14/11/10

ESTAD ATENTOS PARA QUE NADIE OS ENGAÑE

Domingo XXXIII T. Ordinario
14 de noviembre, 2010

“¡Cuidado que nadie os engañe” es una advertencia que hoy nos hace Jesús tan próximos ya a este final del tiempo litúrgico, no del final de los tiempos.

Hay una serie de advertencias que quizá algunos “usurpadores” utilizarán para meter miedo con el final de los tiempo. Las guerras, las catástrofes, las persecuciones, y todo tipo de epidemias, tales como la deslealtad, y a pesar de que nos pide con estos evangelios que seamos leales para salvar el alma, que es lo realmente importante. Todo lo demás, las casas, nuestras pequeñas posesiones, el coche, todo absolutamente todo, quedará aquí el día de nuestro final. Éste si que será el final del tiempo de cada uno.

¿Qué se nos pide? Oración y perseverancia, si queremos salvar nuestras almas. Y qué mensaje más esperanzador es éste “ni un pelo de vuestra cabeza perecerá”. ¿Quién puede estar más atento a mis necesidades?

En todos los tiempos de la historia, ha habido, han creído ver todas estas señales, y ninguno estaba en lo cierto, y hoy en día hay quienes, van metiendo miedo de que esa fecha es en el 2012. ¿Qué nos importa la fecha? Lo importante es perseverar en la confianza de Dios, “Jesús, en ti confío”, y Jesús mismo nos lo repite una y otra vez: “vigilad y orad, pues no sabéis cuándo es el momento”.

Aún a pesar de esto, algunos se empeñan en poner fechas, ¿no será que saben más que Dios mismo? ¿No serán éstos los que nos quieran engañar, usurpando el nombre de Jesús? “No vayáis tras ellos... No tengáis pánico”. Esto si es de Dios, abandonémonos a su confianza, a sus brazos misericordiosos, desde la oración y la vigilancia, ésta si es nuestra tarea, ésta si es nuestra misión.
Nadie excepto el embustero, puede decir a alguien que tiene la misión de dar a conocer la fecha, puesto que ninguno la conoce. ¡Gracias a Dios!

Nosotros a la nuestra, hemos de seguir mirando a Cristo, y no a nuestro alrededor, porque de lo contrario nos despistamos y dejamos de ser seguidores de Cristo, por lo tanto, dejamos de ser cristianos.

¿No estará pasando ya algo de esto? Mi misión es seguir a Cristo, y para que me resulte más accesible lo hago a través de la Virgen María, su madre y nuestra madre, y a Ella le pido la ayuda para perseverar.

Gracias a la Iglesia, por dejarme ser un miembro de ella, y aunque soy pecador, ella es santa. Así nos ocurre a todos nosotros, queremos... pero a veces... no podemos, no sabemos, no nos damos cuenta.

“Orad y perseverad” que la Navidad está ya cercana, ese Amor nacerá para todos nosotros.

¿Tú que opinas?

1 comentario:

  1. Anónimo14/11/10

    Por desgracia, hay muchos "teólogos" que intentan descubrir un Cristo nuevo, totalmente distinto, e incluso enfrentado al Cristo de siempre.Yo lo he visto en muchos lugares y ambientes de tipo eclesial, como estos "progres" intentan separar a nuestros jóvenes por caminos más mundanos, menos tradicionales. Pero como dice la Escritura, Jesucristo es SIEMPRE EL MISMO. Quizás la misma Escritura nos esté previniendo contra esta nueva ola de "teólogos" que intentan mundanizar el mensaje de la Iglesia. Hay que rezar mucho para no caer en la tentación de dejarse seducir por sus doctrinas. pero aún así, la salvación es cosa de Dios, no del hombre. Un abrazo a todos.

    ¡¡Miau!!

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