17/8/08

Señor, socórreme

Me encanta este Jesús nuestro, cómo nos hace escucharnos desde su silencio. Y lo hace para todos, para ti, para mí, para los que están en otro país, en otro creer, para los que viven de otro modo, con otras costumbres.
Él va de un sitio para otro, ahora aquí, ahora en la otra orilla, pero también guarda sus silencios para nosotros.
Un amigo me contaba que fue a una fiesta, y el griterío era tan grande que no se entendía nadie. Era imposible escuchar nada. Y cada vez se gritaba más y se oía menos. ¿No te ha pasado a ti nunca?
Jesús, desde su silencio, nos escucha, pone máxima atención, como con la señora cananea, que le gritaba aunque “él no le respondió nada”.
¿Por qué será que no le responde nada? Incluso sus mismos discípulos le comentan que la atienda, que viene detrás gritando. Pero Jesús sigue callado, ¿por qué?
Siguiendo el evangelio de este domingo 20 del tiempo ordinario, “la mujer cananea los alcanza, llega hasta a él”, se esfuerza al máximo en la súplica, y “se postra ante Él”.
¡Qué bonito! Ella, a pesar de la aparente negativa, sabe que lo va a conseguir, porque tiene fe, -“pedid y se os dará”- en Jesús, el Dios verdadero, el Todopoderoso. Ella pide y pide, por ello recibe.
Su fe aumenta con la prueba, con el esfuerzo de la carrera, del seguimiento, por fiarse, por alcanzarlo. ¡Cuantas veces rezamos, pedimos, suplicamos... y, nada! Nos falta esa fe, la fe que mueve montañas. Donde no hay fe nada se puede hacer. Hay que confiar al máximo para lograr el máximo.
Me encanta la respuesta del Señor ante la petición de socorro, y él le responde: “No está bien echar a los perros el pan de los hijos”.
Aparentemente es fuerte, muy dura esta respuesta, incluso puede sonar mal en un principio, pero al contrario, creo que es un exponente más de la libertad que nos concede para todo. En ella encuentro un “test” donde poder ver cómo voy de confianza, cómo va mi propia fe, ya que una migaja del Señor es una tonelada para mí. Un poquito es una eternidad, y está claro que no lo podría asumir, por eso va regalándome poquitos, pero sin faltar, todos los días mi ración.
Y el final es impresionante, cómo nuestro Señor le dice: “mujer, qué grande es tu fe, que se cumpla lo que dices. Y su hija quedó curada”.
La fe, con la oración, va aumentando, y poco a poco, se va cumpliendo lo que deseas. Tanto en estas tierras como en esas, argentinas, portuguesas... Las del otro lado.
Me llena de felicidad saber esperar, pero mientras tanto sin dejar de hacer.
¡Me alegra saber de ti! Gracias por estar ahí.

12 comentarios:

  1. Anónimo20/8/08

    ¡Cuánto cuesta a veces acabar la carrera, tener constancia, esforzarse, insistir...! Sin embargo la mujer cananea consigue todo esto, y nosotros debemos seguir su ejemplo. Porque todos somos elegidos, lo que pasa es que muchas veces no nos damos cuenta, y por ello abandonamos, dejamos de insistir, no pedimos, no nos esforzamos.

    Pidamos que desde la humildad nos demos cuenta de que somos elegidos, y sigamos llamando a la puerta, pues en el momento oportuno se abrirá.

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  2. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  3. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  4. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  5. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  6. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  7. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  8. Anónimo21/8/08

    Jesús es el único Maestro, no tenemos otro,porque Él es la Sabiduría divina encarnada en una naturaleza virginal,María.Y lo que pretende al venir al mundo es darnos lo que habíamos perdido desde el instante en que nuestros primeros padres deciden "ser como dioses".Desde ese instante entró en nuestro ser el desorden moral:"no nos agrada vivir pendientes del Misterio:el SER eterno que,por su infinito Amor,nos ha creado a su imagen y semejanza,sí,"nos ha creado" y,por esa misma razón,nos conoce y nos ama como nadie en este mundo.En una palabra,nos ama infinitamente y,así,nos va haciendo "otros cristos" siempre que queramos sinceramente "que su Voluntad se cumpla en nosotros"...como lo pedía Jesús en Getsemaní.
    El Pueblo de Israel había perdido de vista a su Creador y,gran parte del Pueblo,despreciaba e incluso odiaba,particularmente, a los que no eran de su raza...El encuentro con la mujer cananea es aprovechado,una vez más,por Jesús para continuar su Misión,su enseñanza divina."Dios es Padre de todos",no hace acepción de personas.En una palabra,¡somos SUS hijos!...Aún más,"hijos en el Hijo",que,por ser Dios,la víspera de su muerte,resalta y resume la Verdad revelada en el Decálogo
    del Sinaí:"un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros como yo os he amado".
    En la mujer cananea, Jesús recuerda,una vez más,la fuerza de la Vida, la fuerza de la Libertad, la fuerza de la Felicidad:¡la grandeza de la Fe!

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  9. Anónimo21/8/08

    Antonio:perdón por las 6 repeticiones,fruto de mi inexperiencia con la red.

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  10. Anónimo21/8/08

    Antonio:perdón por las 6 repeticiones,fruto de mi inexperiencia con la red.

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  11. Es maravilloso, verte por aquí. Gracias Señor por darnos a estos Pastores.

    Os pido a todos oarción por ellos.

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  12. ¡no hay que pedir perdón por las repeticiones!, porque aùn repitiendo tantas veces las verdades que nos cuentas, hay muchos duros de mollera que ni así comprenden la grandeza de ser hijos de Dios y agradecer las migajas (a tonelada cada una)que podamos recoger de la mesa de nuestro Señor.
    Paz y Bién

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