29/9/08

Fiesta de los Santos Arcágeles: San Miguel, San Rafael y San Gabriel


Oración a San Miguel

"San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas. Amén."
Felicidades a todos los Migueles, Rafaeles y Gabrieles. Y como no, al pueblo de Lliria, que son sus fiestas, aunque yo no las conozco.

28/9/08

Recapacitar para el perdón

Me encanta San Pablo, en su conjunto, siempre tan atento a todo detalle, por superfluos que parezcan, no lo son. Hoy nos dice que no actuemos por ostentación, por aparentar, por quedar bien, sino que lo hagamos de modo humilde, considerando a los demás nuestros semejantes, superiores a nosotros mismos. No buscando nuestro beneficio sino el de todos, el del otro, y como quien no dice nada, afirma que estos son los sentimientos propios de Cristo Jesús. ¡Uf!

¿Quién se puede salvar ante los ojos de Dios? El que recapacita y se convierte de los delitos cometidos, es decir, el que tiene humildad para pedir perdón, para reflexionar, el que se plantea que es el otro quien puede tener razón, incluso por encima de mí mismo, como el hijo que dice “no”, pero lo piensa mejor y comprende su error, corrige, rectifica, pide perdón, se arrepiente y cumple lo que le ha ordenado su Padre.

La viña es el pueblo, el total, todos, el pueblo de Dios, y en ella hay quien hace lo que quiere, sin corregir, porque su modo de pensar y de ser dista mucho del de la humildad. La soberbia manda de él, es gobernado por sus instintos egoístas.

Y está el otro que intenta, que lucha por ser humilde, quiere reconvertir su vida de maldad, de error, practicando el derecho y la justicia, escuchando la Palabra para salvar su vida.

A pesar de todos los errores, le dice al Señor que lo mire con misericordia, que le enseñe los caminos para poder caminar con lealtad, y pide perdón por las maldades cometidas por desliz, clamando, suplicando la misericordia del Padre que es todo bondad.

¡Perdón, no sé hacerlo mejor: ayúdame, Jesús!

Lamentablemente hay muchos que saben mucho, muchísimo, y lo hacen mejor que nadie, mirando por encima del hombro al resto, a los que piensa que están por debajo, o incluso son menos. ¿Y si por casualidad aparentan eso debido a que caminan por las sendas de la humildad?

Hay quienes son tan santos que no necesitan de nadie, están por encima, ¿de qué rito religioso serán?

Señor, enséñame el camino, hazme caminar con rectitud y humildad, tú que eres bueno y recto.

“Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.” A pesar de esto, aún hay quienes ni recapacitan ni creen. ¡Qué lástima! Ayúdales, por tu misericordia.

26/9/08

HAMID Y NUESTROS PECADOS por Eduardo Climent

Queridos amigos, se acabaron las vacaciones y ya nos hemos incorporado a nuestro trabajo, a lo que es habitual en nuestras vidas y forma parte de nuestro ser y hacer. Pues bien, en vacaciones siempre se aprenden cosas, esta uno mas relajado y tiene tiempo para observar y comprender lo que observa, les contaré una pequeña historia de la experiencia de Dios.

Andaba yo por tierras de Alejandría, norte de Egipto, y más concretamente en la ciudadela de dicha ciudad, frente al mar Mediterráneo. Viajaba con una comunidad cristiana de rito católico y nos disponíamos a ver la ciudadela, donde también se encontraba un pequeño mercado y en el, unos niños egipcios, de aspecto pobre, ambulaban de un lado para otro vendiendo productos de la tierra.

Apareció ante nuestros ojos Hamid, un niño de unos 15 años, que vendía un pequeño gallinero circular de madera, con una asa y cinco gallinas sobre el, cogidas con unas cuerdas a una esfera que se encontraba debajo del mismo, de forma que al mover con el asa el gallinero, las gallinas picoteaban el grano pintado que sobre el se encontraba, produciendo unos sonidos a modo de taconeo flamenco.

En Egipto el comercio es fundamentalmente de regateo, es decir, te ofrecen el producto y un precio para el mismo, y dependiendo de tu habilidad y de la voluntad del comerciante, el precio se va reduciendo hasta llegar a un acuerdo presumiblemente satisfactorio para ambas partes. Digo presumiblemente satisfactorio, pues como verán a veces la parte compradora no queda del todo satisfecha después de la compra al enterarse que alguien compró más barato.

Le cuento lo sucedido. Una persona de esa comunidad cristiana de rito católico, comenzó el regateo con Hamid, quien le ofrecía un gallinero por 3€, tras la negociación, acabó comprando por 3€ dos gallineros, es decir, le constaron 1,5€ cada gallinero. Parecía que la persona en cuestión había quedado satisfecha pues pensaba que había hecho una buena compra, aventajando en listeza y picardía a Hamid.

Al instante, se acercó otra persona de esa comunidad cristiana de rito católico, al parecer más lista aún, y negociando con Hamid, logro comprarle un gallinero por 1€, quedando esta más satisfecha que la anterior, tal fue su satisfacción que fue pregonando su buena compra por todo el grupo.

Al enterarse la primera compradora de que Hamid había vendido el gallinero por 1€ y a ella le había costado 1,5€ cada gallinero, exigió Hamid que le diera otro para completar los 3 gallineros por 3€, es decir, 1€ cada gallinero. Sólo así ésta quedaría satisfecha al recibir un trato igual que la otra.

Hamid accedió ha venderle un gallinero también a 1€, pero tras entregarle el gallinero a la primera compradora, esta subió al autobús sin pagárselo. Hamid entristeció, quedó perplejo ante el comportamiento de la compradora y otros miembros de la comunidad al ver la reacción de Hamid y su expresión facial, aconsejaron a la primera compradora que devolviera a Hamid el gallinero, haciendo esta oídos sordos a dicha petición.

Así las cosas, un miembro del grupo, guiado por la palabra de Dios (Mt 20, 1-16) que leímos el Domingo 21 de Septiembre de 2008, se acercó a Hamid tratando de calmar su rabia, extendió su brazo sobre los hombros de Hamid, y aunque este hablaba español y Hamid árabe pudieron entenderse desde la mirada del corazón.

Hamid se dispuso a regalar a ese miembro del grupo un gallinero, y este no accedió, pues tan solo venía a calmar su rabia y sed de justicia, insistió y volvió a insistir Hamid en el regalo, pero la fuerza de la palabra de Dios fortaleció el corazón de dicho miembro del grupo y este entregó 4€ a Hamid por el gallinero regalado, y en compensación por la perdida obtenida en las dos anteriores ventas.

Y que le dijo a ese miembro de la comunidad cristiana de rito católico la palabra de Dios en (Mt 20, 1-16), pues sencillamente, que “Amar es saber salir perdiendo”. Dios lo expresó muy claramente a través de Mateo, en la parábola de “los obreros enviados a la viña”, donde todos los obreros reciben el mismo salario con independencia de las horas trabajadas, los últimos que llegaron a la viña como los primeros que empezaron a trabajar. Lógicamente los primeros que llegaron a la viña se quejaron y pensaron que era injusto el trato recibido (como la primera compradora que compró el gallinero a Hamid).

La justicia de Dios, lógicamente, no es la misma que la justicia del hombre, como Hamid, Dios piensa que no trata injustamente a nadie, pues previamente y de mutuo acuerdo se ha pactado el precio. ¿Tiene derecho Hamid, que anda pidiendo el pan nuestro de cada día, en la calle, y a pleno sol, a exigir precios distintos por sus gallineros e incluso regalarlos?, ¿Puede hacer Hamid lo que quiera con su dinero?, ¿O quizá la primera compradora tuvo envidia de la segunda compradora por haber comprado esta mas barato?

Hamid, de 15 años de edad, musulmán, y pobre vendedor de calle, nos dio una gran lección de lo que es el reino de los cielos, de lo que es amar sabiendo perder, de lo que supone un cambio de actitud en nuestras vidas y de talante interior en quienes escuchan la palabra de Dios y tratan de ponerla en práctica. ¿No deberíamos dejarnos contagiar por la generosidad de Dios?, ¿No deberíamos dar tanta importancia a ser siempre los primeros y los más listos?, ¿No deberíamos dejarnos atrapar por la espiral de la gratuidad?, ¿No deberíamos salir de la trampa de los cálculos, de las exigencias y de las reclamaciones?

Lo mismo que Dios Padre ha sido generoso con nosotros, debemos también nosotros ser generosos con los hijos de Dios, nuestros hermanos. ¡Gracias Hamid por dicha lección, pues aunque nuestras religiones son distintas tienen algo en común: “el amor a Dios traducido en el amor al prójimo”!, ¡Gracias Señor, por manifestarte ante mis ojos en la persona de Hamid y agrandar mi corazón!
Autor: Eduardo Climent

21/9/08

Entrevista en la Cope el 13-9-08 por Faustino Catalina

No tires piedras a tu propio tejado

Nos da tanto Dios, hay tantas actuaciones suyas en torno a nuestra vida, es decir, su brazo poderoso realiza tantas proezas que nos deleitan, y menos mal que no lo vemos todo porque sería como “ ahogarnos” en tanta grandeza. Mis planes no son sus planes, nuestros caminos no son los suyos, ni su tiempo es nuestro tiempo. ¡Imposible comprender todos sus pasos! De lo contrario nos volveríamos locos.

Aún así protestamos de todo, tanto si recibimos mucho como si recibimos poco; de sí aquel recibe más y por qué, si no lo merece, total ¿qué ha hecho para tener, merecer eso? Siempre las comparaciones, y por supuesto yo soy mejor que tú, de buen pedazo, hago más oración, voy más a misa... ¡Qué equivocados que estamos!

Gracias Señor por ser tan misericordioso con todos nosotros, lento a la cólera, porque Tú eres bueno con todos y cariñoso con todas tus criaturas.

¿Quién destruiría su casa, rompería las tejas de su propio tejado? ¿ Acaso la lluvia no dañaría y pudriría todas las estancias? No tires piedras a tu propio tejado.

Entonces por qué nos empeñamos en juzgar todo lo que se nos pone delante, incluyendo al cura, al obispo, al cardenal... ¿Es eso positivo para tu salvación? No olvidemos que los Obispos son los representantes de los Apóstoles, nuestros pastores, los que tienen el deber de guiarnos, y nosotros, parece que nos empeñamos en echarles una manita, ¡pero al cuello!

Permíteme que diga esto, el Señor llama a todos, a los que madrugaron desde el amanecer en su servicio, a los que encontró a media mañana, a los de medio día, y también, claro que si, a los del anochecer, los últimos. A todos y cada uno llama, y lo hace a todas las horas, porque para todos tiene esa misericordia y amor que le preceden. Él quiere la salvación de todos, por eso nos manda a todos a la viña, a construir, no a destruir su propio reino, ya que esta es la recompensa, la paga que Dios nos da, su Reino, para la salvación.

Cuando viajamos en un avión, al mirar por la ventanilla, que diferentes se ven los campos, las montañas, que diferente es todo a cuando vas caminando por esos mismos campos, por estas mismas ciudades. Dios nos habla a través de Isaías diciéndonos “como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes”.

Dios sabe muy bien lo que hace, dejemos de protestar por creernos mejores, con más derechos, si Él quiere dar lo mismo al primero y al último, que más nos tiene, nosotros a callar. ¿Acaso le podemos decir a Dios lo que puede o no puede hacer? ¿O es que tenemos envidia?

Vive y deja vivir, que Santa María con su esposo San José, madre de nuestro Señor Jesús, nos guíe e ilumine para hacer de nosotros unos buenos cristianos que vivan el Evangelio.

15/9/08

VIRGEN DE LOS DOLORES.

Rosario de los siete dolores


Se reza un Padrenuestro y siete Ave Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un verdadero arrepentimiento. Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.



Acto de Contrición


Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
Qué grande fue el impacto en el Corazón de María, cuando oyó las tristes palabras con las que Simeón le profetizó la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús. Querida Madre, obtén para mí un auténtico arrepentimiento por mis pecados.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Segundo Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
Considera el agudo dolor que María sintió cuando ella y José tuvieron que huir repentinamente de noche, a fin de salvar a su querido Hijo de la matanza decretada por Herodes. Cuánta angustia la de María, cuántas fueron sus privaciones durante tan largo viaje. Cuántos sufrimientos experimentó Ella en la tierra del exilio. Madre Dolorosa, alcánzame la gracia de perseverar en la confianza y el abandono a Dios, aún en los momentos más difíciles de mi vida.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Tercer Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
Qué angustioso fue el dolor de María cuando se percató de que había perdido a su querido Hijo. Llena de preocupación y fatiga, regresó con José a Jerusalén. Durante tres largos días buscaron a Jesús, hasta que lo encontraron en el templo. Madre querida, cuando el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la Reconciliación.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Cuarto Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)
Acércate, querido cristiano, ven y ve si puedes soportar tan triste escena. Esta Madre, tan dulce y amorosa, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo arrastran a tan cruel muerte. Consideren el tremendo dolor que sintieron cuando sus ojos se encontraron - el dolor de la Madre bendita que intentaba dar apoyo a su Hijo. María, yo también quiero acompañar a Jesús en Su Pasión, ayúdame a reconocerlo en mis hermanos y hermanas que sufren.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Quinto Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
Contempla los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y oyó a su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo." Y a nosotros nos dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo te acepto como mi Madre y quiero recordar siempre que Tú nunca le fallas a tus hijos.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre


Sexto Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre Dolorosa, nuestros corazones se estremecen al ver tanta aflicción. Haz que permanezcamos fieles a Jesús hasta el último instante de nuestras vidas.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Séptimo Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
¡Oh Madre, tan afligida! Ya que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como a tus hijos al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede por nosotros y alcánzanos las gracias que te pedimos en esta oración. Alcánzanos, sobre todo, oh Madre tierna y compasiva, la gracia de vivir y perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos alabarlo eternamente en el cielo.-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre



Oración final
Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad, cubre mi alma con tu protección maternal a fin de que siendo siempre fiel a la voz de Jesús, responda a Su amor y obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía, vivir íntimamente unido a tu Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús con tus virtudes y dolores. Protégeme siempre. Amén.

14/9/08

Setenta veces siete

En este domingo todo nos habla de lo mismo, de perdonar, de intentar comprender la postura del otro, de tener compasión, de ponernos en su lugar y dejar correr el asunto, sin que por ello se desaten las iras, los ánimos de venganza.

¿Cómo ir a comulgar, sabiendo que ese “tío” me las tiene que pagar? La ira, la cólera, son odiosas, y ahí están. El pecado las posee; el vengativo reclama para sí mismo lo que él es incapaz de dar a nadie, ni a su hermano. ¿Cómo guardar rencor, y pedir lo bueno para mí? ¿Cómo puedo vencer todo esto?

Difícil, muy difícil, para el hombre es imposible, sin la ayuda de Dios. ¡Si tu hermano peca, repréndelo, pero no lo castigues! Y por supuesto perdónalo siempre, pero solo no puedes conseguirlo, hay que pedir auxilio a Dios, por eso le pido a mi alma, a todo mi ser, que bendiga a Dios en todos los momentos, para que nunca olvide sus beneficios. Y del mismo modo que cura todas mis culpas, todas mis enfermedades, incluso rescatándome en el mismo instante de mi caída, su brazo sale y me levanta sin rencor alguno, aun a pesar de mi pecado. No nos paga según merecemos, sino al contrario, aleja de nosotros la culpa.

¿Cómo vivir pues sin Él? Vivo por Él y para Él, tanto en la vida como en la muerte, tuyo soy; perdóname hasta setenta veces siete. Con la ayuda de Dios puedo también yo aprender a perdonar así, a no tomar en cuenta a esa amiga que ya no me saluda, y que encima va a comulgar.

Puedo perdonar, y lo quiero conseguir, a ese que lanza un discurso en mi contra, por celos. También a esa persona que no sé cómo ni por qué, pero no trago desde nunca. ¡Qué difícil conseguir esto sin tu ayuda, Señor!

Cuento contigo para todo, tuyo soy, enséñame a amar como Tú lo deseas, para ser un buen testigo tuyo, para hacer un buen servicio a tu Iglesia.

¿Te puedo hacer una pregunta? Gracias: ¿Cómo tomar el cuerpo y la sangre de Cristo, mientras sientes rencor hacia tu hermano?

¿Qué opinas?

Que la Virgen del Camino, te conduzca toda tu vida.

12/9/08

El Santísimo nombre de María

María pureza en vuelo,
Virgen de vírgenes, danos
la gracia de ser humanos
sin olvidarnos del cielo.

Enséñanos a vivir;
ayúdenos tu oración;
danos en la tentación
La gracia de resistir.

Honor a la Trinidad
por esta limpia victoria.
Y la gloria por esta gloria
que alegran la cristiandad. Amén.

“Y el nombre de la Virgen era María”

En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No la apartes de tu boca, no la apartes de tu corazón y, para conseguir la ayuda de su oración, no te separes del ejemplo de su vida.

Si la sigues, no te extraviarás. Si le suplicas, no te desesperarás. Si piensas en ella, no te equivocarás. Si te coges a ella, no te derrumbarás. Si te protege, no tendrás miedo. Si te guía, no te cansarás. Si te es favorable, alcanzarás la meta, y así experimentarás que con razón se dijo:
“Y en nombre de la Virgen era María” Lc 1, 27b
De las homilias de san Bernardo, abad.


10/9/08

Entrevista en la COPE

El próximo sábado, 13 de septiembre, se emitirá una entrevista, realizada por Faustino Catalina para la cadena de radio COPE, sobre la conversión contada por mi en el libro ¡Qué alegría!, en el programa del Espejo de 14,30 a 15,30h. Por la frecuencia de FM 93.4, de ámbito nacional, para toda España.
Todo el programa está dedicado a Lourdes por la visita del Papa al Santuario.

7/9/08

El amor todo lo puede

Hoy en día, muchas veces, escuchamos la siguiente frase, o parecida al menos: “No es mi asunto”, “No es mi problema”.

¿A que tú también la has escuchado mil veces? Y sin embargo, nada tiene de cristiano, ya que Dios nos dice que nos ha puesto de atalaya para vigilar y dar la alarma.

¿Qué es una atalaya? Entre una de sus acepciones, según el diccionario, se trata de una persona que se encarga de vigilar desde un lugar apropiado, una elevación del terreno ,una torre, un vigía, y su fin es el de avisarnos en caso de peligro.

Así que dices que no es tu problema. ¡Claro que lo es! Tú tienes que avisar a tu hermano de su mala gestión, de su actuación equivocada, porque si no lo haces, tú mismo tienes parte de su responsabilidad, parte de su delito es tuyo, por omisión. Ahora bien, si tú le has avisado, si le has sugerido que cambie de conducta y no lo hace, él es responsable de su muerte.

¿Y por qué hay que actuar así? Por amor. Como dice san Pablo, “el que ama a su prójimo tiene cumplida el resto de la ley.” Es decir, el cristiano tiene una obligación: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

No endurezcas tu corazón, ¡no es mi asunto!, escucha la voz del Señor, e intenta ayudar, prestar un servicio de socorro a tu prójimo, no eludas tu responsabilidad. No juzgues, no lo abandones, pero inténtalo una y otra vez, en privado. Y si aun así no nos escucha, nos queda la oración, pidamos por él, no lo desatendamos, no lo califiquemos antes de tiempo, que nosotros no somos jueces, uno sólo es Juez.

Pidamos por él, y a buen seguro que no será estéril nuestra oración, aunque nosotros no veamos los frutos, estos llegarán.

Por otra parte, qué felicidad es poder hacer oración, esto mismo ya es una gracia, un don del cielo, ¡y qué bien que se está!

Cuando oramos, el mismo Cielo está con nosotros, aunque a veces podamos pensar que nuestra oración es pobre, no lo es. Ni tan siquiera una coma se pierde por el camino.

Qué compromiso más bonito ser cristiano, durante todo el día. Y al serlo, no vamos solos, nunca. ¡Somos muchos!

¿Y tú que opinas? ¡Di algo!