18/6/11

DIOS: UNO Y TRINO

Hoy la Iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad. Es decir, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Y por ello, nos presenta el evangelio de Juan. En este evangelio nos dice que tanto ha amado Dios a su Hijo que nos lo ha entregado para que el que crea en Él se salve y no se condene.

Recuerdo que cuando era un niño de catequesis, mi catequista nos explicaba que el juicio de Dios consistía en que cuando ibas al cielo te pesaban en una balanza para ver si tenías más actos buenos o malos. Era una forma asequible para que unos niños de 8 y 9 años comprendieran como Dios nos juzgaba.

Pues bien, Jesús nos dice que el juicio consiste en creer o no creer en Él. Después de miles y miles de años en que el hombre se estaba alejando de Dios, y cometiendo tantas maldades, Dios continuó amándonos y para dar muestra del Amor que tiene por nosotros se despojó de su rango y se encarnó y además se entregó a los hombres para que los hombres crean en Jesús, y a través de ÉL se salven.

Y es en esto, precisamente lo que consiste el MISTERIO de LA SANTÍSIMA TRINIDAD. En el amor que surge de Dios Padre y de Dios Hijo: el Espíritu Santo. El Grandísimo Amor que tuvo Dios al querer nacer en la carne humana, ese Amor que tuvo después al entregar a su Hijo se traduce finalmente en el Espíritu Santo. Y el juicio es sencillamente: Es aceptar este reto ¿CREES? Te salvarás. ¿NO CREES? Te condenarás.

Queridos amigos, aceptemos el reto que Dios nos ofrece. Tengamos confianza en la Santísima Trinidad para que nos abra la puerta de nuestro corazón.

SANTÍSIMA TRINIDAD, SALVAD A LA HUMANIDAD.

SANTIAGO CHECA RUBIO

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