2/3/08

He perdido al perrito

Hoy, en esta celebración tan bonita donde el Señor nos pide que realicemos un recado, “por encargo mío”, os voy a contar, o al menos intentar relatar, una historia verdadera, donde no hay que mirar las apariencias, sino en lo profundo del corazón.

Se trata de un perrito que se perdió el jueves pasado a una familia, donde solamente la madre de ellos es creyente, católica, y además para más datos, todos los días reza su rosario.

Bien, la historia empieza porque el perrito de raza callejera no ha vuelto a casa, y van a buscarlo toda la familia, con gran intensidad. Incluso por la noche, dejan la puerta entreabierta para que si regresa pueda entrar.

Pero no lo hace. Y pasadas las primeras veinticuatro horas de la desaparición, se empieza a rezar por parte de una tía del chico – dueño del perrito – y también el esposo de ésta lo hace con insistencia, al igual que otra tía recién incorporada al círculo católico con una conversión muy especial. ¡Pero nada de nada!

Y el viernes, la tía le dice a su sobrino que rece por el perrito, para que vuelva a casa, a lo que el sobrino responde:
- Ya no tengo esperanza. Además, ¡sería la primera vez que rezaría, tía!
- Pues mejor, hazlo y la Virgen te lo traerá a casa. – Le contestó su tía.

Por cierto, un Santuario Peregrino, ha llegado hoy a casa de la tía, pero ella se lo ha llevado a su sobrino, para que el perrito vuelva.

Llega la noche, el perrito sigue sin volver a casa, y Fran, el dueño, está muy triste. Ni siquiera sale con sus amigos. Y entonces, ocurre algo inaudito.

¡Reza! Como lo oyes, el chico reza por primera vez, se dirige a la Virgen, para que le devuelva al perrito.

Toda la familia está rezando por este signo, para que Fran vea la luz del Señor, y ¿cómo mejor que de la mano de la Virgen María?

Un nuevo día, sábado, y la familia, los tíos y primos de Fran, van a misa a las nueve de la mañana. La tía pide este signo, para que de este modo el sobrino vea, como aquel ciego de nacimiento, al que Jesús curó en sábado, y que los fariseos, que miraban y siguen mirando las apariencias y no el corazón, se atrevieron a decir: “Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado”.

Qué ridículo, es cierto, yo pienso como tú, ¿Qué es más importante? ¿Hacer el bien o el mal?

Pero claro, nos preguntamos muchas veces, bueno quizás no lo hagas, pero es una pregunta bastante frecuente: ¿Quién es el Señor? ¿Dónde está? Pues resulta que lo estás viendo: "el que te está hablando". Y entonces el ciego respondió: “Creo, Señor”.

Qué bonito, es sábado, y además el perrito ha aparecido, y Fran ha llorado muchísimo. Y ha reconocido que es la primera vez que ha rezado, lo han escuchado. ¡Claro que sí! Lo ha pedido de todo corazón; ¡oración auténtica!

Ese ciego desde nacimiento jamás vio al Señor, pero ahora, de la mano de la Virgen, lo ha visto. Qué bien que el Señor pasara por allí, y viera a este hombre.

Qué alegría y qué felicidad es, Señor, poder caminar como hijos de la Luz.

¡Gracias, papá, por este signo!

¡Gracias, mamá, por coger a este chico de la mano, y mostrarle el infinito amor de tu corazón de Madre!

Cuando me lo han contado he creído que debías de saberlo también tú.

El Señor no se fija en las apariencias: ¿Y tú?

2 comentarios:

  1. Anónimo1/3/08

    Es curioso.
    Esta misma semana, una amiga me ha contado una historia muy similar.
    No era de un perrito, sino de una hermana suya, en pleno proceso depresivo, que también se ha atrevido a rezar por primera vez... y su problema ha desaparecido, al menos en parte.
    Cuando uno lee o escucha este tipo de historias empieza a pensar que tiene que haber "algo". Y sólo por ese momento de pensar, de reflexionar, creo que la labor que estás haciendo desde este blog es digna de reconocimiento.
    Gracias, señor Escobedo.
    Firmado: el Sr. Kaplan

    ResponderEliminar
  2. ¿Apariencias? ¿juicio erróneo?

    Una joven esperaba el embarque de su vuelo en un gran aeropuerto .....
    Como tenía una larga espera ante sí, decidió comprarse un buen libro, y también se compró un paquete de galletas.
    Se sentó lo más cómodamente que pudo, y se puso tranquilamente a leer, dispuesta a pasar un buen rato de descanso.
    Al lado de su asiento donde se encontraba el paquete de galletas, un hombre abrió una revista y se puso a leer.
    Cuando ella cogió la primera galleta, el hombre también cogió una.
    Ella se sintió irritada por este comportamiento, pero no dijo nada, contentándose con pensar :
    “Que cara dura ! ”
    Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre hacía lo mismo.
    Ella se iba enfadando cada vez más, pero no quería hacer un espectáculo.
    Cuando solo quedaba una galleta, pensó: “Y ahora qué va a hacer este imbécil ?”
    El hombre cogió la última galleta, la partió en dos y le dio la mitad.
    Bueno, esto ya era demasiado ...
    ¡ Ella estaba muy enfadada !
    En un arranque de genio, cogió su libro y sus cosas y salió disparada hacia la sala de embarque. Cuando se sentó en su asiento del avión, abrió su bolso y ... con gran sorpresa descubrió su paquete de galletas intacto y cerrado !!!
    ¡ Se sintió tan mal !
    No comprendía como se había podido equivocar...
    Había olvidado que guardó su paquete de galletas en su bolso.
    El hombre había compartido con ella sus galletas sin ningún problema, sin rencor, sin explicaciones de ningún tipo...
    ...mientras ella se había enfadado tanto, pensando que había tenido que compartir sus galletas con él.... y ahora ya no tenía ninguna posibilidad de explicarse ni de pedir excusas...
    HAY CUATRO COSAS QUE NO PODREMOS RECUPERAR NUNCA MÁS.......
    Una piedra ....
    Después de haberla tirado...
    Una
    palabra....
    ..después de haberla dicho !
    Una ocasión...
    ..... después de
    haberla perdido! !

    El tiempo...
    ……después de que ha pasado.

    ¡cuanta razón tiene ésta narración, jugamos por las apariencias, pensamos, primero mal, hasta que nos digan que no es así.nuestra primera idea es que todo el mundo es peor que uno mismo, solo nosotros llevamos la verdad y la razón, nos empecinamos en que nadie puede ser bueno y actuar de buena fe. ¿Porque no pensaremos en que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario en vez de opinar al revés , que nos tienen que dar pruebas de cada cosa que nos dicen o nos hacen.?
    Mi padre siempre me decía cuando quieras decir o hacer algo, primero piensa si te vas a arrepentir, si es así, no lo hagas.si tu conciencia te dice que no hay ningún mal en ello, hazlo o dílo,y no te importe la gente que te critique.
    recapacitemos en ésta cuaresma

    ResponderEliminar