28/2/10

Si no tenemos lámpara, difícilmente la podremos encender.

¡Qué bonito, es lo bonito! Qué bien se vive desde la comodidad. Todos queremos experiencias de Tabor, que nos alegren, que nos llenen de motivación, pero para ello, que pocas veces estamos dispuestos a hacer algo.

El Señor, Jesús, sube al Tabor en oración, y allí, se transforma, para deleite de sus tres discípulos, y no es un gesto caprichoso, sino que nos indica claramente, que tanto Moisés y los profetas, es decir, el antiguo testamento, ya hablan de Jesús, de la Trinidad, por eso los tres discípulos.

Pero yo, me pregunto, ¿y nosotros, hacemos oración, es decir, entramos en la intimidad de nuestro amigo Jesús? No quiero juzgar nada, pero si esto no ocurre, no sólo no tenemos la experiencia del Tabor, sino que, tendríamos que preguntarnos por el compromiso que tenemos en nuestra vida cristiana, o mejor dicho, plantearnos con gran seriedad: ¿somos cristianos? Porque ir a misa, no implica vivir la Misa. De hecho hay personas que piden una misa “rapidita”, cuando la propia eucaristía, es un Tabor comunitario, pero, con mucho más.

Si no tenemos lámpara, difícilmente la podremos encender.

¿Quizás tendríamos que plantearnos, ¿Cuál es mi estado de amor a Jesús? Porque si no hay amor, nada de todo esto existe.

Jesús, es Dios hecho hombre, y tan sólo, que no es poco, por amor, para enseñarme a mí, cómo se debe vivir, y yo, como Pedro, también digo: “qué bien se está aquí”, en tu presencia real, en el Tabor, que me has regalado, pero que yo sé, que hay que bajar y andar por la vida de modo cotidiano, y tan sólo, la oración me hará caminar en tu presencia continuamente. No por mérito mío, sino como regalo tuyo, como hiciste, con Pedro, Juan y Santiago, y estos nombres son el tuyo y el mío.

21/2/10

¿Quién no quiere mejorar?

Hoy, primer domingo de cuaresma, nos puede traer muchas y significativas reflexiones, pero la primera y principal, es que somos ceniza, por eso se impuso en nuestras cabezas el miércoles, y somos ceniza, que un día resucitará. Se recoge y se quema de los restos de los ramos, del domingo de ramos, y se quema en la celebración de la Gloría Pascual, el gran día de la Resurrección.

Y Jesús siempre de un modo suave, nos pide permiso para actuar: “ ¿Cuántos panes tenéis? Nos está pidiendo nuestra colaboración en su gran actuación, para realizar un gran milagro, entonces, en aquel tiempo, pero hoy también. ¿Y por qué nos pedirá permiso? Porque para Él, es muy grande nuestra libertad, para aportar, para ayudar, para colaborar en tantos y tantos proyectos como hay.

Él que valora mi libertad, y me conoce mejor que nadie, me recuerda lo que soy y lo que seré. Soy ceniza, pero también seré gloriosa resurrección, en su presencia. Pero para esto hay que aportar algo de nuestra parte, alejar de nosotros el pecado. ¿No lo quieres llamar así? Vale, piensa entonces cómo llamarlo.

¿Cuántas veces tiraste la colilla por la ventanilla? ¿Cuántas veces te apropiaste de algo que no era tuyo? ¿Quizás aquel bolígrafo? Y así, así hay muchas formas de actuar mal. Y no voy a mencionar los problemas de la lengua...

¿Cómo limpiar o reponer todo el daño causado? ¿Cuántas veces has contestado mal a tu padre...? y sin embargo, él, siempre está esperando el regreso del “hijo”. ¿Y, qué es preciso para conseguir ese abrazo entre los dos?

Sencillamente, DESEARLO, hay que estar arrepentido, y tener el deseo de intentar no volver a caer en esa desagradable experiencia.

Todo esto es un poco de lo que pasa en la cuaresma, y es para todos, los unos y los otros. Es procurar vivir de un modo más armónico y menos egoísta. ¡Y ya esta!

Pero para los católicos, aún falta otra cosita, y es el arrepentimiento ante Dios, ante Jesús, representado por ese sacerdote que está allí esperando en silencio.

Quizás tú nunca lo has hecho, o, tuviste una mala experiencia. Olvídalo y no seas miedica, ve, y cuéntale al Señor Jesús, en el confesionario, y verás que Paz y que sosiego mas grande te causa todo esto. Pero recuérdalo: ¡no lo hagas sino quieres! Nadie te puede obligar, yo tampoco, aunque te lo recomiendo.

Siempre es tiempo para mejorar, no esperes a la última noche del año, todos los días son buenos para buscar un verdadero cambio. Pide consejo a tus cercanos y... ¡Adelante, no tengáis miedo!

14/2/10

Por tener mas...¿te crees mas rico?

Recuerdo como desde hace algún tiempo, un viejo amigo me decía: ¿quieres conocer a alguien muy feliz? Por supuesto, y ojalá nos contagie.

Y allí que nos fuimos. Era una vieja casa, con aspecto de abandonada, que en otro tiempo debió ser una magnífica casa de campo. Conforme nos acercábamos más, se veía claramente lo descuidada que estaba, pero no perdía ni belleza ni dignidad. La puerta estaba abierta, y entramos llamando:

- ¿Manuel?
- Sí, pasar que estoy en el comedor.

Menuda estancia aquella, era una sala rectangular llena de estanterías donde se amontonaban libros cubiertos por el polvo, muchos enseres que evidenciaban una vida pasada intensa.

- ¿Vives sólo?
- Depende – respondió Manuel-. ¿Te refieres a mi familia?
- Sí, por supuesto.
- Entonces sí que vivo sólo. Pero te tengo que explicar que jamás estoy solo. – Y guardó silencio.- Siempre tengo la compañía de un buen amigo, el mejor, y todo lo que necesito me lo proporciona, incluso diría que más.

No comprendía, pero lo cierto es que él estaba en un nivel diferente al mío, no me valoraba por lo que pudiera tener en este mundo, y como si estuviera leyendo mis pensamientos me dijo:

- ¿Acaso crees que vivo en otro mundo, que me he vuelto loco? No contestes, así es. Vivo en otro mundo, donde la alegría y la paz no me faltan jamás. ¿Tú también las tienes?

Y era cierto, vivía en otro mundo. Nos sentamos allí y mi amigo le dio algunas cosas de comida que le había encargado. Yo no se como, pero me dormí. Al despertar me dijo:

- Cuando quieras vuelve, porque tú necesitas más de mi mundo que yo del tuyo.

De nuevo era verdad. En mi mundo había que sonreír por compromiso. En una palabra, ser un pelota. Que nadie hablara mal de ti, aunque hubiera que falsear la realidad. El coche, cambiarlo por otro, aún cuando éste estaba perfecto, pero lo exigía el guión de lo mundano. Y así con otras muchas cosas, y todo ello viviendo una vida llena de estrés y de situaciones absurdas. Y pensándolo bien le respondí:

- Así es Manuel, yo vivo en un mundo diferente al tuyo, pero ese mundo me asfixia y me llena de tristezas. A ti en cambio te veo feliz. ¿Haces algo más para ello?
- Sí, rezar; ves, ahora estaba con el rosario, hace muy pocos días celebrábamos a la Virgen, desde Lourdes, y allí, ella, nos pidió rezar el rosario por la conversión, ese tiempo que el miércoles comienza con la ceniza y toda la cuaresma.
- ¿Qué significa la ceniza?
- Lo que eres, lo que un día serás, por eso hay que rezar, porque nadie sabe cuando será ese día. ¡Ven otro día y charlaremos más!
- ¿Me enseñarás a rezar el rosario?
- Claro que si, es lo más fácil del mundo.

Así acabó esta primera visita, y salí de allí mucho mejor que había entrado. Ahora al menos no tenía prisa, tenía paz, y veía todo desde otro punto de vista.

Y es que caminando junto al Señor, no te falta de nada, pero sobre todo la alegría y la paz van contigo a todas partes. Cada vez que tú, que yo, hacemos algo por alguien, es el mismo Jesús quién actúa, tanto en él, como en ti y en mi.

Nuestra Señora de Lourdes, acuérdate de todos los que viven en tristeza.
Ruega por nosotros.

7/2/10

Cuando se confía en Jesús...

Yo escribo por mi, y no lo hago por otro. Y por qué digo esto, muy sencillo, porque es tan bonito hablar de las cosas de Dios, y es que, además al hacerlo, nos llenamos de alegría. Por esto escribo, por la felicidad que me produce, pero no te creas que yo tengo algún merito.

Hablando con un sacerdote, me decía: “ qué bien nos lo pasamos hablando de las cosas de Dios, de su forma de actuar”

Este evangelio de hoy, es igualmente digno de alegría, porque Jesús, con su palabra, reunía a grandes masas que acudían a Él, tan sólo para escucharlo, porque les alegraba, como a ti y a mí, les llenaba de paz, ya en aquellos tiempos.

Pero Jesús que “sabe” mucho, y que juega a varias bandas, de paso que instruye con calma a los que se han reunido junto al lago, para oír la Palabra de Dios, como te digo, se ha subido a una barca, ¿para qué? Sencillo, porque va a demostrar, que esa palabra no es estéril, sino que cuando se confía en Él, se obran verdaderos milagros, y no por los méritos de unos u de otros, no, sino por confiar simplemente en Él, que es quién actúa.

Sigamos: Pedro y los demás eran buenos conocedores del lago, vivían en él, y trabajaban en él. Con su experiencia, sabían que hoy, aquel día, nada mas se podía hacer, después de pasar toda la noche bregando duramente. Pero con la llegada de la luz, ahora es de día y antes era de noche, y confiando en la palabra de Jesús, Pedro, rema mar adentro, hacia los problemas de la vida, donde lo difícil nos espera, pero...ahí, precisamente vienen”esas” actuaciones del Señor. Desde la confianza, Él actúa, y lo hace para llenarnos de alegría siempre. ¡el señor Jesús, siempre es alegría! Ya sea al escucharlo, o al hablar con Él, o de Él, siempre nos llena de alegría, a todos.
Y menuda que les montó, por confiar en su palabra, por poco se rompen las redes, y las barcas se les hunden, ya que Pedro tuvo que pedir auxilio a los que se habían quedado en tierra, recogiendo y limpiando los aperos de la pesca.

Así es Jesús, es el Dios Todopoderoso que actúa, cuando lo dejamos actuar. Cuando lo escuchamos, cuando confiamos en Él.

Hace no muchos años los hombres se fiaban de la palabra dada. De este modo se hicieron muchos y grandes negocios. Hoy, quizás sería imposible, pero con Jesús, sigue funcionando, al igual que ayer.

Si tú no ves estas obras, medita por qué puede ser, porque Él sigue estando ahí, aquí, con todos nosotros, ¡pero para escuchar, hay que guardar silencio!

¡¡¡Confía en su Palabra y podrás comprobar como el ánimo no te falta!!!