8/3/09

¡QUÉ BIEN ESTOY AQUÍ!

¡Aquí me tienes! Ésta es la respuesta de Abraham a Dios, por dos veces: “¡Aquí me tienes!”

A veces qué difícil es. Recuerdo una ocasión en la que le pedía un favor a un amigo y le dije:

- ¿Me podrías hacer un favor?
- Depende, aún no sé de qué se trata- fue la respuesta que él me dio.

¿Era amigo mío? Qué más da, lo cierto es que ya no le dije lo que quería, pensé que aunque su respuesta fuera que sí, ya no me valía, había algo por delante de la amistad.

A veces lo que nos pide el Señor puede parecernos incomprensible, pero lo cierto es que Él sabe muy bien lo que hace.

Hay situaciones, que, por otra parte, son muy dolorosas y difíciles de seguir, de comprender, en las que da la impresión de que no nos acompaña, de que caminamos solos.

Él viene a iluminarnos y nos eleva al Tabor, ¡qué bien estamos aquí!, para que comprendamos un poquito más, y lo veamos todo mejor.

Lo podemos contemplar en el Tabor de la Palabra, al hacer oración sobre la Biblia, meditar ¿qué nos dice a nosotros? Hacer un rato de oración. De este modo, Él nos habla e instruye personalmente, llevándonos al punto en que estamos tan bien. Veinte minutos, máximo media hora, en su escucha.

Otro modo de vivir en el Tabor es en la exposición del Santísimo todos los jueves, en esa media hora, tan corta, ¡qué tacaños somos con el tiempo para el Señor!, donde se realiza esa oración de tanta altura.

¡Qué lástima que no se exponga en todas las Iglesias, y un poco más, qué menos que una hora a la semana! (168 horas tiene una semana).

Ahí, fijando la mirada de nuestro corazón, Él nos llena y nos revela sus intenciones. ¡Qué bien se está contigo! Y al final la bendición solemne, que traspasa los muros de la misma iglesia.

Por supuesto en cada Eucaristía vivida, seguida y participada al cien por cien, Él nos llena de fuerzas, para que cuando bajemos a tierra, tengamos ánimo de seguirle.

La realidad en ocasiones es dura, no nos gusta, y si no que se lo pregunten a Jesús de Nazaret, pero sin embargo siempre es lo mejor, siempre es lo más acertado, ser seguidores de Cristo, ser Cristo mismo.

¡Aquí me tienes, Señor! Pero ya ves lo que soy, tú me conoces.
Me gustaría conocer tu opinión.

3 comentarios:

  1. Anónimo8/3/09

    ¡Que bien estoy aquí!, si, pero no puedo quedarme, acomodarme en una tienda, he de bajar a la esplanada. Moises, representante de la ley, y Elias, representante de los profetas, avalan la mesianidad de Jesús, pero Pedro da a los tres la misma importancia (Vamos a hacer tres tiendas.....), la voz que sale del cielo le corrige: "Este es mi Hijo amado", no Elías ni Moises, sino Jesús "Escuchadlo a Él". No hay duda, Jesús es el único al que hay que escuchar, los profetas y las leyes sirven para condicirnos a Jesús. Su palabra, su pasión y su muerte son el camino de la resurrección. Por eso, la transfiguración es la coversión del corazón a Dios, es la entrega al prójimo, a los mas pobres. Es en definitiva, solidaridad.

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  2. Anónimo12/3/09

    Querido amigo!

    En verdad te digo que me esfuerzo por hacerlo bien dado que me proporciona un bienestar inusitado, y porque disfruto todavía más, incluso si cabe, el verte la cara y la expresión.

    Pido al Señor que me ayude en ello, en saber decir siempre: Aquí me tienes para lo que necesites.

    Querido amigo Tono, tú me enseñas mucho y no únicamente con tus escritos sino también con tu presencia, tus acciones, tu calma, tu generosidad...tu familia. El conocerte /conoceros ha sido una de las cosas más bonitas bonitas bonitas que han podido pasarme en esta vida.
    Le doy gracias siempre al Señor.

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  3. Anónimo12/3/09

    Querido amigo!

    En verdad te digo que me esfuerzo por hacerlo bien dado que me proporciona un bienestar inusitado, y porque disfruto todavía más, incluso si cabe, el verte la cara y la expresión.

    Pido al Señor que me ayude en ello, en saber decir siempre: Aquí me tienes para lo que necesites.

    Querido amigo Tono, tú me enseñas mucho y no únicamente con tus escritos sino también con tu presencia, tus acciones, tu calma, tu generosidad...tu familia. El conocerte /conoceros ha sido una de las cosas más bonitas bonitas bonitas que han podido pasarme en esta vida.
    Le doy gracias siempre al Señor.

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