6/2/11

¡Gracias por el piropo!

Domingo V T. Ordinario
6 Febrero, 2011



Estos días van de piropos, el viernes el Dr. Esplugues me llamó genio, pero hoy es el mismo Dios quien se preocupa en piropearnos; “Vosotros sois la sal de la tierra”, ¡Casi nada! La sal es la que da vida, y si no mira en las cordilleras tibetanas, aquellas gentes que tenían que cruzar desde una parte a la otra, para conseguir los saquitos de la sal. O aquellos otros que para comprar el trigo, cambiaban su sal por el trigo. De todos modos el halago es impresionante, la sal da sabor a nuestra vida, nuestros guisos, ¿te los imaginas sin nada de sal? Imposible.

De nuevo otro gran cumplido es: “Vosotros sois la luz del mundo” ¡casi nada! De nuevo el señor Jesús nos llama luz del mundo, no de un rincón de la casa, y con ello, con esa confianza que demuestra tener con nosotros, incluso más que nosotros mismos en muchísimas ocasiones. Y es que en realidad Él nos conoce tal y como somos, por eso nos hace una pequeña advertencia; sois sal y sois luz, para que podáis alumbrar-ayudar a todos los de la casa y, precisamente por ser los hombres nuestras buenas obras, de este modo pueden dar gloria al único que la tiene, y nosotros quedamos como buenos empleados, que cumplimos con nuestra misión, y es que hemos de ser testigos de Dios allá donde estemos, no solamente en misa, que son 45 minutos, sino las 24 horas del día y de la noche.

La gloria, toda es de nuestro padre que está en el cielo, si tú eres una persona tan lista, ¿por qué crees que lo eres? Sí, tú, sí, la del fondo, si eres tan buena en idiomas, ¿por qué crees que lo eres? Ahora bien, lo que es tuyo, que son todas tus dificultades, ahí sí que tenemos que mirar cómo vas evolucionando con tu esfuerzo, porque esto, no es tampoco para ti, sino para la gloria de Dios.

Pero, a pesar de todo, Dios, Jesús su hijo, no se cansa de elogiarnos y de darnos ánimo. Ahora mismo un compañero me ha llamado, y me ha dicho que el día 7 tiene el examen de conducir, ya que le pedí que me avisara para rezar por él. ¿Te animas a rezar un poquito por este señor, para que así pueda él dar gloria a Dios aprobando este cuarto examen de coche?

Sé que me vais a ayudar, y sé que va a superar la prueba, porque él mismo se ha acordado de Dios, al pedirme a mí oración por él.

¡Qué grande es Dios! Y hay que ver cómo nos quiere.

Gracias.


1 comentario:

  1. Anónimo7/2/11

    OK. Me he acordado del futuro conductor al que recomiendo mucha prudencia.
    Saludos a todos.

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