15/6/08

La mies es abundante

Cuánta actualidad hay con este evangelio de hoy. Cuánta gente se siente abandonada, paralizada por motivo de otros. Estos días hemos visto, con la huelga de camioneros, la dependencia de unos con los otros. El cirujano no tenía leche, al maestro le escaseaban las lentejas, todos lo hemos notado, y algunos hablan de pérdidas millonarias en sus respectivos negocios. Los agricultores han tenido que tirar sus productos del campo. Los ganaderos se han visto obligados a vaciar depósitos de leche, etc. Todo un cúmulo de despropósitos.

Sólo faltaba el furor del mal, quemando unos camiones, cuando sus chóferes estaban durmiendo dentro. El mal, de noche, amparándose en su propia maldad, con alevosía y nocturnidad, actuando de un modo criminal, asesino. Cierto es, no han sido todos, sino unos pocos descerebrados. Igual no eran ni camioneros.

El Señor Jesús, al ver todo esto, se compadece, porque están extenuados, abandonados, como ovejas sin pastor. ¿Por qué ha tardado tanto el gobierno de España en reaccionar?

“La mies es abundante, pero los trabajadores son poco; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”. ¡Cuánto trabajo hay hoy en día para el pueblo cristiano!

¿Por qué será que llegados a este punto siempre pensamos que es para otros, que no es para mí?

Acaso la confusión sea en que a los doce discípulos los llama por sus propios nombres, de modo personal. ¿Y tú? ¿A ti no te llama?

Id y proclamad que el evangelio de Dios está junto a ti, en esos enfermos, ayúdales. En resucitar, en levantar muertos. ¡Cuántos muertos hay andando por todas partes! Hay quien vive, pero está muerto a todo, porque no participa del bien a los demás, sólo piensa en él. ¡Cuántos que se llaman cristianos y no lo son... ! Limpiad leprosos, abandonados, marginados... Echad demonios, tirad el mal de vuestra alma, los malos deseos. Y todo esto hacedlo gratis, dadlo gratis, porque gratis lo habéis recibido.

¿No estás oyendo cómo te llaman por tu nombre?

En esta sociedad todos tenemos cabida, todos nos necesitamos, todos necesitamos más humanidad, todos necesitamos del amor, todos somos hombres, el camionero, el cirujano, el agricultor, el ganadero, y tú, sí, tu. Tú también eres hombre.

¿A qué estás esperando? No te ofendas, pero participa.

3 comentarios:

  1. Anónimo14/6/08

    Me gustan tus escritos. En este me quedo sobre todo con lo de que solo pensamos en nosotros mismos , lo que hacemos y lo que no hacemos viene siempre impulsado por nuestro yo, para nuestra tranquilidad, creo que sin darnos a veces cuenta, al menos a mi me sucede,creemos estar haciendo algo por los demás cuando en realidad lo estamos haciendo por nosotros mismos.Pensar en el prójimo es pensar en lo que él de verdad necesita aunque a nosotros no nos guste , pensar en sus necesidades no en las nuestras.
    Gracias por ayudarme a reflexionar.

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  2. Anónimo14/6/08

    Me ha gustado esta reflexión. Todos estamos llamados y a todos nos debe afectar y de hecho nos afecta lo que le sucede a otros. Por "combieniencia" deberiamos amarnos más y ayudarnos, seriamos más felices.

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  3. El mundo se está volviendo loco, sólo faltaban ahora los franceses,¿y si cierran las fronteras? ¿donde está el diálogo?, ¿donde los principios?.Humanidad, ¿qué estás haciendo?, cada vez más actuamos como la gente que quiso levantar la torre de Babel, queremos ser más que Dios, llevar siempre la razón, pero cada uno tiene su razón propia y no miramos la del conjunto ,pero yo digo como san Antonio de Padua:
    " No temáis, no os alejéis,
    no abandonéis la Palabra de Dios;
    os aseguro que aquel en quien
    ponemos nuestra esperanza
    no permitirá que nada os turbe"

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