25/1/09

Regalo de Amor

Hoy los acontecimientos son un poco desoladores, las noticias rompen el corazón más sano, todo parece indicar que la escalada del mal, que la locura se ha apoderado de algunos hombres, y quizás por ello podamos pensar, sentir, que el mundo esté en su final.

Algunos piensan que el fin de este mundo, para dar paso a otro mejor, está a la vuelta de la esquina. La profecía de los Mayas, las visiones del gran sicólogo Carl Yung, próxima ya la hora de su muerte. Algunos oráculos que salen de diferentes sitios, anuncios de grandes “escogidos” por Dios, que hablan del gran castigo que se avecina.

¿Sí o no? ¿Quién sabe lo que va a suceder? Ya san Agustín murió pensando que la segunda venida de Jesucristo estaba ya muy próxima. Los acontecimientos así lo indicaban, recordemos que una gran mayoría de obispos de la época se volvieron arrianos, y con ellos arrastraron a gran número de sacerdotes. También san Vicente Ferrer estaba convencido de que esto iba a ocurrir muy pronto. Incluso los mismos apóstoles, luchaban pensando que ellos iban a volver a ver a Jesús en esta segunda venida. Al comprobar todos, los unos y los otros, que esto no ocurría, empezaron a escribir el Evangelio para dejar constancia a todos nosotros, “éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas y lo ha escrito”. Y prosigue ya al final: “Quedan muchas otras cosas que hizo Jesús. Si quisieras escribirlas una por una, los libros escritos no cabrían en el mundo”. Éste es el final del cuarto evangelio, el de san Juan, quien también estaba seguro de que la venida sería eminente. Pero fue pasando el tiempo.

Jesús nos pide que tengamos fe en Él, no como si de un milagrero se tratara, uno que actúa en un teatro o en televisión. Él nos pide la confianza, que nos fiemos de Él. Que seamos verdaderos amigos. Y éste es el camino, creer en Él, y vivir como Él nos enseña.

Ruego que me perdonéis, me gustaría saber ¿dónde se dice que hay que hablar del mal continuamente?

Hablando tanto del mal, ¿no estaremos dándole más “fuerza” al mal? Con tanto castigo, y tantas desgracias que van a ocurrir... ¿no estaremos apoyando al mal sin darnos cuenta?

Es decir, ¿es buena tanta destrucción, o por el contrario es mala? Y, ¿del mal, puede venir algún bien?

Disculpadme todo, pero creo que deberíamos hacer todo lo contrario, dar fuerzas al Bien, porque segur estoy de que del Bien no viene ningún mal. Del Bien, sólo se genera bien, cariño, esperanza, ilusión. O sea, si la segunda venida es tan evidente, dejémosla venir, y que nos coja comulgados, pero vivamos de cara al Amor, que eso sí es bien, y no demos nada al mal, ignorémoslo.

¿Cómo dar fuerzas al bien?

Desde la belleza interior, desde la oración, haciendo no sacrificios, sino regalos de amor a nuestra Madre la Virgen María, y ella, junto con su esposo san José, irá procurando el triunfo de su Inmaculado Corazón desde la misericordia. Con ella, todos caminaremos hacia su Hijo Jesús, Dios Todopoderoso, que sólo desea, desde nuestra libertad, el bien para todos nosotros, para todos los pueblos del mundo.

Actuemos para el bien, vivamos para el bien, recemos para el bien.

De otra cosa estoy convencido, el mal siempre mete mucho ruido, además de embustero es escandaloso, pero sin embargo hay más bien que mal. Y jamás el mal podrá con el bien.

Seamos una única Iglesia en Cristo Jesús, y hagamos el bien.

San Pablo nos recordará: “No devolváis mal por mal, sino siempre bien”. Y esto, ¿no es lo mismo que estoy diciendo? ¿O parecido? En otra carta nos dirá: “No nos cansemos de hacer el bien siempre”.

No ayudemos sin darnos cuenta al mal. Hagamos regalos de amor, que eso siempre es bien. Pensemos en nuestros semejantes como si de nosotros mismos se tratara, y así proclamemos el Evangelio de Dios.

Un buen deseo, ya es un regalo de Amor.

19/1/09

La escalofriante tragedia de Gaza narrada por su párroco


Testimonio del padre Manuel Musallam



De la Iglesia de Dios en Gaza a los queridos santos de Palestina y de todo el mundo:

La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo sea con todos vosotros.

Desde el valle de las lágrimas, desde Gaza bañada en su sangre, una sangre que ha sofocado la felicidad en el corazón de un millón y medio de habitantes, os dirijo estas palabras de fe y esperanza. No utilizaré la palabra "amor", esa palabra se ha quedado atragantada incluso en nuestras gargantas de cristianos. Los sacerdotes de la Iglesia levantan el estandarte de la esperanza para que Dios se apiade y compadezca de nosotros dejando para Él un resto en Gaza, y de esta forma no se apague la lámpara del cristianismo que encendió, en los comienzos de la Iglesia, el diácono Felipe. Que la compasión de Cristo eleve nuestro amor a Dios, aunque en estos momentos se encuentre en un "estado crítico".

Desde mi corazón de sacerdote y párroco os pido que recéis por el alma de nuestra hija, nuestra querida hija de la escuela de la Sagrada Familia, la primera cristiana fallecida en esta guerra: Cristina Wadi al-Turk.

Murió la mañana del sábado 2 de enero de 2009 a causa del miedo y del frío. Las ventanas de su casa estaban abiertas para proteger a los niños del efecto de la onda expansiva en los cristales. Los cohetes pasaban por encima de su casa, afectando a todos los vecinos y haciendo que todo se moviera amenazadoramente. No pudo soportar todo eso y se fue a quejarse al Creador y a pedirle una nueva casa y un refugio donde no hubiera llanto ni cohetes, ni gemidos sino alegría y felicidad.

Queridos hermanos en Cristo, lo que veis en vuestras pantallas de televisión y lo que oís no es en absoluto todo el sufrimiento real por el que está pasando nuestro pueblo de Gaza. Ni la televisión ni la radio pueden transmitir en toda su amplitud lo que está pasando en nuestra tierra.

El asedio de Gaza es un huracán que crece por momentos hasta convertirse en un crimen contra la humanidad. El pueblo de Gaza hoy, lleva su tragedia al juicio de la conciencia de cada hombre "de buena voluntad". El tiempo venidero será el tiempo del juicio justo de Dios.

Los niños de Gaza, con sus parientes, duermen en los pasillos de sus casas, si es que aún los conservan, o en los cuartos de baño, para protegerse, temblando de miedo por el estruendo y los temblores, los temblores terribles de los cazas F-16.

Es verdad que hasta ahora los objetivos de los aviones han sido en su gran mayoría las sedes principales del gobierno y de Hamás, pero todos estos edificios están situados entre las casas de la gente al no separarse de ellas más de 6 metros, que es la distancia legal permitida entre edificios. Por eso las casas de la gente sufren graves daños y muchos de los niños fallecidos lo son por este motivo. Nuestros niños viven en un estado constante de pánico y terror, y esto les hace enfermar. Esto y la falta de alimentos, la mala alimentación, la pobreza, el frío... La tragedia que se vive en los hospitales es crítica. En estos hospitales no había, antes de la guerra, dispositivos de urgencias, y ahora se ven desbordados por miles de heridos, enfermos y por estos acontecimientos, hasta tal punto que las operaciones se realizan en los pasillos de los hospitales. Muchos de los heridos se envían por el paso de Rafah hacia Egipto, pero el que consigue pasar no vuelve, pues la mayoría mueren por el camino. La gente en los hospitales está asustada, triste, rozando casi la histeria.

Quiero ahora contaros una pequeña historia ocurrida en el hospital a la familia de Abdel Latif. Uno de sus hijos desapareció en la primera oleada de bombardeos. Le buscaron en casa de sus familiares pero no le encontraron ni en el primero ni en el segundo día de la guerra. Al tercer día, recorriendo la familia el hospital, encontraron a un pariente de la familia Yarad que estaba cuidando a uno de sus hijos que había sido herido y estaba mutilado. Ese niño había perdido una de sus piernas y su rostro estaba desfigurado no por los bombardeos de los aviones sino por los efectos de la onda expansiva de las explosiones en los cristales, que se le habían clavado estando él en el hospital cuando una parte de éste fue alcanzado por los bombardeos. Abdel Latif se acercó a consolar al de la familia Yarad, pero cuando estuvo cerca del herido, descubrió que el herido era su propio hijo y no el hijo de la familia Yarad. Para mediar entre la diferencia de las dos familias, decidieron esperar a que el herido se despertase y dijese a qué familia pertenecía. De esta forma la familia de Abdel Latif pudo recuperar a su hijo, que estaba cuidando la familia Yarad.

Os describo esto someramente en mi carta pidiéndoos ayuda a vosotros, y también a Dios. Nuestro pueblo en Gaza se comporta como si fuesen animales salvajes, no como personas. Comen pero no se alimentan, lloran pero no tienen lágrimas. No hay ni agua ni electricidad ni comida, sólo miedo, pánico y bloqueo... Ayer en la panadería se negaron a darme pan. La causa: el hombre se niega a darme pan hecho con una harina que no es buena para la salud, no por desprecio de que yo sea sacerdote. La harina buena que tenía se ha agotado y ahora ofrece lo que le queda en gran cantidad, una harina no apta para el consumo humano. Yo, por mi parte, he jurado no comer pan en lo que dure esta guerra.

Os pedimos que elevéis a Dios vuestras más ardientes oraciones y que no se celebre misa ni servicio religioso en que no os acordéis delante de Dios de la tragedia de Gaza. Por mi parte, yo sigo enviando pequeñas cartas a nuestros hijos para alentar la esperanza en sus corazones. Hemos decidido rezar juntos, cada hora, esta oración : « Oh Señor de la paz, danos la paz. Oh Señor de la paz, concede la paz a nuestro país. Ten compasión Señor, ten compasión de tu pueblo y no te enojes nunca con él ». Os pido que ahora os levantéis y que recéis con nosotros. Vuestras oraciones, unidas a las nuestras, moverán a todo el mundo y le enseñarán que el milagro del amor que se ha detenido en el camino y que aún no ha llegado a vuestros hermanos de Gaza, no es el amor de Cristo y de su Iglesia. Para el amor de Cristo y de la Iglesia no son obstáculo las diferencias políticas o sociales, las guerras ni ningún otro tipo de causa. Cuando vuestra caridad llega a nosotros, sentimos que aquí en Gaza, somos una parte que no se olvida de la Iglesia de Cristo, una Iglesia santa, católica, y que nuestros hermanos musulmanes que están entre nosotros forman parte de nuestras familias, de nuestro destino, con los que compartimos todo y con los que formamos, todos juntos, el pueblo palestino.

Pero en medio de todo esto, nuestro pueblo en Gaza no deja de rechazar la guerra como solución para la paz, y está convencido de que el único camino hacia la paz es la paz misma. En Gaza somos pacientes y en nuestros ojos se puede leer : « Entre la esclavitud y la muerte, para nosotros no hay opción ». Queremos vivir para alabar al Señor en Palestina y dar testimonio de Cristo. Queremos vivir para Palestina, no morir por su causa. Pero si la muerte un día se nos presenta, moriremos gustosos, con valor y con fuerza.

Os rogamos que en vuestras oraciones a Dios le pidáis que nuestro Señor Jesucristo nos dé su Paz auténtica, para que « puedan vivir juntos el lobo y el cordero, el buey pueda pacer con el león, y el niño pueda meter su mano en la boca de la serpiente y ésta no le muerda ».

La paz de Cristo, esa paz que nos invita a ser un solo cuerpo, esté con todos vosotros y os proteja. Amén.

Vuestro hermano, padre Manuel Musallam, párroco de la iglesia latina de Gaza

Cedido por Zenit

18/1/09

Él-Tú: testimonio

Anoche una persona me contaba cómo su padre estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital, por un problema grave de corazón. Es la hija mediana de tres hermanos. Casi llorando, me lo relataba.

La escuché con gran dolor, son todos conocidos míos, al finalizar ella, le pregunté: ¿Cómo se llama él? Rafael es su nombre. Bien, le dije, desde hoy yo rezaré por él. Me miró con unos ojos que desbordaban alegría. Gracias, me dijo. Gracias a ti, es un gran don poder rezar por él. Se me abrazó, y me volvió a dar las gracias, con un profundo sentimiento.

Se marchó y yo seguí haciendo lo mío.

Así creo que actúa Jesús, por medio de alguien. Él se hace presente en una conversación, en una situación, en una enfermedad. Él se interesa por todo lo nuestro, y estoy seguro de que en más ocasiones se hace evidente su presencia, pero la hiperactividad nuestra no nos deja verlo más.

Hoy creo que, como siempre, en todos los tiempos, pero hoy, como digo, es necesario dar ese testimonio de lo que somos, sin miedo a equivocarnos, al qué dirán, a cómo lo podré hacer posible. Es la única manera efectiva de mostrarlo, no hay que demostrarlo, al menos yo no siento eso, pero sí el decir: “Ahí está”, como Juan lo hizo en ese río que tantas revueltas ha visto ya, en el Jordán: “Éste es el Cordero de Dios”. Juan lo señaló, lo mostró, e inmediatamente dos de sus discípulos, ávidos de la presencia de Dios, salieron tras él.

Al momento, el Señor les pregunta: “¿Qué buscáis?” y ellos responden, “¿Dónde vives?”. Qué importante es ese Vivir, el cómo nosotros vivamos. Y luego, me encanta cómo uno tras otro, van saliendo seguidores de Jesús. Cada uno, va añadiendo algo en su propio testimonio de fe: “Hemos encontrado al Mesías.”

Qué fuerza tan extraordinaria es dejarse mover por Jesús, sin casi esfuerzo, das testimonio, y sin saber cómo, Él empieza a actuar en ti. Pero sólo si yo soy poco, si me dejo, sabiendo que Él es el importante, y yo, tú, somos los mecanismos, los muelles que dan movimiento a todo un sistema tan perfecto, tan original, que no hay forma de alcanzarlo, ni estudiarlo, ni copiarlo.

Y luego, para colmo de los colmos, cómo Él te reconoce y te llama por tu nombre: Alberto, Antonio, José, Pedro, Carmen, Cefas, Fernando... a cada uno nos conoce por nuestro nombre, de modo personal.

Y la Gloria, la vemos alas cuatro, como cuenta el evangelista, ¿prisas? Él no tiene ninguna, Él va quieto, te llama y te llama, una, dos, tres veces... esperando nuestra respuesta, pero claro, a veces la hiperactividad no nos deja oír, por eso a Samuel lo llamó de noche, cerca del Arca.

Qué bueno es dar testimonio de Él, ero para hacerlo hay que recargar las pilas, sean alcalinas o sencillas, hay que ir a la capilla del Sagrario a callar, a hablar, a escuchar, a reponer fueras espirituales, porque para dar hay que tener. Para amar a otros hay que sentirse amados por Él.

Hay que vivir su experiencia, y luego sembrar donde sea, Él acabará el trabajo. Seguro.

¡Qué importante es el testimonio en estos tiempos! ¿No crees?

15/1/09

Gracias de parte de un sacerdote, que nos pidió oración el 12 de diciembre

BUENAS NOCHES TONO:

ESTOY BIEN, MEJORANDO, HA SIDO UN MOMENTO DE CANSANCIO. HE DECIDIDO CENTRARME MAS EN LA PARROQUIA Y REZAR CON PAZ.

PERO AUN ESTOY EN PROCESO DE RECUPERACIÓN. SE ME HABÍA ACUMULADO MUCHA ANSIEDAD, QUE ME HA LLEVADO A UN ESTADO DE CANSANCIO DONDE SOY MAS FRÁGIL A LAS TENTACIONES.

ESPERO QUE AHORA CUANDO TERMINEN TODAS LAS FIESTAS DE NAVIDAD, QUE COMO SABES, PARA NOSOTROS SUPONE MAS TRABAJO, DESEO RECUPERARME DEL TODO. CENTRARME Y ENTREGARME A LA VOLUNTAD DE DIOS.
TE AGRADEZCO TU ORACIÓN Y LA DE TODAS LAS PERSONAS QUE GENEROSAMENTE HAN ACOGIDO MI PETICIÓN DE ORACIÓN Y TAMBIÉN TUS MENSAJES, AUNQUE SOY UN POCO LENTO PARA CONTESTAR.

QUE EL SEÑOR QUE HA VENIDO A ESTAR CON NOSOTROS PARA LLEVARNOS CON EL, ESTE PRESENTE EN VUESTRAS FAMILIAS E ILUMINE NUESTRO MUNDO.

11/1/09

¿Cuál es tu misión?

La Navidad se está acabando, y al igual que cuando empezábamos el tiempo de Adviento, esas cuatro semanas que nos iban introduciendo poco a poco en el misterio más grande, ahora nos tocaría pensar qué ha hecho en nosotros, qué mella ha dejado en nuestras almas.

Hoy de nuevo nos bautizamos, un nuevo comienzo de todo, un nuevo curso que empieza, ahora viene la carrera, la prueba definitiva, ese examen preparatorio para una nueva oportunidad, quizás una oposición que cambie el sentido de mi vida. De la tuya. Todos estamos sufriendo continuamente pequeñas metamorfosis, insignificantes cambios, nuevos sentidos a nuestra vida.

Pero me gustaría que reflexionáramos sobre cuál es la misión mía, la personal de cada uno, la de todos. El baño del bautismo nos llena, nos inicia y nos ratifica en hijos de Dios plenos, con derecho de voto y de opinión,, por decirlo de un modo sencillo.

Experimentarle a Él es ante todo una experiencia del “perdón”, de sentirnos perdonados, y todo por tanto amor, un infinito amor, más, mucho más que infinito. Él nunca nos grita, nunca nos apremia, nunca nos impone castigos, ¿cómo lo hace? Creo que tan sólo es por amor, perdona, no siente veces, sino siete mil millones de veces por siete. Una exageración de perdón. Pero ante todo y sobre todo está mi actitud, mi predisposición, mi postura ante la vida, siempre desde la máxima libertad, aun a riesgo de que nos equivoquemos, sólo de éste modo podemos entregar un corazón sincero.

Las apariencias no valen, el qué dirán no importa. El caer bien o mal a mis “compas”, tampoco funciona. Sólo sirve actuar de todo corazón, intentando ser mejores, pidiéndole a Él que nos ayude a conseguirlo, porque de lo contrario creo que no es posible. Bueno, igual a ti sí, pero a mi me cuesta mucho superar algunas cosillas, y de no ser por su ayuda, por su interés para conmigo, no podría ser.

Ha venido a la tierra sin gritar, ni vocear, no ha promovido escándalos lujosos, ni se ha distinguido por ser un super-man, sino que ha venido sencillo y humilde, el fenómeno más grande jamás contado por ningún trovador, nadie se lo podía imaginar, ni de hecho lo creyeron. Vino como suele actuar Él, sin levantar polvo ni meter ruido, sencillamente llegó a la tierra, para hacerse hombre, por medio de Santa María, y teniendo por padre a San José, pero sin dejar de ser Dios mismo.

¿Cómo contar esto? Sencillo, en un establo, con unos pastores que lo adoraron, los más sencillos de todos los hombres, y de una reputación dudosa. Y por el otro lado, por unos sabios magos, poderosos y señoriales Reyes, y todos lo adoraron y aclamaron juntos: “Gloria a Dios en el Cielo”.

Dios, como nos demuestra este pasaje, no hace distinciones entre indios y mestizos, acepta a todos los que lo aman y practican su amor, sean de la nación que sean.

Y gracias a este nacimiento somos hijos y hermanos, por eso cuando oigo estas palabras “tú eres mi hijo amado”, me lleno de emoción y alegría, porque es verdad, Dios, con toda su grandeza, me ama a mí, casi nada, a mí, sencillo y poquita cosa como soy, pero con Él me siento a tope, muy bien.


PD: Me gustaría conocer tu opinión, este blog no es solo mío, es de todos los hijos de Dios, sin distinción de naciones, de todos los que por amor quieran participar.

7/1/09

Reflexión para Fin de Año y Año Nuevo. Por Emilia Mari

En estos últimos momentos del año que hoy termina,
heme aquí, Señor, en el silencio y en recogimiento
para decirte GRACIAS,
para solicitarte AYUDA,
para implorarte PERDÓN.

GRACIAS:

Señor por la paz, por la alegría,
por la unión que los hombres, mis hermanos, me han brindado,
por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron.

Por esa mano oportuna que me levantó,
por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron,
por esos oídos que me escucharon,
por ese corazón que amistad, cariño y amor me dieron.

Gracias, Señor por el éxito que me estimuló,
por la salud que me sostuvo,
por la comodidad y diversión que me descansaron.

Gracias, Señor... me cuesta decírtelo...
por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión,
por el insulto, por el engaño, por la injusticia,
por la soledad, por el fallecimiento del ser querido.

Tú lo sabes, Señor, cuán difícil fue aceptarlo;
quizá estuve al punto de la desesperación,
pero ahora me doy cuenta
que todo esto me acercó más a Ti.

¡Tú sabes lo que hiciste!

Gracias, Señor, sobre todo por la fe
que me has dado en Ti y en los hombres.

Por esa fe que se tambaleó
pero que Tú nunca dejaste de fortalecer
cuando tantas veces encorvado bajo el peso del desánimo
me hizo caminar en el sendero de la verdad
a pesar de la oscuridad.

AYUDA:

Te he venido también a implorar
para el año que muy pronto va a comenzar.

Lo que el futuro me deparará, lo desconozco Señor.

Vivir en la incertidumbre, en la duda,
no me gusta, me molesta, me hace sufrir.
Pero sé que Tú siempre me ayudarás.

Yo te puedo dar la espalda. Soy libre.
Tú nunca me la darás. Eres fiel.

Yo sé que me tenderás la mano.
Tú sabes que yo no siempre la tomaré.

Por eso, hoy te pido que me ayudes a ayudarte,
que llenes mi vida de esperanza y generosidad.

No abandones la obra de tus manos. Señor.

PERDÓN

No podría retirarme sin pronunciar
esa palabra que tantas veces,
te debí de haber dicho,
pero que por negligencia y orgullo he callado,
perdón, Señor, por mis errores,
descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad,
por mi necedad y capricho,
por mi silencio y mi excesiva locuacidad.

Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos,
por mi falta de alegría y entusiasmo,
por mi falta de fe y confianza en Ti,
por mi cobardía y mi temor en mi compromiso.

Perdón, porque me han perdonado
y no he sabido perdonar.

Perdón por mi hipocresía y mi doblez,
por esa apariencia que con tanto esmero cuido
pero que en el fondo no es más que engaño a mi mismo.

Perdón por esos labios que no sonrieron,
por esa palabra que callé,
por esa mano que no tendí,
por esa mirada que desvié,
por esos oídos que no presté,
por esa verdad que omití,
por ese corazón que no amó
... por ese Yo que se prefirió.

Señor, no te he dicho todo.
Llena con tu amor mi silencio y cobardía.

GRACIAS por todos los que no te dan gracias.

AYUDA a todos los que imploran tu ayuda.

PERDÓN por todos los que no imploran perdón.

En tu nombre, Señor, inicio el nuevo año.
¡Gracias por el regalo de la vida!


Feliz año de Emilia Mari (seglar)

6/1/09

Feliz Epifanía

Estos días he podido ver algunos niños, cómo jugaban con los regalos que sus “papás” les había comprado. Tiraban del camión, de la bicicleta, de la consola, de esas cosas electrónicas, los video juegos, que los encierra en sus cuartos, donde el aire está un poco viciado de tanto calor seco, de tanta sobreprotección, de tanta comodidad. Hay tantos juegos, que no se aprecian los que tienen.

Pero, ¿y la ilusión? ¿Dónde queda la ilusión de que un Rey Mago te deje un juguete? No la hay. No queda ni un ápice de esperanza, no me extraña que no se valore nada, o poco. Los niños hacen lo que ven a sus padres, y luego los demás referentes los marcan: la sociedad, sus amigos, la televisión, toda la publicidad engañosa...

Sólo puedo exponer mi opinión: no a papá Noel, no a las súper ventas, no a la depreciación humana, no a la falta de respeto. Yo me quedo con mis Reyes Magos, porque además de esa magia propia de los magos, me encanta saber cómo siguieron a la estrella, y se encontraron con el Niño, con su madre María, y a su padre terrenal, a San José. Y lo primero que hicieron los Reyes Magos fue adorar al Niño, a Dios, poniendo las cosas en su sitio, y de rodillas lo adoraron. Y después, le ofrecieron sus regalos, todo lo material, porque no está mal utilizar los obsequios, pero siempre con y desde la ilusión de un niño, porque los que no sean como ellos, no entrarán en el reino de los cielos.

Yo sigo con la magia, en una noche mágica, donde son los Reyes Magos los que vienen a traer algún regalo.

Felices Reyes, a todos vosotros, y que el Señor Jesús, el niño, junto con María y José, nos bendiga a todos nosotros: sus hijos-hermanos.





5/1/09

Cabalgata de los Reyes Magos


En este día tan especial, quiero dar las gracias al autor de estos dibujos, el señor MMM, quien a través de su web (http://www.lapaginademmm.com/) me ha hecho llegar, para todos vosotros, estas cositas tan bellas.

Gracias, a todos los que lo leéis, a los que entraís. Ayer dos nuevas entradas desde Vietnam, todo está en las estadísticas, abiertas a todos.

4/1/09

Y la Palabra era Dios

¿Recuerdas a Juan, con un rosario en la mano, y en la otra una antorcha, cómo llegó a aquel pueblo abandonado a toda luz, donde sólo el mal y las tinieblas eran presentes?

Él llegó y se sentó, ayudó a aquellos vecinos, que aunque temerosos al principio, se fueron acercando a él, allí, en la antigua plaza del pueblo. No tenía pelos en la lengua, y decía abiertamente lo que pensaba. Tocó los puntos débiles de aquellas vidas apagadas, sin alegría, sin ilusión, que vivían peor que los esclavos de Egipto, porque jamás veían el sol. ¿Por qué le escucharon? Muy sencillo, porque les habló con autoridad. Su vida y su mensaje eran una sola cosa. ¿Cuántos de nosotros no vivimos con una doble vida? ¿Coinciden nuestras palabras, nuestros pensamientos, con nuestras obras?

No importa, él, con la antorcha, señalaba la Palabra, al que es verdadera Luz para el mundo. En a otra mano llevaba n rosario, símbolo de oración, de desierto, de lugar sagrado donde debemos dejar que nos lleve esa palabra de Dios, para que nos oriente, nos reconduzca desde la libertad de la aceptación, a la verdadera libertad.

Este Juan apunta con el dedo al que ha de venir, a Jesucristo, a la Palabra, que desde siempre existe, por la que todo se ha hecho. La verdadera luz que no se agota, que tampoco necesita pilas alcalinas. Pero que no siempre es aceptado, vino a los suyos y no la recibieron. ¡Qué difícil es reconocer lo sencillo a veces! Los grandes milagros nos apasionan, pero lo pequeño, lo poquito, a veces no lo vemos por estar un poco llenos de ruido, por ceguera, por falta de luz.

Llegados a este punto, me veo obligado a hablar del perdón, de la salvación. Falta la paz, hay exceso de ruido, hay intolerancia: busca un confesor y encuentra el perdón que Jesús te quiere dar. ¡No lo dudes!

Por experiencia sé que funciona muy bien, como también sé que cuando una herida sangra, lo que hay que hacer primero es frenar esa hemorragia, y luego se hará lo que haga falta. Pero ahora, toca buscar el perdón. ¡Encuéntralo!

San Juan Bautista, el profeta del Adviento, de la preparación, pone el dedo en la llaga, para mostrarnos con su testimonio al que es la plenitud, y del que todos hemos recibido gracia tras gracia. La verdad vino de la mano de Jesucristo que no es otra cosa que Dios mismo, en la persona de Hijo de Dios, y lo hace para que todos nosotros seamos hijos amados del Padre, que no es otra cosa que Dios mismo. Y para ello nos envía, no da, a su Madre, la Santísima Virgen María, y a su esposo, el discreto San José, y juntos forman la Sagrada Familia, ejemplo para todos nosotros.

¿No sientes el amor que nos tiene? Con su perdón, que siempre nos da, nos proporciona la salvación. Es tan grande nuestro Amigo, que siempre está atento a mis necesidades y a las tuyas. Da la impresión de que no duerma. Lo llamas, y ya, ya lo tienes atento a escucharte.

La experiencia de Dios, es siempre de amor, de sentirte querido y amado, es sentirte arropado directamente.

Si vas al desierto, a tu lugar de oración, él sale a tu encuentro, y se hace hombre por ti y por mí, para vivir aquí junto a nosotros, para darse a todos nosotros, viviendo lleno de amor y de verdad. Dios nos habla desde Jesús, ¿lo escuchamos con alegría? Conecta tu emisora con la de él, y recibe sus mensajes desde tu silencio. Desde la oración, con la confianza del abandono a sus brazos para todo.

¡Feliz Navidad! Todo esto y más es para mí la Natividad de Jesús, dejarlo vivir en mí, y escucharlo en paz. Él me llena de todo.

Gracias, por seguir leyendo, por estar ahí.