13/4/08

El buen pastor

Mi querido amigo Jesús:

En el lento caminar de esta vida tan hermosa, con la luz que tú nos envías en esta primavera, dando un paseo por estos tus campos, exhalando las fragancias del azahar, la flor de los naranjos, que penetra y empapa nuestra alma de esa belleza y bondad.

¡En todas partes te veo! Caminando junto a nosotros, hoy, en este día donde la importancia de los pastores es tan grande. ¿Quizás será porque nos faltan? Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, y qué verdad más grande es.

Qué trascendental es el Pastor en su rebaño. Mi amigo Eduardo, pastor desde siempre, aun a pesar de la artrosis de sus rodillas, sigue saliendo con un gran rebaño de ovejas y algunas cabras. Al amanecer, con las primeras claridades del alba, ya está allí en el corral, donde duermen todas a cubierto y protegidas en la noche. Resulta maravilloso cómo los perros, aún no ha llegado él junto a la puerta, y ellos ahí están. Ya lo han oído y olido, y en cuanto los saluda, empiezan todas las ovejas a balar, también reconocen su voz, y comienza un espectáculo de ruido y polvo característico.

¡Cómo registran la voz de su pastor! Y Eduardo, con la familiaridad de todos los días, entra y vuelve a cerrar la puerta. Los perros quedan allí sentados, a la espera de su nueva voz, orden. Son sus fieles servidores. ¿Has visto alguna vez cómo trabajan estos animales con todo el rebaño? Realmente es un gozo poder caminar junto a Eduardo, junto al Pastor, y ver tantas cosas que no podríamos ni tan siquiera imaginar.

Poco a poco, todo el rebaño está preparado y revisado para la marcha, aunque siempre queda alguna oveja en el aprisco, por haber parido y tener allí a su hijito. Todas las demás, a la voz del pastor, marchando éste delante, una tras otra, van saliendo todas, y ya los vigilantes, empiezan a estar alerta a la voz del pastor.

Un día, nos encontramos con él por el campo, mi mujer, los chicos y yo. Nos saludamos y mantuvimos una conversación y le pregunté:
- Oye Eduardo, ¿a mí también me harían caso?
- Pruébalo, eso es fácil de saber - me respondió él.

Y así lo hice, empecé a darles órdenes tanto al perro como a las ovejas, sin ningún resultado, y con una risa sincera, él me decía:
- A ti no te conocen. No saben quién eres.

¡Cuántas curiosidades hay en la vida! Al Buen Pastor, todos lo conocemos, y Él nos va llamando por nuestro nombre, nos invita a entrar por la puerta, a seguirlo, para buscar nuestra propia salvación, pero aún así, hay quienes no lo escuchan, no lo reconocen.

Señor: ¿Cómo poder entrar por una puerta tan pequeña, cuando yo soy tan grande?

Dame humildad para hacerme pequeño, y caridad para escuchar tu voz en tantos necesitados como hay.

Y mi pregunta para ti, amigo lector, ¿Cómo vas tú de tamaño?


4 comentarios:

  1. Anónimo16/4/08

    Que importante es el pastor. ¿Donde están a veces?

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  2. Anónimo17/4/08

    De tamaño... esperando ser cada vez más pequeña.
    Parece que algunos pastores ya no tienen ganas de salir con sus rebaños.

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  3. Anónimo18/4/08

    Contigo, Señor Jesús, estamos seguros. Tú eres el Buen Pastor. Tu vas marcando el camino que hay que seguir, la mejor manera de vivir, la puerta por la que tenemos que entrar. Si seguímoa tus pasos, si nos dejamos guiar por Ti, si nos mantenemos fieles al Evangelio, nuestra vida terminará en fiesta. Si procuramos no perdernos, no distraernos de yu proyecto, no seguir los valores del mundo , obtendremos la vida auténtica.
    Tu eres EL PASTOR que nos guía hacia el auténtico sendero, hacia la vida alegre, fraterna,justa y plena.

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  4. cuando llego la plenitud de los tiempos enviaste a tu Hijo Amado, para que fuera el reflejo de tu ser entre nosotros. Él fué el Buen Pastor, el que se ocupo de los débiles, se alegró con los tristes, se hijo esperanza de los pobres, ojos de los ciegos y voz de los mudos, medicina que curó a los enfermos y vida para los muertos.

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