12/12/10

Sed fuertes, no temáis.

3º domingo de Adviento
12 de diciembre, 2010


“¿Eres tú el que has de venir?” En realidad, ¿a quién estamos esperando?, y también deberíamos preguntarnos qué estamos esperando para ponernos en marcha. El adviento lo tenemos ya a mitad camino, tan solo nos quedan dos semanas, para renovar nuestro corazón, ¿hemos limpiado las viejas estanterías de las cosas inservibles?
Para meter lo nuevo, hemos de vaciarnos, hacer una profunda reflexión desde el silencio, en compañía de la oración. ¿Has visitado el sagrario con mayor frecuencia y por más tiempo en estos días de adviento? Si no lo hemos hecho, ¿qué más podemos decir? Cada unos nos conocemos, o debemos conocernos. La pregunta sería, ¿de qué sirve tanto, para nada?

Si no vivimos nuestro cristianismo, quizá no comprendamos nunca lo que somos.

Hace dos días me contaba un sacerdote que había hecho una homilía de más de cuarenta minutos, y que nadie se movía, estaban encantados, “la misa ha durado una hora y veinte minutos, ha sido algo maravilloso, todos hemos disfrutado mucho” acababa de contarme.

Esto es lo que necesitamos, el alimento del amor realizado con amor y esperado y ansiado con amor. El día tiene 24h, y da tiempo incluso de ver esa programación de TV que se empeñan en imbuirnos como sea.

¿Recordáis el mundial de fútbol? Lo ganó España, y fueron dos horas de estar pegados al aparato. ¿No es más tiempo que el de cualquier misa? ¿No son todos los partidos de dos horas con el intermedio? ¿Alguien se queja?

A mí al menos me parece muy desigual. No hay punto de comparación, entonces ¿en qué cambia?
Nos va como nos va, porque somos como somos, y porque actuamos como lo estamos haciendo. No nos callemos todos, vayamos a anunciar lo que estamos viendo y oyendo.

¿Tú que opinas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario