8/5/11

QUEDATE CON NOSOTROS


Dos discípulos de Jesús estaban haciendo el camino de Jerusalén a Emaus. Aproximadamente unos 11 Km. Jerusalén, lugar donde se instituyó la Eucaristía, donde Jesús se despidió de sus amigos, y también donde murió Jesús. Emaus, aldea situada en una llanura. Es decir, los discípulos caminaban del lugar donde tenían la misión hacia un lugar tranquilo donde refugiarse. Comentaban lo que había sucedido. Como los otros discípulos, estos dos estaban decepcionados. Por eso, estaban huyendo.

De repente, Jesús apareció a su lado. Ellos no le reconocieron porque todavía no sabían que Jesús había resucitado. Se habían quedado con las noticia de su muerte y “fracaso”. Por eso, sus ojos no fueron capaces de reconocerle.

Así somos las personas, cuando hemos tenido un acontecimiento negativo en nuestra vida, nos aferramos a ello y no vemos nada más. Nuestros ojos se nublan de desesperanza y fracaso y no vemos la parte positiva ni encontramos consuelo ni solución alguna. Pero, Jesús sigue ahí aunque no le veamos, a nuestro lado como ocurre con los discípulos de Emaus.

Jesús les pregunta sobre lo que estaban hablando. Ellos se quedan sorprendidos de que no sepa nada. Y Jesús, todavía más por que ellos no comprendían las Escrituras. Y aquí entra en acción Jesús. Les explica las Escrituras donde está claro que Jesús había de resucitar al tercer día.

Finalmente, se acercaban a Emaus y le pidieron a Jesús que se quedara con ellos a cenar y entonces ocurrió el milagro: Jesús repitió la Eucaristía y fue donde le reconocieron.

Gracias a las Sagradas Escrituras, luz que ilumina nuestra inteligencia; y a la Eucarístia, fuente y alimento espiritual, gracias a ellas, los discípulos volvieron a tener fe en Jesús. Ardía su corazón de fe, esperanza y amor. Y corriendo volvieron a Jerusalén, a reunirse con el resto de los discípulos a continuar con la misión que Jesús les encomendó desde el primer día.

Este evangelio, queridos amigos, es una invitación a que celebremos la Eucarístia con asiduidad. En ella, encontramos a Jesús que nos ilustra y da claridad a nuestras vidas con las Escrituras y alimento para nuestras almas. Sin la Eucaristía no podemos cumplir la misión que Jesús nos marca a cada uno de nosotros. Por eso, le pedimos:

QUÉDATE CON NOSOTROS, JESÚS. NECESITAMOS QUE ILUMINES NUESTRA TORPEZA Y NECEDAD. QUÉDATE.

SANTIAGO CHECA RUBIO.

4 comentarios:

  1. Anónimo8/5/11

    Muy reconfortante. Gracias

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  2. Anónimo9/5/11

    Me gustaría saber más sobre este pasaje. ¿Cómo es posible que sus discípulos no lo reconocieran?.Habían pasado menos de tres días desde su "fallecimiento", ¡¿y no lo reconocen?!.¿De qué está hablando exactamente?.
    Tengo claro que a veces nos ofuscamos y "no vemos"el camino, pero, esto es distinto, ellos habían estado con Él. Da igual que tuvieran miedo, me parece imposible que no lo reconocieran. Necesito que me expliquéis más el sentido profundo del texto.
    Gracias anticipadas

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  3. Anónimo10/5/11

    Estimado/a amigo/a:
    Me alegro que te haya suscitado esta inquietud de tal envergadura, pues es síntoma de tu interés por conocer más sobre las Sagradas Escrituras.
    En primer lugar, quizás debas saber que el mensaje fundamental que este pasaje recoge (al igual que el resto de los domingos pasados de Pascua) es que Jesús devuelve la fe a los discípulos en momentos de miedo, temor, etc.
    Pero, de todas formas, te respondere tu duda:
    "Al igual que la resurrección no consiste en continuar con la vida pasada, el cuerpo de Jesús resucitado no puede ser igual que el cuerpo cuando estaba vivo, ya que ha sufrido la transformación propia de su resurrección obrada de Dios.El cuerpo historico (de la vida pasada) y el cuerpo glorioso(vida nueva)existen de estas dos maneras diferentes.
    Por lo tanto, como Jesús tenía ya el cuerpo glorioso o resucitado, los discípulos de Emaus no pudieron reconocerle hasta que no partió el pan."
    Espero haberte resuelto tu duda. Un saludo cordial.

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  4. Anónimo11/5/11

    Gracias, Santiago, por iluminar.
    Pones luz en la oscuridad de mi ignorancia.
    ¡¡¡Muchas gracias!!!

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