16/1/11

No te calles


2º domingo T. Ordinario
16 de enero de 2011

Nuestro testimonio en muchas ocasiones, por no decir en todas, es primordial para la solución de múltiples “problemas”. Cuántas veces la Guardia Civil pide la colaboración ciudadana, para localizar y capturar a algún asesino. Para encontrar a un señor que, buscando setas, se ha perdido por el campo. Este año hemos visto a ciudadanos, dirigidos por la policía, rastrear amplias zonas donde podía encontrarse el cuerpo de una jovencita sevillana. Y es que vivimos en sociedad, donde todos y cada uno de nosotros en particular, nos necesitamos. Los hombres estamos interconectados los unos con los otros; de alguna manera lo que te pasa a ti me está pasando a mí.

Pues este domingo va de esto. San Juan Bautista, que era un primer actor de aquella época, ve venir a Jesús y retrocede, quedando en un segundo plano, pero antes de todo esto, da testimonio de quién es Jesús, y señalándolo con el dedo dice: “Éste es el Cordero de Dios”. Aún hoy algunos no ven su intención, pero para el pueblo judío eso significaba que era el enviado, el ungido de Dios, a quien ellos esperaban, ya que los profetas habían hablado de este modo unos mil años antes, ¡casi nada! “Viene detrás de mí, sin embargo está Él muy por encima”.

Da testimonio, de modo natural pero con una gran decisión, “Éste es el Hijo de Dios”, cosa ya un poco más fuerte para los judíos.

¡Cuánta importancia tiene hablar bien de las personas! Y cuánta más lo tiene hacerlo de Dios.
Juan no se calla, no piensa en ser políticamente acertado, no pretende estar a la moda, y de hecho, denunció con todas sus fuerzas a la que vivía con Herodes, por estar haciéndolo de un modo contrario a la ley de Dios.

Hoy algunos gritan mucho, pero quizá nosotros callamos también mucho, por no hacernos destacar. No importa, la verdad está ahí, y quien quiere la acoge y quien no, la rechaza.

¿Cómo podrías ver un asesinato, y no denunciar inmediatamente al asesino? ¿Cómo podrías vivir con una carga tan pesada en tu conciencia?

No seamos cobardes, no tengamos miedo. Gritemos: “Ahí va el Hijo de Dios”, Jesucristo, que vino al mundo por nosotros, para que no nos perdamos eternamente.

Fallamos muchas veces, pero más aún hemos de intentar superarnos.

Gracias.

3 comentarios:

  1. Anónimo17/1/11

    ¿Puedes explicarme un poco más una cosa?
    ¿Por qué Jesús necesitó que Juan lo señalara, que diera testimonio de el?.¿Por qué no vino directamente sin más?
    Otra cosa, los hechos se desarrollan en un contexto, histórico, religioso y también político.A veces me parece intuir también una lucha por cambiar la injusta situación política de la época.Por ejemplo, la denuncia de Juan hacia Herodes.¿Estoy equivocada?.
    ¡Ojalá todos tuvieramos la valentía de Juan!.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Anónimo20/1/11

    Ayer no me callé, tomé partido, defendí lo que creía que era correcto. A corto plazo obtuve que me gritaran y me insultaran. Hoy me siento dolida, aunque de todo se aprende.
    Supongo que son las pruebas de que voy por buen camino, ¿no?.
    ¿Qué pensáis?.¿Alguién quiere contestar?
    :-(

    ResponderEliminar
  3. Anónimo23/1/11

    Mas tarde contestaré algo a las dos.
    ¡¡Miau!!

    ResponderEliminar