21/2/10

¿Quién no quiere mejorar?

Hoy, primer domingo de cuaresma, nos puede traer muchas y significativas reflexiones, pero la primera y principal, es que somos ceniza, por eso se impuso en nuestras cabezas el miércoles, y somos ceniza, que un día resucitará. Se recoge y se quema de los restos de los ramos, del domingo de ramos, y se quema en la celebración de la Gloría Pascual, el gran día de la Resurrección.

Y Jesús siempre de un modo suave, nos pide permiso para actuar: “ ¿Cuántos panes tenéis? Nos está pidiendo nuestra colaboración en su gran actuación, para realizar un gran milagro, entonces, en aquel tiempo, pero hoy también. ¿Y por qué nos pedirá permiso? Porque para Él, es muy grande nuestra libertad, para aportar, para ayudar, para colaborar en tantos y tantos proyectos como hay.

Él que valora mi libertad, y me conoce mejor que nadie, me recuerda lo que soy y lo que seré. Soy ceniza, pero también seré gloriosa resurrección, en su presencia. Pero para esto hay que aportar algo de nuestra parte, alejar de nosotros el pecado. ¿No lo quieres llamar así? Vale, piensa entonces cómo llamarlo.

¿Cuántas veces tiraste la colilla por la ventanilla? ¿Cuántas veces te apropiaste de algo que no era tuyo? ¿Quizás aquel bolígrafo? Y así, así hay muchas formas de actuar mal. Y no voy a mencionar los problemas de la lengua...

¿Cómo limpiar o reponer todo el daño causado? ¿Cuántas veces has contestado mal a tu padre...? y sin embargo, él, siempre está esperando el regreso del “hijo”. ¿Y, qué es preciso para conseguir ese abrazo entre los dos?

Sencillamente, DESEARLO, hay que estar arrepentido, y tener el deseo de intentar no volver a caer en esa desagradable experiencia.

Todo esto es un poco de lo que pasa en la cuaresma, y es para todos, los unos y los otros. Es procurar vivir de un modo más armónico y menos egoísta. ¡Y ya esta!

Pero para los católicos, aún falta otra cosita, y es el arrepentimiento ante Dios, ante Jesús, representado por ese sacerdote que está allí esperando en silencio.

Quizás tú nunca lo has hecho, o, tuviste una mala experiencia. Olvídalo y no seas miedica, ve, y cuéntale al Señor Jesús, en el confesionario, y verás que Paz y que sosiego mas grande te causa todo esto. Pero recuérdalo: ¡no lo hagas sino quieres! Nadie te puede obligar, yo tampoco, aunque te lo recomiendo.

Siempre es tiempo para mejorar, no esperes a la última noche del año, todos los días son buenos para buscar un verdadero cambio. Pide consejo a tus cercanos y... ¡Adelante, no tengáis miedo!

1 comentario:

  1. El amor es la clave de todo.

    Si realmente amamos a alguien no vemos con facilidad sus defectos. Si realmente amamos a alguien, procuramos no hacerle nada malo.

    Pero, si realmente somos amados por alguien, ¿qué?

    Seguramente ese alguien no nos verá tan malos ni tan llenos de defectos como pueden vernos quienes no nos aman.

    Jesús pasó la cuaresma preparándose para ser visto por aquellos que no le amaron, por aquellos que sólo veían en Él defectos y peligros, por aquellos que, finalmente, le entregaron a la muerte en la cruz. Sin embargo, Jesús pasó la cuaresma en presencia de aquel que le amaba incondicionalmente: el Padre, el Espíritu Santo, Dios. Ahí está la grandeza de la cuaresma: ponerse en presencia de aquel que nos ama incondicionalmente, resistir las tentaciones que nos vengan y poder decir como dijo Jesús: "Aquí estoy, Padre, para hacer tu voluntad".

    ¡Ojalá seamos capaces de vivir así nosotros la cuaresma!

    Saludos y abrazos a todos.-

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