16/1/10

La petición y la realización

Hoy en esta festividad tan bonita de San Antonio Abad, gran santo, a quién su obispo mismo le adjudicó muchos milagros. Por su simpatía y empatía, todos los animales lo respetaban. Realmente un gran santo donde los haya. ¿Se nota mucho que és mi santo?

Al margen de ésto, hoy, día en que el agua es transformada en vino, y además en un vino excelente, mejor que el anterior. Nos da pie a pensar que el segundo vino es el nuevo testamento, los dichos y hechos de Jesús. Las tinajas que eran de piedra, nos recuerdan posiblemente, las tablas de Moisés, el antiguo testamento, por lo de que fueron escritas sobre dos piedras.

Resulta también muy significativo que el milagro, el signo, como San Juan lo llama, el primero de los siete que hace, lo realizara Jesús de Nazaret, y sin embargo felicitan al novio, igual los más expertos vean en esta boda la unión de Dios, el novio, con su pueblo, su comunidad, su iglesia...

Pero tranquilos, yo no estoy preparado para hablar de todo esto, me quedo con las cosas más sencillas, como por ejemplo: "por amor...la salvación de Dios a su pueblo (todos nosotros) ... veremos la salvación como una antorcha que llamea, al igual que ocurre en los juegos olímpicos". Y para ello, nada mejor que este estracto del salmo:

Cantad al Señor, toda la Tierra;
Cantad al Señor, bendecid su nombre.
Proclamad día tras día,
sus maravillas a todas las naciones.

Ésta es mi realidad, dar gracias una y mil veces por todo al Señor Jesús, y pedirle mucho por todos nosotros, por los enfermos, por tantos hombres que no tienen la dicha de conocerlo. Por ponernos como ejemplo de todo a la Madre misma, maestra de oración, maestra de súplica, "haced todo lo que Él os diga", y Ella siempre pendiente de mis necesidades, y de las tuyas, y las de todos, porque en la boda pidió el vino, o lo que es lo mismo, la alegría, para todos los comensales, para todos los que estaban invitados. Y es que nosotros todos, estamos invitados a la salvación, a lograr la santidad, como ese gran santo, San Antonio Abad, que lo dejó todo y se puso al servicio del Señor, con un don muy especial desde el inicio, el deseo de la oración, pero vemos, como hacia el final de su vida, tenía otros muchos dones.

Pero hoy me encanta la Fe, sobre todo destaco la Fe de la Virgen María, ver como ella misma pide a su Hijo, sabiendo que Él lo va a realizar. No duda ni por un momento. ¡Menuda madre nos ha dado el Señor Jesús! Por eso le pido a la Virgen que me de Fe, de esa que ella tiene, y que me ayude en todas mis necesidades, y cuando digo "mis" digo "nuestras". ¿Por qué? Sencillo, porque todos somos hijos de Dios, y todos obramos todo en todos, por la acción del único Espíritu Santo.

¡Cuántas desgracias pasan en el mundo! Pidamos, con el rosario en la mano, y en el corazón, por todos ellos, para que la misericordia de la Madre nos haga más hermanos a todos. Todos somos hijos de un mismo y único Dios.

¡Felicidades a todos los Antonios, a los de San Antonio Abad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario