SAN ANTONIO DE PADUA
Felicidades a los Antonios, Antoninos, e incluso los Tonos.

Por
regla general, a partir del siglo XVII, se ha representado a San
Antonio con el Niño Jesús en los brazos; ello se debe a un suceso que
tuvo mucha difusión y que ocurrió cuando San Antonio estaba de visita en
la casa de un amigo. En un momento dado, éste se asomó por la ventana y
vio al santo que contemplaba, arrobado, a un niño hermosísimo y
resplandeciente que sostenía en sus brazos.
En
las representaciones anteriores al siglo XVII aparece San Antonio sin
otro distintivo que un libro, símbolo de su sabiduría respecto a las
Sagradas Escrituras. En ocasiones se le representó con un lirio en las
manos y también junto a una mula que, según la leyenda, se arrodilló
ante el Santísimo Sacramento que mostraba el santo; la actitud de la
mula fue el motivo para que su dueño, un campesino escéptico, creyese en
la presencia real.

San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama "pan de San Antonio"; esta tradición comenzó a practicarse en 1890. No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la "Chronica XXIV Generalium" (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.
En Padua hay una magnífica basílica donde se veneran sus restos mortales.
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