8/10/11

Caminando junto a ti

“Cuando salía Jesús al camino”. Qué comienzo mas real, para una vida tan real. Hoy, para ti y para mí, para todos los hombres, de cualquier parte del mundo, de cualquier religión. Jesús sale al camino, a la vida misma, a la de los problemas reales que tenemos, que Él conoce, y que se pone a nuestra altura, para ver si le comentamos. ¡Nos ha hecho libres! Incluso para esto, para que seamos nosotros los que si queremos, pongamos nuestras inquietudes y necesidades ante Él.

Va caminando junto a nosotros, y quizá las prisas no nos permitan verlo, oírlo, escuchar su palabra, como aquellos discípulos de Emaus, que tampoco lo reconocieron al principio. En otras ocasiones, un mal testimonio, nos puede alejar.

Pero a pesar de todo esto, Él, nos mira y espera nuestra pregunta: “¿Qué haré para alcanzar la vida eterna?

Y hoy más que nunca, esta pregunta esta llena de significado, de sentido. Es decir, estamos viendo lo que ocurre cuando el hombre está gobernado por el egoísmo, la avaricia, los amiguismos, por las leyes sin sentido. Cuando toda la economía se cae. Cuando la educación no parece interesar mucho, cuando la sanidad tiene que ser productiva... Pero eso si, hay que tener el mejor teléfono móvil del mundo, el mejor coche, la mejor computadora personal... Aunque seamos los más maleducados del lugar.

¿En esto queda la vida? ¡Menudo engaño el del progreso!

Tengo la sensación de ir hacia atrás en los temas de humanidad. Por eso Jesús, el que se interesa tanto por mi, mi buen amigo, dice: No te intereses tanto por esas cosas que sirven muy poco, tanto para esta vida, pues te llenan de préstamos asfixiantes, como para la otra. Rompe con tus apegos egoístas y sígueme. O sea, se un buen cristiano, ayuda a mi Iglesia, que sois todos vosotros, aunque algunos se crean más dueños que otros, ven colabora en verdad. Ayúdame a engrandecer y hacer Santos a muchos, pero con tu mejor arma: la oración, la que sale desde el corazón, viviéndola en comunidad, con sencillez y honradez.

Hay vida eterna, tras esta vida. Aquí comienza todo, no se acaba. Ésta es el principio de la Gloria.

¿Tú que opinas?

1 comentario:

  1. Anónimo9/10/11

    El refranero popular es fruto de la experiencia del ser humano, y la experiencia es madre de la ciencia. Palabras salidas del corazón humano que ve, contempla, reflexiona y, entonces, ¡salta la chispa! Las cosas son como son, es decir, existen, ahí están, a la vista del observador. Observador-desde nuestros cinco sentidos- tiene que ser todo ser humano -hombre, mujer-: de lo contrario, no podremos recibir la verdad tiene la realidad creada que nos circunda. Verdad, tan perfecta en su naturaleza,que no lo puede ser más. La creación, lo que salta a nuestra vista-si la observamos con la luz interior que llamamos alma-nos lleva a formularnos muchos interrogantes,v.gr.: Si las cosas no se hacen solas,¿quién ha hecho el universo? Nosotros, criaturas con inteligencia y voluntad, es decir, nos preguntamos: ¿De dónde venimos; qué hacemos aquí; por qué; para qué? Preguntas que todo observador se hace algún día. Nuestra cabeza da vueltas y más vueltas sobre lo trascendetal; innumerables respuestas...; ¿nos convencen, aplacan nuestra ansia de respuestas convincentes,podríamos decir "lógicas"? Hace siglos que Alguien comenzó a dárnoslas y hubo un Pueblo acogedor con ansias de Verdad, de Amor, de Liberación lo acogió...,hasta que llegó la plenitud de los tiempos cuando se manifestó en plenitud como respuesta definitiva para la humamnidad sedienta de Verdad:" La Palabra era la luz verdadera, que alumbra todo hombre. Al mundo vino y en el mundo estaba;el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció...De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia:porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.A Dios nadie lo ha visto jamás:El Hijo, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer". San Juan I, 9-18.
    Desde entonces sabemos que Dios nos hizo y nos acompaña siempre en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad...todos los días de nuestra vida...hasta la Vida eterna.

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