Hoy, en esta festividad en la que toda la comunidad celebramos a todos los Santos, felicidades a todos vosotros, pues es el santo de cada uno de nosotros. De ahí la última frase de Jesús “estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo” ni más, ¡ni menos! Nos recuerda el día de mañana, que todos y cada uno a su tiempo, deberemos abandonar esta vida, para poderle ver a Él cara a cara. Esa es nuestra esperanza, ya que somos hijos de Dios, y cuando llegue el momento, el amor inundará nuestras almas, al formar parte de ella, pero para todo esto debemos de recordar, que aquí, en esta tierra, nos esperan momentos felices y otros que no lo serán, tendremos tribulaciones, dudas; sin embargo, aguantando en nuestra fe, alcanzaremos la dicha de la vida eterna.
Es posible que algunos den la impresión que esto les tiene sin cuidado, pero no es cierto. En sus últimos momentos se acogen de una manera u otra al Señor Jesús, y muchísimos por medio de Santa María van tímidamente a Él.
He vivido muchas situaciones de estas, incluso he visto a los familiares reforzarse, agarrarse con fuerza a esta esperanza. Probablemente al pasar el tiempo, y poner tierra de por medio, se van olvidando, no por falta de memoria, sino por otras razones que pueden ser muchas y variadas.
Un día tenemos que dejar este mundo para ir al otro. Y en esto los santos nos dicen muchas cosas, como ellos lo han conseguido a pesar de sus faltas, incluso algunos, con contrapesos duros, pero la fuerza del Amor es inmensa, mejor dicho incalculable e ilimitada.
Hoy no es un día de cementerio, aunque por tradición vayamos a visitarlos, y orar por nuestros difuntos, por todos ellos. Hoy es un día donde celebramos a Todos los Santos, y por supuesto que me acuerdo de todos los que no figuran en los altares, ni en ningún listado en latín, como por ejemplo mis padres mi hermano, mi cuñada... Que desde la presencia del Señor, rezan por nosotros, por mí.
Santos del cielo, gracias por vuestras oraciones y enseñanzas, y a todos: Felicidades.
Es posible que algunos den la impresión que esto les tiene sin cuidado, pero no es cierto. En sus últimos momentos se acogen de una manera u otra al Señor Jesús, y muchísimos por medio de Santa María van tímidamente a Él.
He vivido muchas situaciones de estas, incluso he visto a los familiares reforzarse, agarrarse con fuerza a esta esperanza. Probablemente al pasar el tiempo, y poner tierra de por medio, se van olvidando, no por falta de memoria, sino por otras razones que pueden ser muchas y variadas.
Un día tenemos que dejar este mundo para ir al otro. Y en esto los santos nos dicen muchas cosas, como ellos lo han conseguido a pesar de sus faltas, incluso algunos, con contrapesos duros, pero la fuerza del Amor es inmensa, mejor dicho incalculable e ilimitada.
Hoy no es un día de cementerio, aunque por tradición vayamos a visitarlos, y orar por nuestros difuntos, por todos ellos. Hoy es un día donde celebramos a Todos los Santos, y por supuesto que me acuerdo de todos los que no figuran en los altares, ni en ningún listado en latín, como por ejemplo mis padres mi hermano, mi cuñada... Que desde la presencia del Señor, rezan por nosotros, por mí.
Santos del cielo, gracias por vuestras oraciones y enseñanzas, y a todos: Felicidades.
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