31/10/10

Crisis ecómica o moral

Domingo XXXI T. Ordinario

31 de Octubre, 2010


¿Dónde está la crisis? Mira a tu alrededor y búscala. Desde luego parados hay muchos y es muy lamentable, aunque algunos de esos están hasta que se les agote el subsidio y, ¿luego qué? Realmente hay una crisis moral muy profunda, y hoy, como siempre, una vez más el evangelio del domingo nos da la respuesta clara.

Siempre, cuando llego a este punto, hay personas que dejan de leer, porque ellos no quieren ser religiosos. Es una tontería, porque si lo lees puede que te guste o no, pero sin leerlo... Bueno, haz lo que quieras, pero esa actitud tuya tiene un nombre, y no es tolerancia, ¿cuál será?

Como decíamos, este domingo nos presenta a un hombre, a un gran pecador, el que era jefe de los recaudadores de impuestos para los romanos, ¡casi nada!

Pero hay algo dentro de él que le mueve a querer ver a Jesús, trataba de situarlo, pero no podía verlo, pues era un hombre bajo de estatura. Por esto tenemos la crisis que tenemos, porque no ven más que para ellos. Roban y roban, y cuando el saco de la avaricia se rompe, aparecen las crisis de los ladrillos, de los mineros, de las alcaldías... Todas, pero en el fondo una tan solo: la de la desvergüenza, la de la moral.

Nuestro amigo, bajito, y no lo dice solo por la estatura, saca tú más conclusiones. Se adelanta corriendo y sube a una higuera. ¡Cuánto interés tiene en verlo! ¿No crees? Tú y yo, ¿tenemos el mismo interés? Y allí ocurre lo más grande, y es que Jesús lo ve a él, y a pesar de ser un gran pecador, lo llama por su nombre. Para que hayan personas que sigan diciendo ¡que Dios no habla! “Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Los del grupito, de los que van a todas partes a criticar, aquí también hacen su aparición, hablando de lo que no saben: “ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.

Y el evangelio ahora nos muestra el cambio, la actitud, la rectificación, la conversión de Zaqueo: “mira, la mitad de mis bienes, Señor, se los doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más” que era lo que exigía la ley de los judíos. Se ha producido un bellísimo cambio, desde luego radical. ¿Cuántos de los que han engordado sus arcas y han provocado la crisis, han hecho algo similar? ¿Alguno ha hecho alguna devolución? No me extraña que digan que Dios no les habla. No me extraña nada.

Jesús dice que todos somos hijos de Dios, y que Él “ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”. No me extraña que no quieras terminar de leer, pero te recuerdo que Jesús no se escondió de decir lo que pensaba a nadie: “hipócritas”.

Todos somos libres, y podemos escoger hacer el bien..¿Por qué entonces hacer el mal? Es tu decisión siempre.

Dios quiere salvarnos a todos, ¿quieres tú salvarte?

24/10/10

Qué cerquita está Él.

Domingo XXX T. Ordinario

24 de octubre de 2010

Había un sacerdote en mi ciudad, que siempre en todas sus homilías nos decía lo que debíamos de hacer, y en qué fallábamos. Lo curioso es que siempre él, quedaba excluido, él estaba elevado sobre todos nosotros, él lo sabía todo...

No me sirve el encubrimiento de algunos, ocupen la situación que sea. Conozco a laicos que porque rezan uno o varios rosarios, y van a misa todos los días, se creen ya mejores que esos que no van a misa. ¡Qué poco les sirve todo lo que hacen!

Y es que nos empeñamos en ver a Dios donde no está, queremos que se cumpla según nuestro deseo, sin confiar en Dios. ¿De qué me sirve ir a misa, si luego no lo practico? “Lo que hicisteis a uno de estos mis hermanos, a mí me lo hicisteis.”

Dios está tan próximo, tan cerquita de nosotros, y sin embargo no empeñamos en buscarlo donde no está. Hay gentes que han contratado un refugio, tipo nuclear, para cuando llegue eso que va a venir, lo que se nos echa encima. Me pregunto, ¿dónde queda: “Señor Jesús, en ti confío”?

Si mi confianza es esa, ahora me explico como va el mundo.

Dios está ahí, aquí conmigo, tan solo he de decir como en el salmo: “Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca.”

Esto es lo que necesitamos, bendecir y alabar al señor Jesús, siempre y en todo momento, y en todos los lugares. Santa Teresa de Jesús decía: “Dios está entre los pucheros”, en lo más ordinario de la vida, y allá donde hay un hermano, está Él. No hay que buscarlo entre los super-man, ahí seguro que no está, aunque Él, todo lo puede.

Yo al lado de Él, ¿quién soy? Esto es lo que le pasaba al pecador de la parábola, que lo conocía tan bien, que no podía ponerse delante de Él. Se siente indigno, pero CONFÍA en la capacidad de ser PERDONADO, a quién se lo pide.

Todos necesitamos de Dios, unos de un modo, y otros, de otro, pero lo bien cierto es que deberíamos bendecirlo y a alabarlo más frecuentemente.

¿Tú no lo crees así? Entonces, ¿qué crees tú?

Bendito y alabado sea el señor Jesús, hijo de la Virgen María. Madre, enséñanos a confiar en él, y que no hagamos tantas tonterías.

16/10/10

Una vez más, y las que hagan falta.


Domingo XXIX T. Ordinario

17 de octubre de 2010

La oración es necesaria y vital, es decir, de capital importancia en la vida cristiana. ¿Cómo se puede ser humilde, si no es desde la oración? ¿Cómo perdonar aquella ofensa que tanto daño y tantas lágrimas provocaron en mí? La oración es fundamental para todo, para la humildad, para poder perdonar a mis hermanos...

En el campamento de la Esperanza, en Chile, al principio, las familias montaron las tiendas de campaña de modo precario, pero una cosa si tenían: la fe de ver cómo serían devueltos a la superficie de la tierra. Aquellas mujeres comenzaron a rezar y a llenar el espacio con sus plegarias llenas de confianza, aún a pesar de la desazón de sus corazones en más de un momento. Es normal, son y eran sus mujeres, sus familiares y sus mineros estaban a setecientos metros de profundidad.

Hoy hemos visto las imágenes llenas de luz, esas imágenes que hablan por sí mismas; pero en el principio, ¿quién estaba con ellos?

Una tarde, entró en mi ordenador un e-mail diciéndome que debíamos empezar a rezar en cadena por aquellos hombres y sus familias, para que no perdieran la fe en esa esperanza.

Hoy, Jesús en el Evangelio, nos recuerda la viuda que pedía justicia a un juez, “que ni temía a Dios ni le importaban los hombres”. Y finaliza este relato con una pregunta: “Cuando venga el hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Las mujeres del campamento mantuvieron la fe en la soledad de esas noches heladas, en mitad del desierto, donde ni las zorras se acercaban, pero ellas allí rezando y rezando, pidiendo al Padre de todos por aquellos treinta y tres hijos suyos, sus maridos, sus papás...

Nosotros, gracias a Amparo, mi compi, comenzamos una de tantas cadenas de oración en el mundo entero. Desde la oración mandábamos el mismo mensaje de esperanza. Recuerdo que estando en la ermita rezando el rosario, con unas sesenta personas más, la sensación fue muy buena. En muchísimas misas, los sacerdotes incluían esta misma plegaria.

La oración nos llena de fe, de esperanza, de paz. Es decir, vayas a donde vayas, sea cual sea el viaje que vas a comenzar, es necesaria la oración, porque de este modo “obligamos” a actuar a Dios mismo, porque Él ve en nosotros la pequeñez, pero también ve la confianza que tenemos. Nosotros ponemos nuestras manos, pero debido a nuestra insuficiencia, Él actúa, y ¡cómo lo hace! Una maravilla, y al igual que la pobre viuda encontró la justicia, así también esos mineros hermanos nuestros.

Hay una imagen de unos de ellos al salir, y lo primero que hacen es ponerse de rodillas para dar gracias a Dios.

¡Qué bello!

14/10/10

TRIUNFO DE LA VIDA, LA ESPERANZA Y LA SOLIDARIDAD


Estamos viendo paso a paso el rescate de los 32 mineros chilenos y un boliviano, que pasaron más de dos largos meses en el seno de la tierra a 700 metros de la superficie, en Atacama, en la mina San José.

Muchos hablan de un milagro y sin duda lo es, ya que ante todo se debe a la Gracia de Dios que estén vivos y de a uno vayan saliendo a la luz del sol.

Por eso ante todo debemos dar gracias a Dios y cantar un Alleluia pascual, valorar lo que por ellos millones de personas en todo el mundo han orado y que Dios nos ha escuchado y la Virgen Maria con S.Jose y todos los santos han intercedido.

Al mismo tiempo este milagro fue posible porque todo un pueblo y muchos de otros pueblos tuvieron fe y esperanza primero para buscarlos y despues de encontrarlos para preparar y realizar el rescate. Felicitaciones al pueblo chileno y a cuantos compartieron esta fe esperanzada y luchadora.

Es el triunfo de la VIDA,es una imagen actualizada de la Pascua de Jesus que paso tres dias en el seno de la tierra y verdaderamente resucito. En el Credo decimos que descendio a los infiernos ya que se traduce del latin inferi que son las regiones inferiores, subterraneas, no el infiermo como el lugar de la ausencia de Dios.

Es el triunfo de la ESPERANZA ya que todos los actores de este milagro estaban motivados por una esperanza tenaz,perseverante y creativa. Lucharon con esperanza mientras oraban,trabajaron con grandes sacrificios,esperaron en ese campamento al que bautizaron ESPERANZA y hoy estan viendo el premio.

Es el triufo de la SOLIDARIDAD ya que todo esto se hizo como una gran accion comun,ordenada e inteligente.No se escatimaros esfuerzos y bienes,se apelo a la ayuda de los que podian ayudar y tenian los elementos tecnicos y las capacidades profesionales y laborales. Se actuo coordinadamente y con una conduccion clara y firme. Se vivio pendiente de los mineros todo este largo tiempo,sin desfallecer. Se los asistio de manera integral y con los conocimientos que hoy la ciencia nos brinda.

Por eso fue posible un milagro que sirve de modelo de conducta social. y no sololo en las emergencias.Deberia ser el modo habitual de actuar en sociedad y de crear un modo de convivencia regido por estos codigos que son la expresion concreta del AMOR, sin el cual es imposible una verdadera vida que sea plenamente humana.

Demos gracias a Dios y aprendamos esta magnifica leccion de nuestros hermanos chilenos.A todos ellos mi felicitacion y admiracion.

Los saludo con afecto y los bendigo

P.Guillermo Mario Cassone

Roma,13-10-2010

Viva Chile


13-10-2010

Hoy, decía un joven de Chile: “Me siento orgulloso de ser chileno.” Y la verdad es que sí, que hay muchos y contundentes motivos para estar orgulloso.

Pero también yo quiero hoy glorificar a Dios, darle gracias, por atender las miles y miles y miles de oraciones que desde todos los rincones del mundo hemos dedicado a estos bravos mineros y a sus familias. Veo su mano moviéndose en la mina de San José, precisamente el padre adoptivo en la tierra, el esposo de la Virgen María. Treinta y tres, treinta y tres son los mineros encerrados, perdidos en las profundidades de la tierra. Y el campamento que montan sus familiares, curiosamente, se llama el campamento de la Esperanza. Por un lado, la edad de Jesús, representada en esos hombres del pueblo, y las mujeres, como siempre, sabiendo que volverían a verlos.

Hoy todo el mundo ha estado pendiente de Chile, y todos hemos rezado mucho porque esta realidad pudiera ser narrada por los medios de comunicación.

El hombre encuentra en Cristo su esperanza de vida, da la impresión de que éste sea el mensaje. Y así lo han expresado más de uno de los propios mineros: “Ha sido un milagro”.

Y es que Dios, sigue siendo el mismo, los que hemos cambiado somos los hombres, pero cuando el hombre queda reducido a su pequeñez, sale a relucir de nuevo, del mismo modo que nadie abre la puerta de su casa si no lo llaman.

El mundo, nosotros, Chile, estamos de fiesta.

¡Bendito sea Dios!

10/10/10

Ser agradecidos

Domingo XXVIII T. Ordinario
10 Octubre 2010



“Nos acordamos de santa Bárbara, cuando truena”, dice un dicho, un refrán popular, y es que en lo popular hay mucha sabiduría. Un viejo amigo pastor me enseñaba, hace unos años, como mirando, observando las bellotas, él, en pleno verano, me hacía un pronóstico sobre el invierno, si sería más o menos frío. Y ciertamente fue un invierno muy duro, el hielo todas las mañanas estaba presente. Incluso hubieron días en que no desapareció en ninguna hora.
Todo esto, ¿por qué, qué relación guarda con este evangelio de hoy domingo?
Jesús hoy cura a diez leprosos, a la totalidad, a todos los que se presentan a Él, a los que a gritos le piden tras el reconocimiento, y con la oración continua: “Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”. La suplica es en plural, y en plural es atendida. Todos quedan curados, limpios, mientras caminaban.
Tan solo uno vuelve alabando a Dios, y postrado a los pies de Jesús, le da gracias. Jesús se pregunta, ¿y los otros nueve? ¿Dónde está su gratitud?
Un amigo mío diría: “es la condición humana”, añadiendo él “estómagos agradecidos”.
Esto, o algo muy similar, nos pasa a nosotros, pensando que podemos con todo, pero cuando llega el momento, cuando nos enfrentamos a la cruda realidad, cuántas veces oímos: “Dios mío...” y la súplica, para pasar después a una actitud bien diferente, de olvido.
Por eso tú y yo, hemos de dar gracias y alabanzas a Dios, por esos otros que no lo hacen, porque si comenzamos a criticar todos... “apaga y vámonos”.
Hay que mostrar lo que somos, somos la iglesia de Cristo, fundada en Pedro, ¡gracias a Dios!
Por cierto, ¿cuántas veces has mostrado tu gratitud a los sanitarios que te han atendido?
Os voy a dejar una frase de una monja dominica, del convento de la Consolación de Jativa, sor Milagro Zamora:
“Si el contacto con Dios,
no te hizo más humano,
no era Dios a quién tocaste”.
Gracias Señor por tanta ayuda y comprensión, gracias por darnos a tu Madre y a su Esposo, como ejemplo matrimonial.
¡Bendito y alabado seas por siempre, Señor!

3/10/10

¡No te engañes!

XXVII T. Ordinario
3 de octubre 2010




Cuantas veces hemos pensado, ¡yo he hecho esto o aquello! Y por ello merezco... ¡Deja de pensar lo que no debes! Si haces algo positivo, algo desprendido, algo que te ha costado mucho empeño, una gran caminata de meses, sea lo que sea, ¡no esperes recompensa alguna! Es peor. Haz y olvida lo hecho. Ayuda y a ser posible sin que se enteren muchos, o ninguno.

Es cierto que en nuestras parroquias tenemos a personas afincadas al micrófono, salen a leer sin haber leído el texto, y lo desgracian, cambian el sentido, no siempre, de las lecturas. Hay un protagonismo en hacer, y mucho, delante de todos los ojos, porque, claro está, yo, tú, todo lo hacemos bien.

No te engañes, sé más humilde, sé más sincero contigo mismo. Si tienes esa capacidad, si tienes esa fuerza, a buen seguro no es tuya, quizá sea un regalo. ¿Has hecho lo que tenías que hacer? ¿Esperas algo por ello? No te preocupes, haz y olvida lo hecho.

Pide fe para comprender que cada uno de nosotros somos diferentes, y no digo ni mejores ni peores. Unos cojean, y otros corren, pero, ¿quién de ambos se esfuerza más? ¿También sabes tú la respuesta? Pide fe, para no comparar, para no verte mejor que nadie. ¿Qué no te reciben como quieres? Mejor, por algo será: ¡Bendito sea Dios! Esto sí es muy importante, bendecir y alabar continuamente al Señor.

Pide fe, para “hacer todo lo mandado, y luego decid: somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”. ¡Éste! Éste es el premio, hacer lo que teníamos que hacer, ¡desde luego que no es poco!

Quizás por las prisas, nos dejemos conducir en esa carrera de que yo merezco esto o aquello, incluso más que aquél... ¡Déjate de tonterías! Y en lugar de eso, pide fe, para saber amar, pero de verdad, empezando por tu familia... bueno, no quiero que pienses que te estoy dando muchos consejos, pero permíteme una cosa más.

La fe, nos sirve para Vivir, y esto sí es importante. Que Santa Teresita, los Santos Arcángeles, y los Ángeles de la Guarda, nos ayuden a aumentar nuestra fe.