiciales que son los dulces para su salud. Que atractivo es a veces el honor, el sentirnos respetados por el cargo... Somos hombres, y por ello llevamos nuestras debilidades impresas, como esta de querer ser los de mayor dignidad: “uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda” y los otros diez protestan porque ellos también desean lo mismo.


El servicio, tal y como Jesús nos lo enseña, no tiene nada que ver con esto, ya el Señor nos hablaba por boca de Isaías cuando nos decía que con sufrimiento expiaríamos nuestra vida, único modo de ver la Luz. Hoy en día vas a las librerías y encuentras tratados de teología maravillosos, libros de Cristología, los grandes profesores, los rectores más expertos, todos deslumbrando con sus palabras.

¡Pero! Cuando voy al Sagrario, allí somos muy pocos. Casi nunca hay sacerdotes y ya no digamos obispos, ¿quiere decir esto que no vayan? No, no es esto. Lo único que digo es que yo no los veo. Y esto me viene a colación por este escrito tan magnifico de nuestro admirable papa, Benedicto XVI, al inicio de este año sacerdotal, en ese escrito que por medio de él, se tomaba la figura de uno de los grandes, el Santo Cura de Ars, por modelo para la enseñanza de muchos. Éste, se tomó muy enserio lo del servicio a los demás en su parroquia. Con una dedicación no del cien por cien, sino del ciento cincuenta por cien. Visitaba enfermos, familiares... Pero siempre y ante todo, él mismo mantenía la oración como base principal, junto con las penitencias y ayunos que se imponía.

La frase “no he venido a que me sirvan, sino a servir, a dar mi vida en rescate por todos.” Con estas diferencias entre nosotros, entre aquellos dos apóstoles y los otros diez, Él los reunió a todos, a los doce, igual que hace con nosotros, nos llama a reunión, junto a Él, ¿quizás en los Sagrarios? ¡Qué bien que se está en la capilla de mis hermanas Clarisas! Como en otras donde tanta oración se hace. ¿Tienes miedo de ser una de ellas? ¿Acaso no quieres servir? Quizás aún buscas los honores, los viajes, el disfrutar... Tienes razón.

Pero allí, con Él, charlando amigablemente en esa facultad, en esa capilla de Jesús vivo y presente, Él nos espera con sus palabras sinceras, porque ama la justicia y su misericordia es amorosa, nos abarca a todos. Sus ojos nos miran continuamente, por eso aguardamos su misericordia. ¿Qué más podemos hacer?

¿Quiero que me sirvan a mí, o por el contrario prefiero servir? Ser un apóstol de Jesús, un buen discípulo, un cristiano seguidor de su amor. ¡Menos mal que tenemos a Santa María! La Madre tres veces Victoriosa, que nos ama y enseña con esa ternura propia de una Santa Madre.

8/10/11

Caminando junto a ti

“Cuando salía Jesús al camino”. Qué comienzo mas real, para una vida tan real. Hoy, para ti y para mí, para todos los hombres, de cualquier parte del mundo, de cualquier religión. Jesús sale al camino, a la vida misma, a la de los problemas reales que tenemos, que Él conoce, y que se pone a nuestra altura, para ver si le comentamos. ¡Nos ha hecho libres! Incluso para esto, para que seamos nosotros los que si queremos, pongamos nuestras inquietudes y necesidades ante Él.

Va caminando junto a nosotros, y quizá las prisas no nos permitan verlo, oírlo, escuchar su palabra, como aquellos discípulos de Emaus, que tampoco lo reconocieron al principio. En otras ocasiones, un mal testimonio, nos puede alejar.

Pero a pesar de todo esto, Él, nos mira y espera nuestra pregunta: “¿Qué haré para alcanzar la vida eterna?

Y hoy más que nunca, esta pregunta esta llena de significado, de sentido. Es decir, estamos viendo lo que ocurre cuando el hombre está gobernado por el egoísmo, la avaricia, los amiguismos, por las leyes sin sentido. Cuando toda la economía se cae. Cuando la educación no parece interesar mucho, cuando la sanidad tiene que ser productiva... Pero eso si, hay que tener el mejor teléfono móvil del mundo, el mejor coche, la mejor computadora personal... Aunque seamos los más maleducados del lugar.

¿En esto queda la vida? ¡Menudo engaño el del progreso!

Tengo la sensación de ir hacia atrás en los temas de humanidad. Por eso Jesús, el que se interesa tanto por mi, mi buen amigo, dice: No te intereses tanto por esas cosas que sirven muy poco, tanto para esta vida, pues te llenan de préstamos asfixiantes, como para la otra. Rompe con tus apegos egoístas y sígueme. O sea, se un buen cristiano, ayuda a mi Iglesia, que sois todos vosotros, aunque algunos se crean más dueños que otros, ven colabora en verdad. Ayúdame a engrandecer y hacer Santos a muchos, pero con tu mejor arma: la oración, la que sale desde el corazón, viviéndola en comunidad, con sencillez y honradez.

Hay vida eterna, tras esta vida. Aquí comienza todo, no se acaba. Ésta es el principio de la Gloria.

¿Tú que opinas?

1/10/11

Todos somos iguales

El Génesis, desde la Creación, deja claro que el hombre, tanto masculino como femenino, tenía que “ayudar a la obra de Dios”, ¿cómo? Poniendo nombre a los animales, tanto a las bestias del campo como a los pájaros (cf. Gn 2,19) de modo que nosotros, todos nosotros, todos los hombres hemos de cooperar en el plan de Dios.


¿Qué ocurre cuando esto no es así? Muy sencillo, mira a tu alrededor, o pon las noticias, para ver como va el mundo. Cuando éste se aleja de la moral, cuando los valores se pierden, y los ricos son más ricos gracias a robar de modo continuo, eso sí, alegando que somos progresistas, estas son las consecuencias de dicho abandono. Como aquellos discípulos que no querían que los niños se acercaran a Jesús, por no molestarlo, o ¿quizás, para que los niños no fueran más que ellos mismos?

Del mismo modo los fariseos preguntan a Jesús si le es lícito al hombre divorciarse de su mujer. ¿No podrían haber invertido la pregunta? ¿Es lícito a la mujer divorciarse de nosotros-los fariseos?

La situación está clara, ellos eran los buenos, y las mujeres eran las... Del mismo modo los discípulos eran los importantes y los niños eran... ¿No eran todos iguales para Jesús? ¿No somos todos iguales para Dios?

Y Jesús a unos y a otros da una lección magistral, cómo no, si es Dios mismo el que habla: “El que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

Y a los otros lo mismo, y los fariseos debieron de quedarse con la cara a cuadros: Si él o ella se divorcia, da igual el sexo, y se vuelve a casar, comete adulterio.

En ambos casos, se debieron de quedar un poco serios, ante una respuesta que no esperaban. Pero es que: “por la gracia de Dios, Jesús ha padecido la muerte para el bien de todos.”

Y, ¿qué cara se nos queda a nosotros?

25/9/11

Cuánta desigualdad

Hoy en día, mires donde mires, hay una gran desigualdad entre los hombres, no ya solo de un mismo municipio, sino dentro del mismo país, y no digamos por continentes.

Mientras unos tiran a la basura cosas muy servibles, otros no tienen nada, y buscan entre las basuras. Cómo nos impactan esas fotos de los niños recogiendo entre los metros cuadrados de basura y más basura.

Con lo que unos tiran otros viven. Este es el ejemplo del evangelio de san Lucas, el pobre, que sabemos que es Lázaro, esperaba algo de las sobres, el rico tiraba a manos llenas. ¿Quién era este rico? ¿Cómo se llamaba? Eras tú, ¿cuántas veces no has tirado a la basura cosas que otros se hubieran comido perfectamente?

Conozco varios restaurantes que, al final del día, lanzan alimentos buenísimos a la basura; no tienes más que mirar en los banquetes de bodas, ¡cuánta comida se tira, que se podía llevar a casas de misericordia, o a las cáritas parroquiales! ¿Y qué más da? Estás pecando de omisión, porque ni tan siquiera lo intentas. No podemos actuar como si nada. El rico, no hace nada malo, pero ahí radica lo malo, no se preocupa por aquel que vive muy por debajo de sus necesidades, por eso “estaba echado en su portal”.

¡Cuánta diferencia hay entre los hombres! A nuestro alrededor, y todos los días. Luego también, después del paso a la otra vida, es Lázaro quien disfruta de los placeres del cielo, mientras que el tico (tú, todos nosotros) está allí intentando... y qué más da, si algunos aunque vean la verdadera evidencia de Dios, no la quieren ver. “Eso son cosas de viejas”.

A quien no escucha a nadie, ni incluso aunque un muerto vaya a hablarle. ¡Ni caso!

Por eso el Señor dice: “Entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar”.

Ahora que tanto tenemos, deberíamos quizá pensar en que algún día, cuando muera físicamente, ¡qué habré hecho o qué no habré hecho?

El rico no cometía nada malo, a excepción de no preocuparse por Lázaro, a quien todos los días veía. Para ver la desigualdad, no es preciso hacer muchos kilómetros; aquí, entre los nuestros están, y muy próximos. ¿Quién es mi prójimo?

Yo soy. ¿Recuerdas? Siempre en el prójimo está Dios.

18/9/11

Cómo han ido las recuperaciones

Siempre estamos con lo mismo, o eso parece, ya que los evangelios son nuestra escuela, donde el maestro se empeña en que todos aprovechemos los exámenes de junio, porque él quiere que pasemos unas vacaciones de verano en primera clase.

¿Por qué tanto interés por nosotros? Por lo mucho que nos quiere, y no escatima en esfuerzos para que yo ponga atención y no tenga que repetir ninguna asignatura.
Sólo busca nuestra salvación, y nos pide una y otra vez, que repasemos las tablas de multiplicar, es decir, lo que nos exigen en la evaluación es que cada cosa ocupe su lugar original, y Él es el centro, el Creador, y nos dice lo fácil que es hacerle caso, pero una y otra vez mi atención se desvía.
Fíjate: ¡Ese avión, que bajito vuela! Ay, ya me he despistado de nuevo, y por más atención que pongo, no hay manera. Y está este otro que se queda mirando la pizarra como si entrara en trance. Cada uno tenemos un despiste. Pero hay una norma válida que Él nos recuerda: “El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar; el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.”
Y finaliza su clase con esta exposición magistral que todos anotamos en nuestros cuadernos: “Ningún siervo puede servir a dos amos, porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.”
Lo dice bien claro, si no estudiamos no hay manera de aprobar. El esfuerzo es imprescindible, y hay que sacrificarse, no salir muchos domingos, y es que en la vida, hay que estar batallando continuamente, pero vivir con Él es muy sencillo, tan sólo consiste en tenerlo en cuenta en todo momento, en ofrecerle esos pequeños sacrificios como oración, decirle más de una vez: ¡Te quiero! El amor todo lo puede, es la mayor energía que existe, y a veces este es nuestro fallo: no amar.
Madre Santísima, enséñanos a amar.

10/9/11

¡No hay favoritos!

¿Cómo callar cuando Dios actúa en nosotros? Es imposible, sencillamente es inadecuado. Como diría un bueno programador publicitario: es inviable.


Dios, Jesús, te abre y ya no hay forma de callar, y por otra parte es lo justo, ya que la persona como norma es agradecida.

¿Por qué entonces la Iglesia, tantos milagros como se hacen, no los declara oficialmente? Muy sencillo, no hace falta de un lado y del otro, por una sana y buena precaución.

Jesús no es un mago que realiza sus magias a través de una bola de cristal, o un tarot, sino que todo su mensaje está lleno de amor, porque la salvación que Él nos trae con su reino no es otra cosa que la salvación completa, a través del Amor. ¿Hay alguna energía mayor y más potente que el amor?

Él nos quiere como somos, nos conoce, y nosotros hemos de aprender a amar al prójimo como es, sin añadidos ni lujosos envoltorios. El hombre es lo que es, y siempre con la gracia de Dios.

Dios pone su poder, su brazo, al servicio del hombre necesitado, del que le pide, y en ocasiones también del que nada le solicitó. Y esto produce una experiencia de Dios que cambia toda una vida, generando una conversión de corazón completa.

¿Recuerdas cómo Pedro se echa a los pies de Jesús, después de ver el milagro de la pesca? “Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.” Y Él responde “No temas”, y su vida cambió por completo, pasando a ser un pescador de hombres, el primer Papa de nuestra Iglesia. Cuántas personas quisieran ser religios@s, sacerdotes, pero esperan un “milagro”, porque tienen miedo.

¡No temas! No esperes más, el milagro es la llamada, y Dios te conoce y sabe que serás un buen sacerdote, un buen religioso-a. “¡Effeta!”, abre tu corazón a la salvación que Dios te da. Y lo hago en primera persona, porque el Señor siempre lo hace en primera persona. A cada uno nos da lo que necesitamos, pero Él siempre está ahí, vayamos vestidos con mejores galas o de un modo más pobre.

Jesús a todos nos ama por igual, no hay favoritos.

5/9/11

Acompañar no es seguir

Hoy quizá deberíamos preguntarnos con mucho rigor: ¿somos seguidores de Jesús?

A lo mejor creemos que lo somos, pero Él, nos aclara perfectamente el cómo. Él está por encima de todo y de todos, y esto no quiere decir que nos tenemos que olvidar de nuestros hermanos, ni de nuestros esposos, ni de las esposas, ni olvidar a los hijos: ¡ya se apañarán! No, rotundamente no.

Lo que ocurre es que muchas veces el “yo” de cada uno de nosotros se sitúa incluso por encima de Jesús, de Dios mismo. Yo he hecho… yo he sido capaz… yo he pensado y acertado… Para los cristianos, para los que seguimos a Jesús, aun con todas nuestras deficiencias y lacras, sabemos que sin su ayuda nada podemos.


Pero hay que aclarar lo de la libertad, uno tiene que hacer el cien por cien, y entonces, y solo entonces, Dios actuará también otro cien por cien. ¿Me comprendes?


Tú, yo, y todos nosotros, hemos de actuar de pleno corazón, con toda nuestra libertad y, aceptar las consecuencias, los resultados tal y como son, tal y como nos vienen.


Hay muchos que acompañan a Jesús, pero ¿cuántos son sus discípulos? Se puede vivir en una orden religiosa y no ser discípulo, y tan sólo porque no hay entrega plena de corazón. A Jesús, ahora sí, ahora no, no le sirve, y tampoco a ti, por mucho que te autoengañes.


Nos empeñamos en construir fortalezas en esta vida, y es lícito, pero a veces nos empeñamos en lo que no podemos, y sólo porque queremos aparentar una posición social fuerte y alta. Esto ya no es lícito.
Merecemos el descanso, pero hay que trabajar, y hay que hacerlo pensando que esta vida se acabará, y después habrá otra vida, para siempre, la eterna.

Si no te interesa… pero cada uno es responsable de lo suyo.


¿Intentamos ser humildes y sencillos, haciendo participar de todo lo nuestro al Señor Jesús?


¡Que Dios nos bendiga y tenga misericordia de todos nosotros!

28/8/11

El sufrimiento es necesario.

Si recordamos rápidamente el Evangelio de la semana anterior, Jesús preguntó a sus discípulos qué piensa la gente de Él. La respuesta que esperaba Jesús oir salió de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Esta respuesta es el fruto de una experiencia personal con Jesús. Y por eso, le otorgó las llaves en el Reino de los Cielos con la posibilidad de atar y desatar los pecados en el cielo y en la tierra.

Cosa muy distinta ocurre esta semana. Jesús comienza a anunciar su pasión y su cruz a los apóstoles. En esta ocasión, Jesús tiene que escuchar un comentario de Pedro que no esperaba escuchar: “¡Lejos de ti tal cosa, Señor!”. ¿Cómo es posible que una persona como Pedro que hace un momento haya hecho una confesión de fe tan real y se le haya otorgado pleno poder en el cielo, y ahora manifieste todo lo contrario?. Así es nuestra humanidad. Nos alegramos de los triunfos y glorias que nos otorguen, pero no somos conscientes de que esto también acarrea unos sufrimientos inherentes a la persona.

Ya responde Jesús: “El que quiera venir conmigo, niéguese a sí mismo cargue con su cruz y me siga”. En nuestra misión de cristianos el sufrimiento es necesario para que nuestra vida sea fructífera. “Si la semilla no cae a tierra, y muere no da fruto”. En nuestra vida cotidiana nos vamos a encontrar con muchas formas de “morir”. Y ahí va a estar Jesús para ayudarnos a superar ese obstáculo. Lo mejor de todo es que al final se nos pagará según nuestra conducta.

Por todo ello, necesitamos agarrarnos a Jesús y pedirle que nos de fuerzas. Muchas veces nos sentiremos solos, pero él estará ahí; otras veces, nuestra cobardía nos hará dar un paso hacia atrás, y otras veces, si confiamos plenamente en Él haremos cosas que no lograríamos entender por nosotros mismos.

SANTIAGO CHECA RUBIO

21/8/11

Corsés

Cuantas veces las situaciones, las expresiones de lo que está bien o esta mal, se colocan dentro de un cajón de madera, como aquellas hermosas cajas de tabaco. Cuantas de ellas se han utilizado como arcones para guardar muchísimas cosas. Tener un amigo cercano que trabajara en tabacalera era todo un chollo.

Estas cajas, se forraban, con un papel de estraza, con otro tipo de objetos delicados, mantelerías de valor, las chaquetas de lana que confeccionaban nuestras mamás y que tanto calentaban. Servían para todo y, además eran bonitas. Nosotros le dábamos con aceite de linaza y al tiempo, con barniz satinado que se compraba a granel en la droguería de Vicente.

Pero claro, hay quienes quieren o quisieran meter en ella a la religión. Qué hacer y qué no hacer. Las cosas de Díos no se pueden encorsetar. Son de “materiales” que no se pueden que no se pueden almacenar. ¿Cómo guardar en un tubo de cristal un poco de tu amor a tus hijos? No se puede, resulta imposible. Por eso Jesús llamaba tantas veces y con dureza a los fariseos, a los que decían cumplir la ley. La cumplían físicamente, pero no de corazón. Se habían acostumbrado al tráfico de las normas, y ellos desde arriba, miraban siempre a los de abajo. ¡Qué fácil resulta pensar que yo lo hago mejor que tú! Quizás esto sea soberbia.

Hay quienes no pueden comer con las manos sin lavar, porque son impuras, sin embargo pueden “sentir” lo que quieran. ¡Nadie se entera! Pero Díos ve en lo escondido del corazón. Por esta razón y otras dice: “Me honran con los labios, pero su corazón está lejos de mí, porque sus preceptos son humanos”. Y más adelante nos insiste: “escuchad y entended todos, lo impuro es lo que sale del interior del corazón del hombre, de ahí salen los malos propósitos, las fornicaciones, los robos, codicias, difamaciones...”

Cada vez que yo pienso que lo hago mejor y que soy mejor que aquellos, Jesús me recuerda: “las maldades salen del interior y hacen al hombre impuro”.

Una vez, el seminarista Diego, me dijo: “¿No será que te permite ver todo esto por algo?” No, no lo había pensado. ¡Cuánto me ayudaron tus palabras! Y es que “todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del Padre”

Gracias por darme y darnos tanto. Empezando por tu gran amor, que siempre estoy en deuda Contigo, pues aunque yo te dé unos gramos, Tú me llenas con toneladas. Es una gran desproporción, pero Tú, eres así, grande.

Gracias.

15/8/11

Cómo nos manifiesta Dios su voluntad

María, por su amor a Dios, permitió que éste actuara a través de ella. María, la siempre Virgen María, llevó al Señor Jesús. Ella siempre nos lleva a su Hijo, por eso la devoción a María es la misma devoción a Jesús.

“La voluntad de María, es exactamente la voluntad de su hijo Jesús, es la voluntad de Dios.” (San Maximiliano María Kolbe).

Así es como actúa Dios, en lo cotidiano, en lo que podría parecer una coincidencia, una casualidad. Ahí, encubierto y visto desde la fe, ahí está Dios, desde la sencillez, en lo más normalito de la vida, ahí, está su brazo Todopoderoso.

¿Cómo nos manifiesta Dios su propia voluntad? Una forma es la que nos indica el santo Maximiliano María Kolbe, y es por medio de sus representantes en la Tierra. Y esto sirve tanto para el prior del monasterio, como para esa sencilla y humilde muchacha deseosa de amar más a Dios. Al amar, tenemos necesidad de más amor; Dios es así, se deja amar de modo muy sencillo, es posible que lo grande... quizá no nos acerque tanto a Dios. Dios está donde uno lo necesita, en realidad, está siempre, pero, no siempre nosotros lo miramos. Y aquí estamos todos, desde los sacerdotes, que corren el peligro de hacer el culto eucarístico de un modo formal y vacío, en las celebraciones, sin la participación de corazón. (Homilía de Benedicto XVI, el día del Corpus Christi del 2009, en la basílica de san Juan de Letrán)

En los laicos que no viven este culto, porque acuden de un modo rutinario, pero sin más: ¡Hay que ir! Y aquí interviene Dios. La fuerza del espíritu llenó a María del mismísimo Dios, una mujer sencilla, pero que se dejó llenar, permitió a Dios actuar, sin valorar los posibles riesgos.

Nosotros hemos de hacer nuestra labor, nuestro trabajo, sin abandonar jamás la oración, porque si no hay oración, quizá caigamos en la trampa de creer que “yo” valgo mucho. Cuando actuamos unidos a él, desde el deseo, por el amor, Él actúa en nosotros y por medio de nosotros. Él se está manifestando por mediación nuestra.

Como María, hemos de ser portadores de Dios, como templos del Espíritu Santo. Hemos de hacer ver a otros a Dios, en nosotros mismos, y nosotros, más maravilloso aún, ver en ésos al verdadero Cristo.

María, con su sencillez, nos enseña a todo: a orar, a ser más humanos, a vivir con la comunidad. Nuestra Madre, la Virgen María, desde todas sus advocaciones, nos llena de fe, nos llena de todo, y siempre con ella, y a través de ella, vamos al Señor Jesús.

Deja al Todopoderoso hacer cosas grandes en ti y por medio de ti.
Hay que humanizar esta sociedad infrahumana, y eso siempre es fácil con la Virgen María.

7/8/11

Las dudas de Pedro

El evangelio de esta semana es la continuación del evangelio de la semana pasada. Si recordamos, Jesús dio de comer a toda la gente que le seguía y después los despidió.

A continuación, Jesús se retiró a solas para orar mientras los discípulos llegaban en barca. Dice el evangelio que se hizo de noche, además había una tempestad que movía las olas fuertemente y que agitaba la barca. La noche como hemos visto en otras pasajes de las Sagradas Escrituras significa miedo, dudas, falta de fe, etc.. Es más, en este pasaje se nos presenta además, una tempestad que nos agita y nos estremece. Jesús viendo que los apóstoles tenían miedo se puso de pie sobre el agua. Este hecho aunque misterioso significa que Dios está por encima de toda la creación. Dios como creador es quien domina a la naturaleza y a quien le obedecen. El mar además, en las Sagradas Escrituras significa el mal. Hay un pasaje que narra que Jesús expulsó a los demonios que habitaban dentro de un hombre y los envió a una piara de cerdos. Éstos cuando se introdujeron en los cerdos se arrojaron al mar (de donde dice las Escrituras que provienen). Por lo tanto, Pedro al ver a Jesús se alegra y quiere ir hacia Él sobre las aguas, pero por un momento duda y le entra miedo, y se hunde.

Esto nos pasa a nosotros cuando dejamos de ver a Jesús, cuando hay algún momento en nuestra vida que nos va mal aparentemente y en realidad está Jesús queriéndonos dar la mano, pero como nosotros estamos ciegos no lo vemos y nos hundimos todavía más.

Jesús nos saca de nuestro abismo como sacó a Pedro. ¿Por qué has dudado? Nos dice. Esto aunque una reprimenda parece, en realidad es una invitación por su parte para que aumentemos nuestra fe. El hecho de andar sobre el mar es la autoevaluación que Jesús nos pone para ver hasta dónde puede llegar nuestra Fe.

¿Seremos capaces de suspender este examen o nos esforzaremos al máximo para sacar buenas notas? Pues a estudiar todo el mundo. J

Santiago Checa.

31/7/11

Cinco panes y dos peces.

Jesús se acaba de enterar que su mejor amigo ha muerto a manos de Herodes. Todos conocemos ya la escena en que Herodes desea que su hija Salomé baile para él; y esta le pide a cambio la cabeza de Juan el Bautista en bandeja de plata. Cumplida esta sentencia, Jesús se entera de ello y decide retirarse a un lugar desierto. No se retira porque se sintiera incomprendido ni para evitar un peligro, sino que simplemente sigue enseñando a sus discípulos.

La gente de los alrededores lo seguía tal y como se fueron enterando que estaba en este lugar. Fijaos la contradicción: Jesús buscaba soledad y se encontró con la muchedumbre. Cualquiera de nosotros hubiéramos cambiado de lugar en tal de estar solos. Pero Jesús, no lo hizo así, sino que por el contrario se quedó y curó a los enfermos.

La tarde iba cayendo, anochecía, y, los discípulos le dijeron a Jesús que les mandará al pueblo para que les dieran de comer, y Jesús en cambio les dijo: dadles vosotros de comer. Estos se justificaban diciendo: Señor, no tenemos más que cinco panes y dos peces y no hay para tantos. Y aquí llega el milagro. Con esos cinco panes y dos peces, Jesús dio la bendición y misteriosamente “comieron todos hasta quedar saciados”- dice la Escritura. Y no solamente eso, sino que también sobraron doce cestos.

De aquí podemos sacar unas conclusiones: primero, Jesús dio la vuelta a la petición de los apóstoles y les dijo que les dieran ellos de comer. Esto significa que Jesús quiere que colaboremos nosotros con Él y de esta manera seamos administradores de la caridad. En segundo lugar, los apóstoles les dicen que tienen poco, y Jesús con ese poco hace que coman todos y aún sobra comida. Es decir, Jesús cuando nos pide algo y nosotros no nos vemos capaces, nos pide lo que tenemos, y el resto lo hará Él. Cuando sentimos que Jesús nos encomienda una misión que nosotros vemos que nos viene grande, entonces nos justificamos diciendo que no tenemos suficiente. Y aquí llega su misericordia: “El te dice: tráeme aquí tu humildad, tu bondad, tus cualidades, todo lo que tu tengas que yo lo voy a multiplicar”. Y así ocurrió con los panes y los peces. Sobraron doce cestos. El número doce en las Sagradas Escrituras significa la humanidad entera, las doce tribus de Israel… esto que significa que, de nuestra pequeñez Jesús multiplica y llega a toda la humanidad.

Finalmente, una vez comieron las gentes, Jesús las despidió y se marchó Él con los apóstoles.

SANTIAGO CHECA

24/7/11

EL REINO DE LOS CIELOS.

Esta semana Jesús nos ilustra con tres parábolas sobre el Reino de Dios. Las parábolas (como habré explicado en otras ocasiones) son metáforas que Jesús contaba a la gente para que éstas entendieran su similitud con el Reino de Dios.

Además, este evangelio se puede dividir en dos partes o dos mensajes. La primera parte va desde el que encuentra el tesoro hasta el comerciante que vende sus joyas para comprar la otra que vale mucho más. La segunda parte que cambia la temática y nos habla de pescadores y el final de los tiempos.

Con esto, se nos quiere decir dos cosas: la primera, en ambos casos, supone un cambio a mejor, un sacrificio, porque el que lo lleva a cabo sabe que vale la pena. El que ha encontrado el tesoro sabe y conoce que si vende todo lo que tiene y reúne lo que necesita para comprar el campo en el que está enterrado el tesoro, sabe que cuando lo compre quedará más que satisfecho. A continuación, nos habla del comerciante. El comerciante es aquel que conoce el valor de lo que ha encontrado y decide vender sus joyas para comprar otra mejor. En ambos casos, se deriva un desprendimiento, un abandono de sus posesiones más valiosas a cambio de otra mejor. En este caso, se trata del Reino de Dios, que supone desprenderse de los malos hábitos porque sabemos que la recompensa supera en creces la vida anterior.

En segundo lugar, Jesús dice claramente que en el Reino de los Cielos separan a los buenos hombres de los malos. Los buenos hombres son los que han sabido sacrificarse. Es como el que decide cambiar de armario porque la ropa que tiene no le viste bien y se ha ahorrado mucho para cambiar.

¿Qué os parece? ¿Estáis dispuestos a sacrificaros para conseguir la joya o no?

Santiago Checa.

10/7/11

BENEDICTO XVI,SACERDOS ET PONTIFEX. 60 AÑOS CONSTUYENDO PUENTES.

Roma.7 de julio de 2011

P.Guillermo M.Cassone

El 29 de junio celebramos junto al Santo Padre,en la Basílica de San Pedro, los 60 años de su ordenación sacerdotal,con una Misa hermosísima desde los cantos polifónicos,la solemnidad de los ritos,la presencia de tantas personas de tan variados paises y culturas,el clima festivo y sobre todo la homilía testimonial en la que habló en primera persona de su vocación,abriendo su corazón con sencillez y calidez. La verdad es que me conmovió.

He seguido reflexionando esta semana sobre la persona y el carisma de nuestro Santo Padre y me pareció que al decir CONSTRUCTOR DE PUENTES, traducción del latin PONTIFEX,hay como una constante de su estilo personal.

Repasando sus documentos,homilias,discursos,encíclicas y conferencias se nota la inquietud por unir la FE Y LA RAZON mostrando que ambas exprimen la búsqueda de VERDAD del hombre,del sentido religioso de la vida y la historia,de la primacía de Dios para un verdadero y liberador humanismo.

Siguiendo sus gestos,audiencias,viajes y entrevistas se revela la PRIMACIA DEL AMOR,capaz de unir personas,culturas,formas de pensar y orar a traves del DIALOGO sincero,honesto y respetuoso.

Observando su modo de darse a las personas,los grupos y las multitudes se ve siempre la misma ACTITUD DE HUMILDE SERVICIO Y ACOGIDA,con su mirada transparente,llena de respeto y su capacidad de escuchar con atención y empatía,creando un vínculo de sobria afectividad.

Participando en sus Eucarístias,celebraciones de la Palabra o del Oficio divino se manifiesta un hombre de una piedad profunda,sobria,austera y a la vez con el gusto por la BELLEZA DE LA LITURGIA,que irradia naturalmente. Allí es donde ejerce como Pontifex entre el cielo y la tierra lo más significativo de su ministerio sacerdotal y episcopal.

Agradezcamos a Dios que en esta etapa de la vida de la Iglesia y de la historia de la humanidad nos ha regalado este gran hombre de Dios, Pastor, Testigo y Maestro.Oremos por él y su ministerio de unir a a toda la Iglesia y de ser Evangelizador de nuestra humanidad sedienta de Dios y de esperanza.

Y tú, ¿quién dices que soy yo?

La pregunta del millón, ¿quién es Jesús para ti?. Para mi es el Dios Todopoderoso que vino a nosotros, para que nos pudiéramos salvar todos por Él, de todos los pueblos, de todas las razas. Aquí enlazaría con ese salmo, “mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.” ¿Te apetece que lo leamos?, vamos a leerlo al tiempo que lo escuchamos, con ese silencio de todo mi yo-tú.

“Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua”.

Viene como anillo al dedo, es todo un recital poético sobre la amistad, sobre las ganas de estar con Él.

Lo de la cruz, eso ya es otra cosa. Muchos se refieren a la cruz, a las cruces de su vida, a todo lo malo, lo no deseado, lo no comprendido... las dificultades, las tristezas...

Y para ti, ¿cuál es la cruz?

Para mí la cruz no son todos esos problemas ni tampoco mi enfermedad, ya que me está acercando más todavía a Jesús, casi tengo que dar gracias de vivir esos dolores, esos... ¿qué más da? Si cada uno tiene los suyos.

Para mí, lo realmente penoso, lo que me produce angustia, mi cruz, es mi propio pecado. Esos pensamientos negativos, esas dudas hacia aquel otro, esa boquita ácida que no calla... Esas basuras, porque todo esto ensucia mucho más que otras cosas. La cruz de cada uno es eso, porque fijaros lo que dice al comenzar su carta el apóstol Santiago, 1,2-4.

“Teneos por muy dichosos cuando os veáis asediados por toda clase de pruebas. Sabed que, al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia. Y si la constancia llega al final, seréis perfectos e íntegros, sin falta alguna”.

No intento darte ninguna clase, pero me ratifico en eso de que mi cruz es aceptarme a mí mismo, y a ti, no lo olvides, porque tú, todos nosotros tenemos que cargar con todo lo nuestro, la cruz, nos hace comprender que hay que hacer el bien allá donde estemos, en la escuela, en la clase, en el quirófano, en el puesto de guardia, en las tareas de la limpieza, en los desplazamientos, en los paseos...

El Señor Jesús sabe bien quién somos cada uno de nosotros, a Él no lo podemos comprender, ¡gracias a Dios!, pero nunca nos deja solos, y menos en los momentos más difíciles de nuestra vida. El sufrimiento hay que aceptarlo como ayuda para la perfección.

¿Por qué no te animas y me das tu opinión, me dices lo que piensas? ¿Te das cuenta de cómo empieza todo? ¡Orando solo! Sin la oración no hay respuesta. O sea, si no encuentras respuesta revisa tu oración, porque puede, y solo digo puede, que haga algo de tiempo que la has olvidado, abandonado. ¡No pasa nada! Pero retómala de nuevo, intensifícala.

Y tú, ¿quién dices que soy yo?

4/7/11

LOS HUMILDES Y LOS MANSOS.

Una vez más Jesús nos da una de sus lecciones magistrales. Que suerte tenemos. El Gran Maestro nos da clases a nosotros. Y nuestra recompensa por llevar a cabo sus enseñanzas sería la Vida Eterna.

En primer lugar, nos dice que sólo Dios se revela en los humildes de corazón y en los sencillos. Y no es que no quiera revelarse a los demás, ya que la salvación es para todos, seamos como seamos. Sólo falta que le abramos la puerta. Por eso, los humildes lo tienen más fácil porque tienen su corazón y su alma vacía de todo nuestro mundo lo quiere llenar. Los demás, los que no son humildes habrán de hacer un gran esfuerzo para vaciarse de ellos mismos. Lo primero de todo es reconocer que les falta humildad, están llenos de otras cosas que no son Dios y por eso no le reconocen cuando Dios se les está mostrando. Pero, de lo que más cuesta librarse para llegar a ser humilde y la que más obstaculiza a Dios es nuestro propio Yo, nuestro egoísmo, nuestro amor propio. En nuestra fe, tenemos muchos ejemplos de esto. Así pues, Dios se apareció a María, una joven nazarena que era sencilla y humilde. Jesús resucitado se apareció a los doce porque sabía que le reconocerían por su fe. ¿Por qué no se le apareció, por ejemplo, a Pilatos, o a Herodes? Por la sencilla razón de que el poder que tenían ellos no lo iban a reconocer. Hace mucho tiempo en Lourdes se apareció la Virgen a una niña también muy sencilla llamada Bernardita. Aquí, tenemos ya muchos ejemplos de revelaciones dirigidas a la gente pobre y humilde.

En segundo lugar, la mansedumbre que nos muestra Jesús es el fruto del Espíritu Santo que nos hace ser dóciles, tener mano izquierda con los demás. No dejarse llevar por los arrebatos de la ira ni los enfados. San Juan en sus cartas que quien no ama al hermano, no conoce a Dios. Y de eso se trata precisamente. ¿Qué padre o madre hay que permita que sus hijos se peleen o se riñan? ¿No son iguales todos los hijos para los padres? De la misma manera, como todos somos hijos de Dios, Él no permitirá que no amemos a los demás hermanos.

Finalmente, después de esta lección de Jesús sobre a quien se revela Dios. Se pone Él mismo de ejemplo y sólo nos pide que descansemos en ÉL cuando estemos cansados y agobiados. Y Él hará lo demás. ¡Pues adelante!

SANTIAGO CHECA

26/6/11

Corpus Christi

¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar!

Una tarde, estando en Lourdes cuando terminábamos de cenar una de las hermanas del Amor de Dios se acercó y nos dijo a mi mujer y a mi:

- ¿Habéis estado en la misa que se hace en la Gruta a las 23:00?

- No –fue la respuesta contundente por nuestra parte — ¿por qué?

- Creo que os gustaría de un modo muy especial.

- Pero es que a las 23:00 se cierra el monasterio.

Bajó la voz, se aproximo un poquito más a nosotros y nos dijo:

- Pedid la llave a la madre superiora, y seguro que os la deja. De este modo podréis entrar cuando regreséis, sea la hora que sea.

Se marchó y siguió con sus tareas, nosotros dos nos miramos y decidimos seguir su consejo:

- Madre, ¿sería posible que nos dejara una llave para poder asistir a la misa de las 23:00 en la Gruta?

Se sonrió, abrió un cajón y nos entregó una llave:

- Vais a disfrutar mucho.

Esa noche, después del rosario de las antorchas, nos quedamos por enfrente de la Gruta. Estuvimos hablando de muchas cosas, la noche era preciosa en este mes de agosto, y la brisa fresquita de los pirineos nos complacía, porque el día había sido caluroso.

De repente una campanita sonó ¡Cling!, y la comitiva celebrante salía ya, formada por siete sacerdotes y varios acólitos del santuario.

La presidía un sacerdote francés de color, un hombre de constitución atlética y muy grande. Toda la misa fue en ese idioma, pero no había problema en seguirla. Cuando se terminó no dio la bendición, tomó una custodia y expuso solemnemente al Señor Jesús Sacramentado.

El silencio se apoderó de todos nosotros, un silencio que fluía al igual que lo hacía el río a nuestras espaldas. ¡Qué bien se estaba allí! Cuánta paz había. Junto a nosotros, japoneses, un gran número de italianos, alemanes, polacos... y por supuesto franceses.

Transcurridos unos quince o veinte minutos se levantó el gran sacerdote, quién permaneció de rodillas todo este tiempo delante del Señor, y con Él, se acercó a nosotros, muy cerca, y nos dio la bendición. El aire se llenó de un peso sanador y reparador. Las lágrimas se desprendieron por muchas mejillas. ¡Qué bien que se estaba allí! Nosotros aún permanecimos un buen rato, y por fin nos levantamos y nos marchamos.

¡Increíble! Nunca hubiéramos imaginado la gente que allí se había congregado, muchos todavía de rodillas sobre la piedra, mirando embelesados, cautivados por el amor que la Virgen María sabe dar.

Al día siguiente a las 11:15 a celebrar con los españoles la misa, a escuchar al padre Teótimo, verdadero alimento, y a Vivir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, a ensalzar al Señor, al Todopoderoso, de la mano de sus sacerdotes. Desde entonces somos adictos a esta misa nocturna, allí, donde la Virgen se le apareció a santa Bernardita, por la mañana a la capilla de san José, y por la noche a la Gruta, a los pies de nuestra Maestra de oración y vida.

¡Sea por siempre bendito y alabado!