16/3/08

Domingo de Ramos

Con este domingo se inicia la Semana Santa, con una procesión, con la procesión litúrgica por excelencia. Hoy se diría que es una manifestación gloriosa, de alabanza al Señor Jesús, pero pacífica y humilde, desde su inicio. Se bendicen los ramos, de olivo preferentemente, sinónimo de paz, todos al mismo tiempo, y posteriormente se desciende por una gran pendiente, hacia la entrada solemne en el templo, para la continuación de la Eucaristía que ya ha empezado con la procesión, con la lectura del evangelio de San Mateo, quien recordará al profeta diciendo: “...mira a tu rey, que viene a ti, humilde...”

Y toda la gente sencilla recordaba su descendencia: “ Viva el Hijo de David, ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¿Quién es éste? Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea ”

Pero hoy, no estamos acostumbrados a esto, a ver a un hombre que nos ama de verdad, que venga a nosotros el Rey, sin protección, sin pompas, sino de modo humilde.

Nos cuesta, y sin embargo, vemos tantas guerras, tantas injusticias, tantos crímenes, tantos asesinatos, tantas escenas de odio máximo, y esto, casi no nos impresiona.

Está claro que no generalizo, pero esta sociedad anclada en el bienestar, no sufre por el otro: “No es mi asunto. No es mi problema.”

Es como si la humanidad se hubiera acostumbrado a tantas guerras, tanta barbarie. Y no me quiero extender en esto, pero sólo nos faltaba la violencia de género, los atentados terroristas, pueblos enteros que son exterminados... Los hombres llevamos las manos manchadas de sangre.

Por eso el poder de aquella época, los fariseos, le dijeron a Jesús que no armaran tanto ruido los discípulos, a lo que Jesús respondió: “Os digo, que si éstos callan, gritarán las piedras”.

La lectura tranquila de la Pasión del Señor, nos conduce al verdadero camino de perfección del hombre, al amor por los demás. Ser santos, nuestro verdadero deseo, es nuestro destino glorioso. Para ser santos, hemos de dejarnos amar por Dios, abrirnos a su amor, y éste nos irá dominando, y cómo mejor que de la mano de Santa María, su Madre, nuestra Madre.

¿Qué implica, en la procesión, llevar el ramo en la mano?




2 comentarios:

  1. Anónimo16/3/08

    LA MADERA Y SUS FRUTOS.... EL HIERRO Y SUS CONSECUENCIAS...

    la entrada de Jesús en Jerusalén marca su estilo a la hora de transformar el mundo.
    "He aquí que tu Rey viene a ti, manso y humilde". (Mt 21,5)
    por eso le aclamamos como nuestro Rey porque también nosotros queremos ese modo de hacer en el mundo. Porque llevamos ramas de olivo y palmas, porque Jesús escogió la madera, por sus frutos y no el hierro por sus consecuencias.
    ¿Qué madera y que frutos?
    el olivo es el simbolo de la Paz, y la palma es el simbolo del martirio. y las llevamos. porque solamente Él es el Principe de la Paz, solamente El nos la trae porque solamente El pagó el precio de esa Paz, su Martirio. Y con ello nos muestra que la paz solamente se consigue con esfuerzo y entrega hasta el martirio.
    Es cierto que no es este nuestro estilo, el nuestro es el hiero y sus consecuencias, ¿qué hierro y qué consecuencias?
    "En esto uno de los que estaban con Jesús echó mano a la espada, e hiriendo al siervo del sacerdote, le cortó la oreja" (Mt26,51)
    Seguir a Señor supone asumir su estilo, para nosotros rompedor u duro:
    "El que le iba a entregar les había dado esta señal:Aquel a quien yo de un berso, ese es; prendedle. Jesús le dijo: Amigo, a qué has venido" (Mt26, 48)
    Quien de nosotros está dispuesto a llamar "amigo" al que nos traiciona.
    seguirá...

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  2. a nivel popular está pasando desapercibida la semana santa, se la está comiendo el populismo de las fallas,el bullicio, los petardos, las comilonas,las borracheras de gente que sólo ve las apariencias de la fiesta, ¡que mas da el sacrificio, el ayuno, el amor al prójimo,eso no mola,eso molesta y tiene que reservarse para dentro de los templos, no hay que recordar cosas tristes.
    Que pena de sociedad,pero para eso estamos los que creemos en la resurrección de Cristo, los que nos apetece más estar en oración y pidiendo perdón por todos los agravios que se harán al Señor en éstos días,que verdaderamente queremos cambiar, para mejor, y en ésto yo comparo un poco el espíritu de las fallas, con la cuaresma (perdonad la irreverencia)y es que la falla quema todo lo viejo, lo malo, lo criticable y empieza de nuevo al día siguiente de la "quemá" también nosotros pedimos perdón por nuestros errores pasados y renovamos nuestra vida con la resurrección por eso la alegría de ver a Jesús entrando en Jerusalén, porque después del sufrimiento del calvario y la muerte en la cruz, nos viene la gracia del perdón, la resurrección

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