8/2/09

Hay tiempo para todo

Hoy, Jesús nos demuestra que Él tiene tiempo para todo, para curar todo aquello que nos paraliza, que detiene nuestra acción. Lo que no nos permite seguir adelante. De hecho, una simple fiebre, de la índole que sea, nos deja parados, tirados en la cama. Imposible abrir los ojos. La suegra de Pedro estaba en la cama con esta misma circunstancia. No podía consigo.

Me encanta lo que sigue: yo estoy paralizado, y Él viene a mí, ¡qué precioso! Me coge la mano, ¡qué pasada!, y me levanta. Me reestablece a la vida, me devuelve a la normalidad. Y ahora yo, que he recibido, me toca dar. Por eso esta buena mujer se puso a servirles, como era su costumbre. A mí me pasó esto en Lourdes, vino y me tocó. Y de la emoción lloré de alegría. Cambió mi vida, y hoy seguimos juntos. Hay quien dice que no tiene tiempo para nada, y a otros, en cambio, les sobra para darse a los demás, del modo que sea.

Curiosamente venían de la sinagoga, de la oración comunitaria, de dar gracias, que es lo que significa eucaristía en griego, acción de gracias. A la misa acudimos a dar gracias a Dios, al Señor Jesús, que nos toca, entra en nosotros, siempre por el regalo de Él, “la cogió de la mano”.

Con esto nos rellenamos de santidad, es decir, no vamos porque somos santos, sino porque lo queremos ser. Y poco a poco lo seremos, con la oración, con nuestro trabajo de servir a otros, desde la responsabilidad que tengamos, y de nuevo con la oración.

Y por la tarde, cuando el resto de los hombres regresaban de sus labores, cogieron a los enfermos y se los llevaron.

Y Él, allí, sin protestar de nada, para todos tenía una sonrisa. ¡Cuánto haríamos nosotros a veces con una simple sonrisa! Con tan sólo un gesto tan pequeño. Curó a muchos enfermos y expulsó a muchos demonios; las envidias, las codicias, las avaricias... verdaderos demonios también hoy. Luego, al empezar l nuevo día, antes de que saliera de nuevo el sol, cuando todos se incorporaban a las labores cotidianas, Él se puso a orar en silencio, solo. El alma necesita de este encuentro con el Creador. En la oración se sigue completando el proceso de recargar las pilas, en busca de la santidad, en el diálogo privado.

Pero la gente lo seguía buscando, ¡no me extraña! Su respuesta fue universal, o lo que es lo mismo, católica, “vámonos a otra parte”.

PD: Quiero dar las gracias al Padre Alberto Eronti, de Buenos Aires, y al Padre Teótimo, de Lourdes.

Recordar a todos que el miércoles 11 es la fiesta de María en Lourdes. ¡Celebrémosla a tope! ¿Cómo? Muy sencillo, con algún rosario de más, y ofrezcámoslo por los sacerdotes y seminaristas. “Sintió lástima porque parecía que andaban como si no tuvieran pastor.”

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