15/8/09

¡Ave María! La Asunción de María



Hoy celebramos toda la Iglesia el tránsito de la Virgen María, de esta vida a la verdadera Vida. Hace tan sólo dos días, mi médico de cabecera me hablaba de que no nos preparamos para morir, que cuando nos ocurre, o cuando lo vemos en uno de los nuestras, siempre nos golpea llenándonos de un dolor incomprensible, y sin embargo hoy, celebramos llenos de alegría que la Virgen es llevada al cielo por su Hijo Jesús. María se ha dormido y pasa al otro plano, al celestial, donde reina en plenitud su único hijo, y los coros angélicos vigilan e intentan ayudarnos a nosotros en todo.

¿Por qué cuando es un familiar mío no pienso así? El dolor es normal por la pérdida, ya no lo tocaremos más, pero para los cristianos, que todos los días recordamos al menos cincuenta y pico veces nuestra muerte, da la impresión de que no lo decimos pensando: “Ruega por nosotros, Madre, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.”

Hoy más que nunca, debemos escucharla a ella, que está en el cielo, porque allí junto a su hijo nos espera a todos, y desde las alturas nos repite a cada uno: “Haced lo que mi Hijo os diga.”

Por este motivo y por otros sabemos que el malo nunca podrá con el bien.

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