24/4/11

LAS PRUEBAS EVIDENTES

En la oscuridad de la noche, cuando todavía no había empezado a amanecer María Magdalena corrió apresurada hacia el sepulcro cuando se lo encontró vacío. La noche simboliza en el Nuevo Testamento, las dudas de fe, la oscuridad, la incertidumbre. Así pues, María Magdalena llegó allí con sus dudas ¿Cómo no iban a tener dudas?
Jesús para ellos era el que los iba a salvar, le esperaban un rey victorioso, triunfante, un señor que les iba a salvar de su esclavitud. Pero, al parecer, sus esperanzas se habían volcado, el que iba a librarles y darles libertad, había sido condenado por todos. No entendían nada.
Como decía, Magdalena cuando llegó al lugar donde estaba sepultado Jesús, se encontró con que la losa había sido corrida. Allí, no había nadie, los soldados no estaban presentes, y la losa no se puede mover sola. ¿Parece ilógico todo no? ¿Quién se ha llevado a Jesús?
Corriendo se fue a comunicárselo a los discípulos más queridos por Jesús: Pedro y Juan.
Al llegar allí, solo encontraron las túnicas donde yacía. ¿Dónde está el cuerpo de Jesús?
¿No será que Jesús quiere regalarnos pruebas evidentes, así como la losa movida, la túnica, etc. para que nuestra fe en Él resurja? ¿Cómo no nos damos cuenta de ello? Jesús quiere que nuestra oscuridad se torne claridad, que nuestra noche se haga día. Toda su vida ha tratado de hacernos ver la luz, pero no le entendimos. Jesús ha cumplido siempre las Escrituras. ¿Cómo no sabíamos que ibas a resucitar?
Jesús, gracias por resucitar, gracias por dejarnos signos de tu amor misericordiosos. GRACIAS.

22/4/11

“Estaba al alba María la fiel esposa que aguarda…”

Pascua de Resurrección, 2011

Queridos hermanos y hermanas en la fe:

Esta mañana del miércoles santo al abrir la página del diario El País (España), leí el titular: “Se prohíbe la procesión atea del jueves santo”. Yo siempre creí que los ateos hacían “manifestaciones”, pero hoy utilizan también una expresión cargada de contenido religioso para vaciarla del mismo. Tres de los cinco jueces votaron el contra de la iniciativa y dos manifestaron sus dudas y hasta simpatías. Ejemplos de este tipo se podrían multiplicar increíblemente, las palabras de Juan Pablo II se cumplen al pie de la letra: “El mundo actual quiere marginar a Dios de su vida”. Marginar a Dios es marginar lo humano, es desfigurar lo más propio del hombre: “dar noticia de lo divino”, revelar “su imagen”.

Sin duda que algo grande va siendo azotado, escarnecido y crucificado en el hombre, esto es: su impronta divina. Todos sabemos qué ocurre cuando el hombre se aleja de su modelo: ¡se desfigura! Al decaer lo divino, crece el mono, el ídolo, es la irrupción de la idolatría. La fe puede disminuir en el hombre, pero el grito por lo divino permanecerá siempre. El ídolo no libera, esclaviza y desintegra. La conocida frase de San Ignacio de Antioquia ha de ser completada: “La gloria de Dios es el hombre viviente” y, además, “la gloria del hombre es vivir en Dios”.

San Pablo habla de “morir al pecado”, los maestros del espíritu hablan de “morir al hombre viejo, para que nazca el hombre nuevo”. Esto significa que el “morir para” pertenece a la vida del hombre creyente. Morir al pecado, supone la superación del mismo. Morir al hombre viejo, supone una superación y un nuevo modo de vivir. Morir al desamor supone vivir en y para el amor. Esto nos señala un contenido fundamental de la Pascua: morir para Vivir. Morir para resucitar. No sólo resucita Jesucristo en la acción litúrgica, también algo ha de resucitar en nosotros, se trata de más vida, más humanidad y por eso más comunión con lo divino.

Deseo muy de corazón que para todos ustedes sea esta una “gran semana”. Semana en la que crezca la comunión con Jesucristo a fin de que su Vida sea más la nuestra. María será entre la madrugada del viernes y la noche del sábado La Dolorosa, pero en la mañana del domingo será La Gloriosa, María de la Pascua. Que María nos enseñe a seguir a Jesús como ella lo siguió. Así se realizará en nosotros lo que se reza en el himno de las Vísperas:

Al fin será la paz y la corona,

los vítores, las palmas sacudidas,

y un aleluya inmenso como el cielo

para cantar la gloria del Mesías”

¡Muy bendecida Pascua de Resurrección!

P. Alberto E. Eronti

21/4/11

LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO

Hoy se celebra en toda la Iglesia Universal, el Día del Amor Fraterno. Y es el día del amor fraterno porque Jesús nos lo enseñó con el noble gesto de lavar los pies a los apóstoles. Este amor supone tener que olvidarnos de nosotros mismos y darnos totalmente a los demás. Pero, ¿quién es capaz de olvidarse de olvidarse de uno mismo y entregarse a los demás? No es fácil. Nosotros actualmente pensamos, como en tiempos de Jesús. El hecho de lavar los pies, antiguamente, era una tarea para sirvientes. Hoy en día, no tenemos sirvientes, pero al contrario, muchas veces nos sentimos superiores y creemos que los demás “nos tienen que servir a nosotros.”

Pero, esa es la actitud que Jesús nos pide que olvidemos. Para eso, rompe con la mentalidad tomando ÉL mismo la actitud de servidor y lavando los pies a sus amigos. Pedro no lo entendía: Tú a mí no me lavarás los pies, Señor. ¿Cómo podía consentir que su Señor se rebajara hasta ese punto? Jesús le reprochaba que no lo entendiera. No se trata de un gesto despreciable, sino más bien, de un gesto de amor hacia los demás. Jesús le contestó que si no se dejaba lavar los pies no tendría parte con él. Pedro , como arrepentido, le sugirió que no solamente le lavara los pies sino la cabeza y las manos, y continuó sin entenderlo bien, porque Jesús le volvió a reprochar que tampoco es preciso que se ha bañado no necesita lavarse más. Pero, Jesús se refería al corazón de cada persona, Jesús sabía que estaban limpios por dentro y por eso con una sola vez era suficiente.

Que ejemplos más bonito nos ha dejado. Pero, la cuestión es la siguiente: ¿seremos nosotros capaces de adoptar esta actitud de servicio hacia los demás? ¿Entendemos que si no somos partícipes de este amor fraterno no podemos seguirle?

Jesús, en la noche que se despide nos da esta lección magistral. Por otro lado, es el día por excelencia de la Eucarístia. Jesús quiere que hagamos lo mismo que el hizo esa noche: pues nos AMA HASTA EL EXTREMO.

Santiago Checa Rubio

17/4/11

¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Una vez más el evangelio nos anuncia la entrada de Jesús en Jerusalén, la entrada en nuestro corazón, para mostrarnos poco a poco el buen camino para adentrarnos en el Reino de los Cielos.

En el monte de los Olivos comienza el relato con gran alegría y festividad. Allí mismo habla Jesús con su Padre la misma noche que iba a ser entregado para morir en la cruz.

Cuántas veces nosotros emprendemos el camino con entusiasmo y alegría, pero nos quedamos en mitad de éste, paralizados, mudos, incapaces de continuar ese camino que nos lleva a la cruz, a nuestra cruz. Tenemos tanto miedo de cargar con ella que somos incapaces de ver un poco más allá. De darnos cuenta que sin ella, sin nuestra cruz, no vamos a ninguna parte.

¿Cuándo seremos capaces de comenzar éste viaje y terminarlo acompañando a Jesús, a nuestros hermanos, a nuestros padres, a nuestro prójimo, hasta el final del camino, hasta la muerte?

“Cristo, a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.”

Él dio su vida por nosotros.

¿Qué somos capaces de dar nosotros por los demás?

Gracias.

10/4/11

Caminante, son tus huellas

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.


El pasado 4 de abril Antonio, “Tono”, con arrojo y entereza, lleno de paz, cerró sus ojos a esta vida.

En todo momento estuvo rodeado por su familia, y su mirada todavía era serena cuando se apagó, perdiéndose en el vacío.

A su paso, siempre fuerte y firme, ha dejado unas estelas tales, que todavía es posible percibir su presencia, su forma de ser y sus ideas, bajo la forma de consecuencias o efectos en la vida que lo rodeó. Esto es, Tono vive en nosotros, en todos aquellos que estuvimos con él y que recibimos su enseñanza.

Su familia tenemos la intención de continuar este blog, como mejor podamos y sepamos. Si cualquiera tuviese el gusto de preparar algún escrito para el evangelio de algún domingo, puede enviarlo a el correo de Tono para su publicación.


Gracias.