24/3/12

SE TRATA DE IR MEJORANDO


Estamos en la última semana de cuaresma, y quizás, con los pies tocando suelo, deberíamos preguntarnos: ¿He cambiado algo en mi vida? ¿La cuaresma me ha servido para algo? ¿He fomentado la oración en mi?

Desde luego, es por medio de la oración, cuando se van a producir esos cambios en mi vida, en mi caridad, en mi amor por todo lo sagrado, en querer saber más de los santos, en aumentar y progresar desde la oración. No hay apostolado, ni misión, que pueda comenzar, si no es desde la oración sincera, de corazón, como dicen algunos.

Jesús nos da un recital de esto mismo, Él, en oración en el monte de los olivos, y después pasa a enseñar, a ayudar a toda la gente que acudía a él. Le presentan una cuestión difícil, y Él, tocando tierra, con los pies puestos sobre la tierra, comprendiendo la situación de todas las personas que sufren y son juzgadas por indiscriminación o por cualquier otro motivo, afirma: “ Quién este libre de pecado, que tire la primera piedra.” ¿Quién está libre de pecado, de error, de algún egoísmo, de soberbia?

Y nadie lanza la piedra, todos nos reconocemos pecadores en algún aspecto. ¿Nadie te ha condenado? Y de nuevo ese amor misericordioso de Dios en su Hijo: “tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.”

Él, tampoco me condena, y diciéndome que viva, que comparta con los míos, me pide que no peque más. Es la solicitud amable, de rogar, de sugerir un cambio, y este tiempo de cuaresma, es un tiempo perfecto, y ¿por qué? Porque toda su pasión, su muerte, es un acto de entrega, para ejemplo de cómo hemos de entender la vida. De cómo debemos y podemos mejorar, modificar actitudes erróneas, de no volver a pecar.


¿La cuaresma, te ha servido para algo, has mejorado...?

“Anda, en adelante no peques más.”

17/3/12

San José,esposo de la Virgen María y padre en adopción de Jesús de Nazaret


San José


Santa Teresa ha sido la que más propagó su devoción, siendo curada por él de una terrible enfermedad que la tenía casi paralizada, enfermedad que ya era considerada incurable. Le rezó con fe a San José y obtuvo de manera maravillosa su curación. En adelante esta santa ya no dejó nunca de recomendar a las gentes que se encomendaran a él. Y repetía: "Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas. Pero a San José le ha concedido Dios un gran poder para ayudar en todo". Hacia el final de su vida, la mística fundadora decía: "Durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Yo les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir". Y es de notar que a todos los conventos que fundó Santa Teresa les puso por patrono a San José.

Santa Teresa repetía: "Parece que Jesucristo quiere demostrar que así como San José lo trató tan sumamente bien a El en esta tierra, El le concede ahora en el cielo todo lo que le pida para nosotros. Pido a todos que hagan la prueba y se darán cuenta de cuán ventajoso es ser devotos de este santo Patriarca".

"Yo no conozco persona que le haya rezado con fe y perseverancia a San José, y que no se haya vuelto más virtuosa y más progresista en santidad".

11/3/12

El dinero no lo es todo, el hombre vale más

Tengo un amigo que me dice que lee estos escritos según el título que les doy. Gracias por leerlos. Eres una buenísima persona, siempre lo supe, como sabía que un día encontrarías lo que andabas buscando, que merecías mucho más, y quiero que sepas que cuentas conmigo siempre.

Hoy, este domingo, quizás nos trae la solución a la crisis tan impresionante que vivimos, la lectora del evangelio escogido, y para los que no tengáis en casa este libro lo podéis encontrar en el buscador de Internet escribiendo “San Juan 2, 13-25”. Lo leéis y volvemos a encontrarnos aquí. Si tienes una pequeña Biblia por casa, no te hace falta Internet.

Se acercaba una gran fiesta, como lo pueda ser la nuestra de San José, y Jesús, como uno más, subió a Jerusalén, pero ¿qué se encontró en la ciudad, en el templo? El dinero importaba más que los hombres, los banqueros de aquella época, que hacían su agosto sin escrúpulos, cambiando el dinero romano (dinero que se utilizaba en toda la nación) por el dinero del templo (que sólo se podía utilizar en el interior del templo), cobrando lo que les daba la gana, a la gente pobre. Eran usureros, y Jesús, viendo todo este montaje, dijo que no, y empezó a aguarles la fiesta, tirando los tenderetes por tierra, hundiendo el negocio de esos mercaderes, de la gran banca, de los que han engrosado sus sacas con el ladrillo, de los politiquillos sin honor ni miramientos, y les dice que la Casa de su Padre, el Templo, era un lugar para la oración, y lo han convertido en un mercado. ¿No ocurre hoy lo mismo?

Les dio la solución en tres días, pero ni ellos ni nosotros lo escucharon, porque hablamos, hablaban, lenguajes diferentes. Jesús miraba por el bien de todos, nosotros miramos por nuestro propio bien. Y sobrevino la gran crisis, Jerusalén fue arrollada, no quedó piedra sobre piedra, aunque esto ocurrió unos años después. ¿Qué falló entonces y qué falla ahora?

La vergüenza, la moral, la falta de valores, el engreimiento.

Sin embargo, yo te necesito a ti, al que estás leyendo, y tú, me necesitas a mí. Somos mucho más que dos hombres. Y si no te lo crees, busca en la física cuántica y lo podrás encontrar.

Jesús no protestó de la fiesta, no le molestan las fallas, ni los petardos, lo que le molesta es la hipocresía, la borrachera, la falsedad, el decir una cosa y obrar otra, el abusar de la libertad de las otras personas, el negocio despiadado de sálvese quien pueda. Eso sí que le molesta, creo yo.

Pero en plenas fiestas, como las de San José, la Magdalena... la oración sigue siendo imprescindible, y si tú no lo ves así, mi querido amigo del principio, es imprescindible el buen deseo de todo corazón, pero no nos olvidemos de que Dios “sabe lo que hay dentro de cada hombre”.

Yo no soy quién para criticar, pero sí que reclamo más honestidad y más testimonio de buenas personas. No nos olvidemos que Dios se hace presente en el ser humano. Que nuestro patrón San José te colme de bendiciones.

Gracias y felices fiestas.

3/3/12

¡QUE BIEN SE ESTÁ CONTIGO, SEÑOR JESÚS!

¡Qué bien se está aquí contigo, Señor!

En una travesía fenomenal por los Pirineos, iba marchando un grupo de amigos, dispuestos a subir el monte Aneto por una de sus caras, la que casi todos hemos usado, y hacia el final de la ascensión, hay que subir una pared de piedra, a no ser que te vayas a dar un gran rodeo. No hay problema, puesto que unos escalones de hierro en forma de U, forman una escalera por donde subir. Por ahí se adelanta muchísimo. El único problema es el vértigo, ya que la pared tiene una buena altura, de piedra negra, con mucho componente de granito, ciertamente un mineral muy duro.

¿Qué hacemos ahora?

Igual que en nuestra vida. Cuántas veces se nos complica, por una simple discusión, por no querer perder la razón, o por un problema mayor, de más gravedad, como la muerte de ese hermano que durmiendo respiró un gas venenoso. Así como suena, en la vida se nos cruzan problemillas y problemas muy gordos; es la vida, el ir caminando hacía la Jerusalén Gloriosa.

¿Cómo poder soportar? ¿Cómo resistir todo esto? ¿Cómo gozar de tu gloria, Señor, aquí y ahora?

Si respondo yo, sólo puedo decir que con la oración, estando en oración, y la gracia de vivir ese momento se nos dará, pudiendo decir como Cefas (Pedro), ¡Qué bien se está aquí Señor!

Y Cefas es piedra, como la piedra negra granítica, como la piedra negra volcánica del Lago Tiberiades. Por eso le dijo a Pedro, sobre esta Piedra (Cefas) edificaré mi Iglesia. Jesús funda la Iglesia en Pedro, y no es una casualidad por tanto que Pedro dijera lo ya conocido de qué bien se está aquí. ¡Por supuesto Pedro hace esta afirmación en el monte Tabor! Cerca de Nazaret, pero ya de camino, el que ellos usaban, hacia Jerusalén.

¿Cómo subir al monte Tabor ahora, aquí?

Más de lo mismo. Si respondo yo, sólo se puede con la oración, la cual del mismo modo, es ya una gracia. Entrando sin prisas en la Capilla del Señor, y allí, con Él, hacer oración. Si puedes escoge una capilla donde esté el Señor Expuesto, como la de mis Hermanas Clarisas, en la calle Puridad de Valencia.

Y estando en oración repasamos la ley, los profetas y llegamos a la plenitud, por medio de Nuestro Señor Jesús, y Él nos enseña con su Palabra y su ejemplo, con sus dichos y hechos, con verdadera autoridad, verdadero Evangelio, nos marca el camino, y nos da fuerzas para seguir. Para que esas dificultades, cuando lleguen, no sean un freno, ya que siempre nos da de más para poder aguantar, pero en el momento justo, no antes. Para ello necesitamos confiar plenamente en Él, en su providencia de Papá, ese Papá que tanto nos ama. No hagamos previsiones, sino dejémonos en sus brazos. En el momento justo.

Y siempre desde la oración. Sin ella, nada de nada.

¿Cómo vas de oración? ¿Cómo vas de Paz?