25/9/11

Cuánta desigualdad

Hoy en día, mires donde mires, hay una gran desigualdad entre los hombres, no ya solo de un mismo municipio, sino dentro del mismo país, y no digamos por continentes.

Mientras unos tiran a la basura cosas muy servibles, otros no tienen nada, y buscan entre las basuras. Cómo nos impactan esas fotos de los niños recogiendo entre los metros cuadrados de basura y más basura.

Con lo que unos tiran otros viven. Este es el ejemplo del evangelio de san Lucas, el pobre, que sabemos que es Lázaro, esperaba algo de las sobres, el rico tiraba a manos llenas. ¿Quién era este rico? ¿Cómo se llamaba? Eras tú, ¿cuántas veces no has tirado a la basura cosas que otros se hubieran comido perfectamente?

Conozco varios restaurantes que, al final del día, lanzan alimentos buenísimos a la basura; no tienes más que mirar en los banquetes de bodas, ¡cuánta comida se tira, que se podía llevar a casas de misericordia, o a las cáritas parroquiales! ¿Y qué más da? Estás pecando de omisión, porque ni tan siquiera lo intentas. No podemos actuar como si nada. El rico, no hace nada malo, pero ahí radica lo malo, no se preocupa por aquel que vive muy por debajo de sus necesidades, por eso “estaba echado en su portal”.

¡Cuánta diferencia hay entre los hombres! A nuestro alrededor, y todos los días. Luego también, después del paso a la otra vida, es Lázaro quien disfruta de los placeres del cielo, mientras que el tico (tú, todos nosotros) está allí intentando... y qué más da, si algunos aunque vean la verdadera evidencia de Dios, no la quieren ver. “Eso son cosas de viejas”.

A quien no escucha a nadie, ni incluso aunque un muerto vaya a hablarle. ¡Ni caso!

Por eso el Señor dice: “Entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que no puedan cruzar”.

Ahora que tanto tenemos, deberíamos quizá pensar en que algún día, cuando muera físicamente, ¡qué habré hecho o qué no habré hecho?

El rico no cometía nada malo, a excepción de no preocuparse por Lázaro, a quien todos los días veía. Para ver la desigualdad, no es preciso hacer muchos kilómetros; aquí, entre los nuestros están, y muy próximos. ¿Quién es mi prójimo?

Yo soy. ¿Recuerdas? Siempre en el prójimo está Dios.

1 comentario:

  1. Anónimo25/9/11

    Evangelio Dom.XXVI T.O.:El refranero español lleva, también, sabiduría:"Del dicho al hecho hay mucho trecho". En el Génesis, al contemplar el Creador su Obra exclamó: " Todo era muy bueno"......No hemos de extrañarnos, por lo tanto, de que tengamos, después del pecado original, una voluntad que diga "sí", pero, también "no". De modo que,en ambas respuestas, el ser humano seguirá siendo "muy bueno" y seguirá pensando, reflexionando..., porque el Creador lo hizo "a su imagen" y,algún día, descubrirá que "quien se pone en manos de Dios, cae en manos de Dios": "Oh, Señor, nos hiciste para Ti..." (S. Agustín). Estamos, somos misterio porque Dios lo Es y en Él creemos y esperamos. ¿Cómo no creer y esperar en Él, siendo como es infinitamente misericordioso, que siempre perdona....¡has setenta veces siete! Buscando siempre como Buen Pastor a la oveja descarriada, perdida como aquellos publicanos y prostitutas del evangelio, que nos precederán en el Reino de los cielos.

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